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29 de octubre de 2017

LA TOLERANCIA DE LOS INTOLERANTES


Desde que nació la democracia moderna, en la Revolución Francesa, ésta ha debido afrontar un espinoso problema: si debemos darle libertad de expresión y votos a todos por igual, por el solo hecho de ser seres humanos dotados de dignidad y derechos, ¿qué hacemos con aquellos quienes sostienen (legítimamente, en el juego democrático) opiniones contra la democracia, y que no dudarían en destruirla a la primera oportunidad, si llegaran al poder? El problema de la tolerancia hacia los intolerantes es un zapato chino que ninguna democracia moderna ha conseguido solucionar del todo. Y en defensa de la democracia contra el fanatismo fundamentalista, la propia democracia puede ser ahogada... El Ojo de la Eternidad echa luz sobre este gravísimo problema de la democracia moderna abierta para enfrentar a totalitarismos fundamentalistas cerrados. 

[IMAGEN SUPERIOR: Nüremberg, 1934. Día del Partido Nazi. Adolf Hitler podrá haber sido uno de los peores criminales de todos los tiempos, pero es innegable que llegó al poder por medios perfectamente democráticos, e instauró el Tercer Reich sin violar ni la más mínima coma de la constitución democrática de la República de Weimar]. 

EL PROBLEMA DE LA TOLERANCIA DE LOS INTOLERANTES. 
La democracia moderna nación como una reacción al Absolutismo de los siglos XVII y XVIII. En la sociedad absolutista se sostenía que existía un orden social consagrado nada más y nada menos que por Dios. En consecuencia, los teóricos del Absolutismo sostenían que el monarca lo podía literalmente todo. En Francia, el obispo Bossuet sostenía que ir contra el monarca era ir contra la ley de Dios. En Inglaterra su contemporáneo Thomas Hobbes, quizás por el espíritu más pragmático de los pensadores ingleses, sostenía que había existido un "estado de naturaleza" que era el caos y la anarquía absolutos, y para superarlo, todos los hombres habían renunciado a sus derechos en favor de una monarquía absoluta. 

Como reacción a estos conceptos surgieron las llamadas "ideas de 1789": libertad, igualdad, fraternidad... y en particular, como una medida para impedir el poder arbitrario y despótico, el concepto de sujección a un "estado de derecho" que garantice la democracia política y la tolerancia social. 

El problema surgió cuando en el libre juego de las ideas democráticas, empezaron a manifestarse quienes legítimamente estaban en contra de la democracia. Si la democracia era el sistema político perfecto, entonces ¿qué espacio podía dárseles a dichos enemigos del sistema? La cuestión no es simple. Si les permitimos expresarse libremente, corremos el riesgo de que la democracia se hunda, si es que dichos grupos antidemocráticos ganan adeptos. Por otra parte, si restringimos su libertad para expresarse, estaremos al mismo tiempo restringiendo la democracia: dicho en palabras más duras, se trataría de matar aquello mismo que se había jurado proteger. 

UN CASO PARADIGMÁTICO: EL ASCENSO DE HITLER AL PODER. 
Un ejemplo de cabecera para cualquier analista político, es el problema del ascenso hitleriano al poder. Hitler era un ex combatiente de la Primera Guerra Mundial que había tentado un miserable golpe de estado en 1923, y lo había pagado con sus huesos en la cárcel. Desde allí había desarrollado una nueva táctica, e hizo crecer a su agrupación, el Partido Nacionalsocialista (los nazis, por más señas) hasta convertirlos en una importante fuerza electoral. 

En esa época, Alemania estaba hundida económicamente. Se calculaba que las indemnizaciones producto de la Primera Guerra Mundial estarían pagándose nada menos que hasta 1988, y en medio de eso, Alemania sufriría hambre y miserias. Ningún grupo político podía solucionar tal estado de cosas, así es que cuando Hitler empezó a ascender, los diversos actores intentaron utilizar su popularidad con sus propios fines. Un incidente aislado, el incendio del Reichstag (el Parlamento alemán) en 1933, catapultó a Hitler a una contundente victoria electoral. Pocos alemanes parecían darse cuenta de que acababan de entregar, por medios perfectamente democráticos, el poder a alguien que prometía aniquilar la democracia. 

El resquicio utilizado fue un artículo de la Constitución de Weimar de 1933, que permitía asumir poderes absolutos en caso de crisis nacional. Hitler no tardó mucho en declarar ésta, disolvió el Reichstag, proclamó el Tercer Reich... y el resto es historia. 

INTOLERANTES. 
Aparte de casos como el de Hitler, el asunto de la tolerancia hacia los intolerantes cobra una enorme importancia si se piensa en la gran cantidad de ideologías y credos que estiman perfectamente legítimo reemplazar la democracia por una dictadura totalitaria fundamentalista.

