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26 de julio de 2017

AQUI ESTAN LOS DIVIDENDOS QUE LE QUEDA A GUAYANA, MIENTRAS ENGORDAN AL BCV

Ahí hubo un bosque que sostenía una vasta biodiversidad que tardó cientos y cientos de años en llegar a su clímax. En cuestión de muy pocos días la minería lo convierte en esto. Fragmentación de hábitats, contaminación y degradación de cuencas, pérdida de biodiversidad, en pocas palabras la pérdida de servicios ecositésmicos vitales para nuestra supervivencia. Una pérdida irreversible.
En el río Cuyuní las concentraciones más altas de mercurio han sido observadas en peces depredadores de otros peces, como la curbinata, el temblador, la payara o las pirañas. La contaminación y la sedimentación de las aguas pueden extenderse por varios kilómetros aguas abajo, tal como se ha demostrado en estudios sobre la contaminación por mercurio en la cuenca del río Cuyuni o del Caura. Estos efectos, pueden incluso extenderse aguas arriba por la movilización de peces contaminados.

La pérdida y fragmentación de hábitats es la primera causa de la pérdida de biodiversidad o de bajas de densidades poblacionales dramáticas de especies. Esto es lo que hace la minería, fragmentan hábitats, devastan grandes zonas de bosques que tardaron cientos o miles de años en llegar a su clímax trayendo como resultado la muerte de muchas especies de fauna y flora poniéndolas en peligro de extinción. 
Las nacientes del Orinoco se encuentra en el Cerro Delgado Chalbaud a 1047 msnm en la Sierra de Parima en el suroeste del estado Amazonas y recorre casi 2200 Km con un caudal promedio anual de 39.000 m3/seg hasta su desembocadura al océano Atlántico y su cuenca abarca más de un millón de Km2. Esto lo convierte en el tercer río más caudaloso del mundo.

Existe minería ilegal en los ríos Aro, Caura, Caroní y otros. Ocasionando, el vertido de aguas contaminadas con mercurio y perforando lechos de río y rocosos. 

Escenas como éstas se incrementarán mientras el Proyecto del Arco Minero del Orinoco avance. Se irá mermando nuestra biodiversidad, tanto por cacería furtiva como por la pérdida de los hábitats.
Especies como este Mono Viudo -Pithecia pithecia- que ya hoy en día su situación de conservación es delicada, su futuro será aún peor con el desarrollo del proyecto del Arco Minero del Orinoco.

Esto es minería a pequeña escala que está acabando con bosques prístinos que ha tardado miles de años para llegar a su clímax y mermando una de las tasas de biodiversidad más altas del planeta. Imagínense lo que devastará el proyecto del Arco Minero del Orinoco que abarcará una extensión de unos 111.845 Km2 de los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro, uan superficie más grande que algunos países caribeños y europeos. 
 
El acuerdo firmado entre Venezuela y Sudáfrica para la exploración y explotación de diamantes en el sur del país, implicará la destrucción de 10.000 hectáreas de tierras vírgenes, en su mayoría bosques tropicales que nutren a los principales ríos del país.

La actividad minera en Guayana ha introducido compuestos contaminantes, como lo evidencian las concentraciones de mercurio en sedimentos del Golfo de Paria y la Costa del Delta. Algunos de estos elementos pueden no sólo reducir la biodiversidad, sino también ingresar en la red trófica, causando intoxicaciones y envenenamiento en el hombre y, poniendo en peligro el bienestar económico de comunidades que dependen de los recursos pesqueros como es el caso de los Yekwana y Sanemá en el Caura. 

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