En primer lugar están los grupos de izquierda. Los comunistas y los movimientos populistas actuales en América Latina tienden a abominar de la democracia, considerando que los problemas sociales son tan agudos, que sólo la mano de hierro de una dictadura es capaz de resolverlos. Es el caso de Fidel Castro en Cuba, y de Hugo Chávez en Venezuela. 

Pero dichas actitudes no son, en lo político, patrimonio exclusivo de la izquierda. El Presidente de Perú Alberto Fujimori (1992-2000) es un estupendo caso de hombre llegado por la vía democrática al poder, perpetuándose después en él merced a un oportuno autogolpe. Y Fujimori no era un izquierdista, precisamente. 

Otro caso reciente es el de George W. Bush. Con la idea básica de "proteger la democracia", envió una ley al Congreso, la Patriot Act, que en el fondo es la tumba de las libertades cívicas de Estados Unidos. 

Está también el movimiento nacionalsocialista. Hablar de neonazis es algo tan amplio como pueda serlo la distancia entre los skinheads golpeando inmigrandes turcos en Alemania, y los nazis esotéricos que creen en una suerte de neopaganismo aplicado a la actualidad. 

Y porr último, una gran fuente de fundamentalismos antidemocráticos es la religión, el foco de atención de El Ojo de la Eternidad. La Iglesia Católica, por ejemplo, tiene un larguísimo historial de intentos por obstruir la voluntad libre y soberana de los pueblos, por medio de sus redes de influencia. Ello no debería resultar extraño, tratándose de una confesión religiosa que no cree en el "vox populi, vox dei", sino en el "magister dixit" y el "Roma locuta, causa finita", sibilinamente reforzados por el Dogma de la Infalibilidad Papal, proclamado en 1870. En todos los países donde la Iglesia Católica era fuerte, conseguir leyes de matrimonio civil o de divorcio, incluso de registros civiles, fue toda una odisea. No menos peligrosos son los fundamentalismos islámicos, tal y como el movimiento chiíta. Y en no menor medida, el fundamentalismo judío, que con sus redes de poder y dinero mantienen constantemente vivo el recuerdo del Holocausto, hasta el punto de que mandan gente a la cárcel por hacer uso de su libertad de expresión negándolo. 

¿QUÉ ES LA DEMOCRACIA? 
Uno de los problemas favoritos de la Teoría Política es la pregunta "¿qué es una democracia?". No intentaremos contestarla aquí, pero la clave del problema reside en dicha respuesta. Si la democracia es un mero sistema formal de toma de decisiones políticas (separación de poderes, votación de leyes en un Poder Legislativo, plebiscitos, elecciones periódicas, etcétera), entonces el problema de la tolerancia de los intolerantes es irresoluble, porque en cualquier momento la mayoría puede votar en contra de la democracia, y ahí mismo ésta se acaba (para no volver, claro está). 

Si en cambio se opina que la democracia es un sistema político con un contenido basado en, por ejemplo, los derechos humanos, entonces se impregna ésta de un contenido ideológico particular. Y un perfecto demócrata no puede creer que un contenido ideológico particular (por ejemplo, el demócrata liberal) es superior al contenido ideológico autoritario de cualquier tipo (comunista, macartista, católico, fundamentalista musulmán, etcétera) sin negar de paso el dogma democrático básico, cuál es que los hombres son creados libres e iguales en dignidad y derechos. Por lo que el problema sigue siendo, en la práctica, irresoluble 

PUBLICADA  ECUMENÓPOLIS 

26 de octubre de 2017

EL JUICIO CONTRA GALILEO GALILEI; EL PRIMER CONFLICTO CIENCIA-RELIGION



EL PRIMER JUICIO ORIGINADO POR EL CONFLICTO CIENCIA-RELIGION, SEPA LOS DETALLES DEL JUICIO AL PADRE DE LAS CIENCIAS MODERNAS.

Uno de los más famosos y emblemáticos momentos de la historia religiosa de todos los tiempos, es el juicio seguido por la Iglesia Católica contra Galileo Galilei. Consagrado por años como una rebelión intelectual del pensamiento libre contra el escolasticismo y el dogmatismo de la Iglesia Católica, se ha construido toda una mitología en torno a dicho juicio. Y sin embargo, no todo es como lo pinta la tradición. El Ojo de la Eternidadrefiere los entretelones de uno de los episodios más polémicos en la historia científica y eclesiástica. 

LA LEYENDA DE GALILEO CONTRA EL OSCURANTISMO. 
El juicio a Galileo Galilei, celebrado en el año 1633, ha pasado a la historia de la religión como un baldón o infamia de la Iglesia Católica. Galileo ha sido considerado como el defensor del secularismo frente a una Iglesia Católica completamente inflexible y terca en sus afirmaciones. De esta manera, el juicio tiene por sí mismo un valor mítico que supera a los hechos históricos. 

Y sin embargo, los hechos históricos son, como de costumbre, un poco más complicados de lo que parece a simple vista. Decir que la Iglesia Católica obró en el vacío y tronando desde lo alto es en realidad una exageración, y por otra parte, también Galileo se extralimitó en la defensa de un modelo heliocéntrico que, contra la creencia generalizada de las gentes en la actualidad, no estaba ni de lejos perfectamente probado en ese tiempo. 

LA VISIÓN OFICIAL DEL UNIVERSO SEGÚN LA IGLESIA CATÓLICA.
Durante la Edad Media, la Iglesia Católica había asumido una actitud bastante reacia a la ciencia. Por definición, la ciencia busca interrogar a la naturaleza mediante la experimentación, y por tanto no se fundamenta en verdades sagradas o absolutas. Por ende, la religión miró desde siempre el desarrollo científico con sospechas. Ya en 1292, la Iglesia llevó a juicio al sacerdote Roger Bacon, por sus incipientes experimentos científicos.

Pero como la Biblia no era especialmente informativa sobre la estructura del mundo, la Iglesia Católica se apoyó en una serie de textos griegos que parecían concordar con la visión bíblica del mundo. En Astronomía, el texto clave era el "Almagesto" de Claudio Ptolomeo, un matemático griego que vivió en Egipto en el siglo II dC. Llevando la contraria a otros griegos como Aristarco o Pitágoras, por ejemplo, Ptolomeo sostenía que la Tierra era el centro del universo, y todos los otros cuerpos celestes, incluyendo al Sol, giraban en su torno. Esto se encuentra en consonancia con la Biblia, concretamente con Josué 10:12-14, ya que se señala que Yahveh detuvo el Sol sobre el valle de Gabaón. Además, el que Dios cree primero el firmamento primero y el Sol después (Génesis 1:6-8 y Génesis 1:14-19) parece presuponer un Sol subordinado a la Tierra, en particular porque Génesis 1:7 presupone no un cielo vacío y abierto hasta el infinito, sino una especie de gigantesco océano de aguas, más allá de la bóveda celeste rellena de aire, en donde están los cuerpos celestes.

El problema que ya habían detectado los antiguos griegos, es que los planetas no se mueven de la manera en que deberían, si el universo fuera de esa manera. Concretamente, los planetas hacen unos rizos muy extraños en el cielo. Para explicar esto, los astrónomos tuvieron que desarrollar un complicado sistema de órbitas que se mueven en círculos dentro de círculos, llamados epiciclos y deferentes, para salvaguardar el principio de que los planetas, por ser cuerpos celestiales y por ende perfectos, no podían moverse de otra manera que no fueran en círculos, que a juicio de los filósofos y teólogos era la figura perfecta. Y más de alguien empezó a preguntarse si no habría una manera más simple de entender el mundo. 

IRRUMPE EL MODELO HELIOCÉNTRICO. 
En el siglo XVI, un médico polaco llamado Nicolás Copérnico se dedicó a hacer una serie de observaciones, y publicó un libro destinado a hacer revolución: postulaba que no era la Tierra, sino el Sol, el centro del universo. Consciente de que aquello podía ofender a la Iglesia Católica, esperó décadas antes de publicar sus ideas, y cuando el libro vio la luz en 1543, Copérnico estaba ya en su lecho de muerte, a la edad de 70 años. 

Pero las nuevas ideas no ofendieron a la Iglesia, al menos en principio. Copérnico presentaba su modelo como un simple artificio matemático para facilitar los cálculos astronómicos, y no como una verdad sobre la estructura del cielo. Esto tranquilizaba a las mentes católicas. Incluso Tycho Brahe, observando una supernova en el año 1572, pudo poner en tela de juicio el dogma de la inmutabilidad de los cielos sin problemas, aunque trabajaba para el cristianísimo Emperador de Alemania. Pero el panorama se puso más oscuro cuando un filósofo llamado Giordano Bruno, aprovechando las últimas ideas astronómicas de su tiempo, dijo que el universo quizás era infinito en el tiempo y en el espacio. Como esta idea contradecía el dogma de la creación ex nihilo (de la nada) que postula el Génesis, Bruno fue juzgado por la Inquisición, y finalmente quemado en la hoguera en 1600. 

Algo más tarde, la disputa se tornó más espesa. En 1610, el astrónomo Galileo Galilei, a la sazón el científico oficial de la corte del Gran Duque de Toscana, dirigía por primera vez un telescopio al cielo. Entre sus hallazgos estaban las fases de la Luna y de Venus, así como las manchas solares y los cráteres lunares. Galileo se convenció entonces de que el modelo heliocéntrico era correcto, y lo defendió como una verdad de hecho en un escrito que fue finalmente condenado por la Inquisición en 1616. Contra la convicción popular, la verdad de las cosas es que en ese entonces toda la prueba acumulada sobre el modelo heliocéntrico era meramente circunstancial. La primera prueba empírica irrefutable sobre el heliocentrismo se obtendría recién a comienzos del siglo XVIII, esto es, unos ochenta años después de la muerte de Galileo, cuando se realizaran observaciones en Júpiter tendientes a descubrir un tema tangencial, cual era el valor de la velocidad de la luz. 

GALILEO CONTRA LA INQUISICIÓN.
La verdad de las cosas es que Galileo eligió una mala época para defender el modelo heliocéntrico. La Iglesia de comienzos del siglo XVII se había visto profundamente influida por el espiritualismo y el ultramundanismo propios del Concilio de Trento (1545-1563), que a su vez era respuesta a la Reforma Protestante que Martín Lutero había iniciado en 1517. La Iglesia Católica de la segunda mitad del siglo XVI, y el siglo XVII, buscaba así reafirmar la ortodoxia a rajatabla, como una manera de lidiar con los rebeldes cismáticos del norte que acusaban a la Iglesia Católica de no ser lo suficiemente fieles a las Sagradas Escrituras, algo que entonces y ahora es en realidad cierto. No por casualidad, tanto Copérnico como Brahe provenían de países lejanos a la férula pontificia, ya que eran polaco uno y alemán el otro. Para colmo, en 1618 había estallado la Guerra de los Treinta Años, en la que el católico Emperador de Alemania trataba de aplastar a los rebeldes príncipes protestantes. La guerra pronto se embrolló hasta el punto que el Papado tuvo que elegir entre dos facciones igualmente católicas, la Francia del Cardenal Richelieu o el Sacro Imperio Romano Germánico. En ese clima, para la Iglesia defender la ortodoxia católica no era sólo cuestión doctrinal, sino incluso de supervivencia política. 

Todas estas consideraciones pesaron a la hora de tratar con Galileo Galilei. Cuando se le prohibió defender el sistema heliocéntrico en 1616, Galileo aceptó sumisamente, pero las cosas cambiaron en 1623, porque un antiguo amigo llamado Maffeo Barberini fue elegido como Papa Urbano VIII. Urbano VIII tenía una visión moderna de las cosas, y descreía un tanto de la tradición, pero "visión moderna" significaba también cálculo maquiavélico, y si eso significaba sacrificar a un amigo para salvar la posición política de la Iglesia en el complicado mapa diplomático internacional del minuto, iba a hacerlo sin vacilar. 

Pero Galileo, ajeno a consideraciones políticas, tomó el nombramiento de Urbano VIII como una buena noticia, y escribió un diálogo llamado "Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo". En él se presentaba a un interlocutor que defendía el sistema geocéntrico de Ptolomeo, y a otro que defendía el sistema heliocéntrico de Copérnico. Con esto se pretendía argumentar que el sistema heliocéntrico era presentado sólo como hipótesis, pero en verdad, era una defensa desembozada del Heliocentrismo. No costó mucho que los sacerdotes convencieran a Urbano VIII de que Galileo había abusado indignamente de la confianza de su antiguo amigo, y entonces la Inquisición citó a Galileo a Roma. El Gran Duque de Toscana, protector de Galileo, estaba en una posición comprometida, y no pudo defenderlo, por lo que Galileo no tuvo más remedio que acudir ante el tribunal. 

Contra la leyenda popular, no hay evidencia alguna de que Galileo Galilei haya sido torturado, aunque sí estuvo en prisión. El procedimiento inquisitorial era simple. Si el acusado abjuraba, se le condenaba como pecador, pero podría conservar la vida. Si negaba, tendría que probar su inocencia, algo bien difícil cuando la Inquisición ya de alguna manera había tomado una decisión sobre su culpabilidad, y si la Inquisición condenaba, el castigo sería la hoguera. Galileo sabía que iba en serio: después de todo, habían quemado a Giordano Bruno por razones más o menos similares. Por lo que en ese año 1634, Galileo se decidió a abjurar. Dice la leyenda que Galileo murmuró: "E par si muove" ("y sin embargo se mueve"), refiriéndose a la Tierra, pero no hay evidencia de esto. 

Galileo fue condenado a prisión en los calabozos de la Inquisición a discreción de ésta, pero esto se transformó después en arresto domiciliario de por vida. Falleció en su hogar ocho años después, en 1642. Había quedado ciego mucho antes, probablemente debido a sus muchas observaciones dirigidas hacia el Sol. Su último libro, sacado clandestinamente por amigos a Holanda, versaba no sobre Astronomía, sino sobre Mecánica. 

Como puede apreciarse, los entretelones del juicio a Galileo son bastante más complicados de lo que leyenda negra reza. La Iglesia Católica se comportó de manera intolerante, es cierto, pero no es menos cierto que estaba bastante presionada en aquellos años. Por otra parte, el modelo heliocéntrico que Galileo defendía con tanto ardor no estaba ni de lejos completamente probado, y a su manera, al defenderlo como una verdad establecida, Galileo se comportó de manera tan dogmática como la propia Iglesia Católica. Pero después vino la Ilustración, y en el siglo XVIII, buscando héroes seculares que lucharan contra los sacerdotes y su odioso oscurantismo, los ilustrados reivindicaron la figura de Galileo Galilei como un defensor de la libertad de pensamiento, algo que era, pero sólo hasta cierto punto.

El “Pecado de Onán” del Antiguo Testamento y el Error de la Sexología Moderna


En algunos libros de vieja raigambre todavía puede encontrarse la palabra “onanismo” como sinónimo de “masturbación”, e incluso se recurre a floridas metáforas como hablar del “pecado de Onán” o del “vicio de Onán”. Expresiones todas destinadas a quedarse en los libros de historia, como reliquias de tiempos más literarios, ante el auge de giros populares como “corrérsela”, y similares.

Pero entremos en materia. No mucha gente sabe que la identificación entre onanismo y masturbación viene de la Biblia, de un personaje bíblico llamado Onán, que supuestamente se masturbaba. O al menos así es como se enseñaba. Pero, ¿es esto así? Repasemos lo que dice la Biblia al respecto:

Judá tomó para su primogénito, Er, una mujer llamada Tamar. Pero Er no le gustó a Yavé, quién le quitó la vida. Entonces Judá dijo a Onán: «Toma la esposa de tu hermano y cumple con tu deber de cuñado, tratando de darle descendencia». Onán sabía que aquella descendencia no sería suya. Cuando le tocó tener relaciones con su cuñada derramó en tierra para no darle un hijo a su hermano. Esto fue mal visto por Yavé, quién también le quitó la vida.
[Génesis 38:6-10].

Saltan a la vista varias cosas del texto. En primer lugar, es una historia con moralina. En este caso la moraleja es: “Yavé tu dios adora el levirato, así es que no lo desobedezcas”. El levirato era una antigua costumbre según la cual si alguien moría y dejaba una viuda, el hermano del muerto tenía que contraer matrimonio con la viuda (es decir con su cuñada). Esto es lo que hizo Onán, como hermano del difunto Er, casándose con Tamar, la viuda. La costumbre del levirato se explica porque de esta manera el patrimonio se conserva dentro de la familia, porque se consideraba a la mujer como objeto propiedad del varón.

Pero vamos al aspecto más sórdido de la historia. El Génesis es claro y habla de que su conducta sexual tenía motivo cuando Onán tenía relaciones con su cuñada. Es decir, no se trata de una masturbación, o al menos, no de una masturbación en solitario. En segundo lugar, derramaba en tierra, es decir, no consumaba la cópula eyaculando dentro de la mujer. La consecuencia lógica es: ¡Onán no estaba masturbándose, sino practicando el coitus interruptus!

Así es que la próxima vez que vea algún texto antiguo refiriéndose al onanismo o la práctica de Onán, ya sabe que está hablando de la masturbación, pero lo hace porque el tipo en cuestión no se ha molestado en leer la Biblia, ha adoptado el uso común de la palabra, y por tanto, ha incurrido en un error de bulto, en lo que a sexología se refiere.

PUBLICADA POR ECUMENÓPOLIS 

18 de octubre de 2017

El Secuestro del Barco Mercante Venezolano “Anzoátegui”.


A mediados de la década de los años cincuenta, en pleno apogeo del gobierno de Marcos Pérez Jiménez, la Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN) recibió un impulso considerable con la incorporación de nuevos buques, de modo que, abanderados en el país, representaran el esfuerzo de poseer una marina mercante propia capaz de atender una parte importante de las necesidades de exportación e importación del tráfico mercante nacional.

Uno de aquellos barcos recibió el nombre de “Anzóategui”. Construcción número 730 del astillero Vuijk & Zonen (Holanda), fue botado el 2 de junio de 1955 y entró en servicio a finales de dicho año. Era un clásico “tres islas” compartimentado en cinco bodegas, cuatro de ellas para carga seca con una cubicación de 7.977 metros cúbicos y una frigorífica, con capacidad para 429 metros cúbicos, asistidas por una pluma de 40 toneladas de potencia de izada a proa, una pluma de 25 toneladas a popa, ocho puntales de cinco toneladas y cuatro puntales de tres toneladas, respectivamente.
Estampa marinera del buque “Anzoátegui”

De 3.127 toneladas brutas, 2.900 toneladas netas y 5.102 toneladas de peso muerto, medía 116,71 m de eslora total, 15,90 m de manga, 9,45 m de puntal y 6,20 m de calado. Disponía de alojamiento para 35 tripulantes y 12 pasajeros en camarotes dobles y estaba propulsado por dos motores diesel Nordberg, con una potencia de 4.200 caballos acoplados a una reductora y accionaba un eje y una hélice de paso fijo, que le permitía mantener una velocidad de 14,5 nudos. Código IMO 5020548 y señal distintiva YXAG.

Este buque está asociado a la historia contemporánea de Venezuela, pues fue protagonista de un suceso que tuvo una notable resonancia internacional. Alentado, sin duda, por el éxito mediático que había tenido en enero de 1961 el secuestro del trasatlántico portugués “Santa María” a manos del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), el 12 de febrero de 1963 un comando de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) e integrado por militantes del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento de Izquierda Revolucionado (MIR), protagonizó el secuestro del mercante venezolano “Anzoátegui”.

La complicidad del segundo oficial de cubierta, Wismar Medina Rojas, garantizó el éxito de la operación. El día antes, con el barco atracado en el puerto de La Guaira, subió a bordo las armas en una maleta. El comando estaba formado por ocho hombres al mando de José Rómulo Niño y del que también formaban parte Paúl del Río (alias Máximo Canales), de origen asturiano y autor del secuestro de Alfredo di Stéfano, el 24 de agosto de ese mismo año, en un hotel de Caracas; Federico Fernández Ackermann, Héctor Fleming Mendoza y Carlos Palma.

El comando subió a bordo como un grupo visitantes interesados en conocer el barco y, aprovechando el cambio de guardia, permaneció oculto en un camarote durante nueve horas, con la incertidumbre de que su acción pudiera haber sido delatada o se tratara de una trampa de la Guardia Nacional, pues a otro de los miembros le había sido negado el acceso por ser negro. Eran muy jóvenes, pues sus edades oscilaban entre 26 y 19 años. Los revolucionarios bautizaron la operación con el nombre de “Alberto Rudas Mezones”, un compañero estudiante muerto en una manifestación contra la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba.
Foto del secuestro de Alfredo di Stéfano, en la que aparece junto a Paúl del Río (Máximo Canales)

Pero no sucedió así y cuando llegó el momento, después de que el buque “Anzoátegui” hubiera alcanzado aguas internacionales en viaje a Houston y Nueva Orleáns, los miembros del comando fueron avisados por Wismar Medina Rojas y asaltaron el puente de mando, tomaron el control de la estación de telegrafía y la sala de máquinas. No hubo resistencia por parte de la tripulación, que en ese momento estaba desayunando y se ordenó poner rumbo a Brasil, en tiempos de la presidencia de Joao Goulart. Hasta en esto emularon el secuestro del trasatlántico portugués, pues Galvao decidió que el barco fuera a Brasil, donde Jánio Quadros simpatizaba con la causa de los rebeldes.

El secuestro del buque “Anzoátegui” duró una semana. Durante algo más de 24 horas el barco quedó en absoluto silencio y cuando abrió la radio lo hizo para transmitir informaciones falsas e informar a los medios internacionales de la intención y el alcance de la acción. Desde que se tuvo conocimiento del suceso, el gobierno de Rómulo Betancourt –contra quien iba dirigida la protesta– movilizó a la Armada venezolana y pidió ayuda a la U.S. Navy, pensando que la intención era llevarlo a Santiago de Cuba, pues Radio Habana había dicho que el régimen cubano les daría asilo y el barco sería entregado a Naciones Unidas.

Habían transcurrido cuatro días cuando fue localizado por aviones de la USAF, que le transmitieron por radio o morse la orden de que cambiara de rumbo y se dirigiera a Puerto Rico. Como no hubo respuesta, le lanzaron unas andanadas, pero no consiguieron su propósito. Fueron transcurriendo las horas y con ellas otras tres singladuras, hasta que, aproximándose a las costas de Brasil, el comando ordenó al capitán del buque “Anzoátegui” que procediera al puerto de la ciudad de Belem, situada en el sur del canal de desembocadura del río Amazonas. A su llegada a la isla de Amapá fueron detenidos por las autoridades brasileñas y posteriormente trasladados a Brasilia y Río de Janeiro por vía aérea. El presidente Goulart les concedió asilo político y quedaron en libertad, desoyendo de ese modo la reclamación del Gobierno venezolano, que les había acusado de una acción de piratería.

Y al igual que sucedió con el trasatlántico “Santa María”, la acción del FALN alcanzó el objetivo de propaganda política armada que se había propuesto, pues la cobertura informativa internacional fue notable y el alcance de la acción llegó a quienes entonces estaban inmersos en la lucha revolucionaria, liderada por Fidel Castro, que había visitado Caracas el 23 de enero de 1959, un año después del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez. En los círculos oficiales venezolanos, los autores del secuestro fueron tildados de terroristas comunistas y, al contrario, en los sectores revolucionarios que habían protagonizado en 1962 las asonadas cívico-militares de Puerto Cabello y Carúpano, el asalto del buque “Anzoátegui” había sido un gesto de gran calado. 

El tratamiento que la noticia tuvo en la prensa venezolana, española e internacional es tema lo suficientemente atractivo para un trabajo más profundo. En el periódico ABC, de Madrid, edición del 16 de febrero de 1963, leemos lo siguiente: “Los piratas comunistas que se han adueñado del mercante venezolano Anzoátegui han amenazado con volar el buque si son detenidos por un navío de guerra, según se informa. Una mujer, que pertenece al Ejército de Liberación Nacional –movimiento antigubernamental– hizo esta amenaza por teléfono a las agencias de noticias y a los periódicos de Caracas. Esta mujer es la que anunció el rapto del buque por miembros de este movimiento clandestino venezolano”, Federico Fernández Ackermann es hijo de Jorge Fernández de Sotomayor, uno de los protagonistas del asalto al trasatlántico “Santa María”. Se dio la circunstancia de que había formado parte del comando del DRIL junto a su padre y la experiencia le había servicio para el asalto del buque “Anzoátegui”. Cuando regresó clandestinamente a Venezuela, fue apresado y privado de libertad entre 1963 y 1969, con estancias en la prisión militar del cuartel San Carlos y la cárcel Modelo. Los restantes miembros también regresaron paulatinamente a través de la frontera con Colombia y continuaron vinculados a la lucha armada que predominó en el país durante la década de los años sesenta, aunque nunca obtuvo un apoyo popular.
Resultado de la colisión entre los buques “Roraima” y “Anzoátegui”

Por lo que se refiere al buque de esta historia, la tripulación también fue detenida y puesta en libertad después de comprobar que no había tenido nada que ver con el secuestro. Parece ser que el oficial radiotelegrafista mostró simpatías con los revolucionarios del FALN, según los testimonios posteriores aportados por éstos. Poco después, el barco regresó a Venezuela y continuó al servicio de la CAVN.

El 27 de enero de 1971 fue abordado en aguas de Galveston (EE.UU.) por el buque de su misma bandera “Roraima”, propiedad de Naviera del Orinoco (Navioca), resultando ambos con averías de consideración. La proa de éste se empotró literalmente en el costado del primero, entre las bodegas números uno y dos, como se puede apreciar en la foto que acompaña. Reparado y devuelto al servicio, en 1977 fue vendido a Venezolana de Buques C.A. (Venebuques) y rebautizado “Güiria”. A partir de entonces transcurrieron otros diez años y en 1987 fue vendido para desguace.

Juan Carlos Díaz Lorenzo
Fotos: Ventuari (histarmar.com.ar)

13 de octubre de 2017

Criaturas Biblicas que la Ciencia se niega aceptar; Behemot, Leviatan y Ziz


Behemot, Leviatan y Ziz, estos son los 3 Grandes Tanim(Monstruos/Dragones) de la Biblia...

Salmo 50:11 Conozco todas las aves de los montes, y el Ziz del campo me pertenece.

Job 40:15 Mira a Behemot, criatura mía, como tú. Se alimenta de hierba como el buey.


Behemoth, Leviathan y Ziz son tres criaturas mencionadas en la Biblia en el libro de Job que muchos creen son dinosaurios. Mientras algunos creen que Behemoth y Leviathan son bestias del fin del tiempo. Ziz en el centro, Behemoth a la izquierda y Leviathan a la derecha, coincide con dos dinosaurios, el Braquiosaurio y el plesiosaurio. La Biblia describe a Behemoth siendo muy fuerte y podría doblar su cola como un cedro y sus huesos son tubos de bronce, sus miembros como barras de hierro. Leviatán se describe como un tipo de serpiente con plesiosaurio como rasgos. Behemoth y Leviathan posiblemente desacreditan la visión tradicional sobre los dinosaurios que murieron millones de años antes de los humanos. 


En el caso de Behemoth y leviatán, los dos enigmáticos animales mencionados en el libro de Job, comúnmente se equiparan con un hipopótamo y un cocodrilo, respectivamente. La exégesis de Job 40 y 41 indica que un hipopótamo y un cocodrilo no son candidatos probables para estas criaturas enormes descritas por Job. Tampoco deben tomarse los gigantes y los leviatán como animales mitológicos. Después de establecer sus identidades, también considero hasta qué grado simbolizan el poder del mal, y si están conectados con Satanás (que se menciona en los dos primeros capítulos del libro). 

Hay muchas historias sobre la gente que lucha dragones y monstruos del mar. Una de las historias más antiguas es la de Gilgamesh, un héroe de la antigua Babilonia. Varias veces se observa, con respecto a este animal, que "Su boca es fuego, su aliento es muerte." Varias representaciones babilónicas retratan dragones; por ejemplo, se describe un dragón de siete cabezas, con fuego que emana del cuerpo. Los dragones chinos (que respiran el fuego) son familiares a todos y pueden indicar que tales criaturas existían en el pasado.

¿Eran monstruos y leviatanes verdaderos animales? 

El libro de Job, presumiblemente escrito en el segundo milenio aC, detalla los acontecimientos del Job patriarcal en la tierra de Uz. 2 Al final del libro, en el discurso de Dios a Job, se describen dos animales grandes. El primer animal se describe en diez versículos (40: 15-24) y el segundo en no menos de 34 versículos (41: 1-34). Varias traducciones en inglés dan los nombres hebreos en lugar de una traducción: behemoth y leviathan. En el curso de la historia, la gente ha preguntado a menudo si estos pasajes describen animales reales. Varias interpretaciones se han movido entre los extremos de las explicaciones míticas y realistas. El judaísmo apocalíptico y rabínico temprano los representaba típicamente de un punto de vista mítico, donde los animales deben jugar un papel en el futuro. 3 En los círculos cristianos una explicación simbólica o aplicación ha estado presente durante mucho tiempo. Tomás de Aquino, por otra parte, equiparó a un gigante con un elefante, y un leviatán con una ballena. Puesto que Samuel Bochartus, en su Hierozoicon (1663), identificó el behemoth con el hipopótamo y el leviatán con el cocodrilo, esto se ha convertido en el consenso actual. 

La palabra "behemoth" es el plural de "ganado" (ver Génesis 2:20 ). Esta forma plural se utiliza a menudo para las bestias del campo o de los bosques. Leviatán se menciona una vez como una criatura marina normal ( Salmo 104: 26 ) y tres veces de manera simbólica ( Job 3: 8 , Isaías 27: 1 y Salmos 74:14 ). Aunque ambas palabras pueden usarse de varias maneras, varios factores contextuales en Job 40-41 favorecen la interpretación de behemoth y leviathan como dos animales reales que Job pudo haber presenciado: 

La primera vez que el Señor habla en Job 39 Él describe animales reales (de los cuales podemos recoger importantes verdades sobre la naturaleza del mundo y el lugar especial de la humanidad). En los versículos siguientes se mencionan dos animales más vivos, lo que refuerza el argumento de que el Señor se refiere a las criaturas reales. Behemoth no se describe como un animal horrible y rapaz, como en varios mitos de la creación. Por el contrario, se describe como un animal que come hierba ( Job 40:15 ). Se encuentra pacíficamente a la sombra de las plantas del río (vv. 21-22). 

Dios no describe los eventos cósmicos pasados ​​en relación con behemoth y leviathan, sino más bien la apariencia y los hábitos de los animales que estaban presentes. Por lo tanto se está refiriendo a los animales que Job observó personalmente. Ambos animales son extraordinariamente poderosos y evocan temor. 

Es posible que se empleara alguna licencia poética en la descripción de los animales, pero esto no significa que Job y sus amigos no hayan observado animales reales. Por lo tanto, es plausible que los dos animales fueran reales. 

Behemoth (Job 40: 15-24) 
En el capítulo 40, Dios describe un animal impresionante. Es la primera o más destacada entre las obras de Dios. Behemoth aparentemente es una obra maestra (v. 19). Esta descripción es aproximadamente dos veces mayor que la de los animales en el capítulo 39. Se le pide a Job que considere a Behemoth 4 que come hierba como un buey y por lo tanto es una especie de herbívoro (versículo 15). Se le pide a Job que preste atención al poder de sus lomos ya la fuerza de sus músculos del vientre (v.16). Un problema con la idea de que esta descripción se refiere a un hipopótamo es que en este animal los lomos no son individualmente visibles y tampoco son los músculos. El hipopótamo es un animal muy espeso. La cola del hipopótamo no tiene semejanza alguna con una poderosa cedro o rama de cedro. 

Behemoth puede estirar su cola como un cedro. 5 Este árbol es conocido por su tamaño y su madera dura, que es muy adecuado para la construcción. La cola debe ser fuerte y larga. La cola del hipopótamo no tiene semejanza alguna con un poderoso cedro o rama de cedro. La cola corta y gruesa tiene sólo 35 a 50 cm de largo; es ancha en su base y tiene un extremo puntiagudo. Además, el hipopótamo no estirar su cola, pero lo deja colgar y menea. Por esta razón, se ha propuesto la traducción "para aflojar", pero esto no encaja con la comparación de la cola con un cedro. El cedro tiene ramas muy largas de unos 10 a 20 m, por lo que restringir la comparación a una rama de cedro no proporciona una solución. 

Leviatán (Job 41: 1-34) 
Después de la descripción de Behemoth, Dios llama a Job para observar otro animal impresionante que ha hecho. En este caso, la descripción es extremadamente larga y detallada. El animal en cuestión es leviatán, un animal que durante los últimos siglos ha sido equiparado con un cocodrilo. A veces la palabra leviatán se refiere a poderes hostiles, pero en Job 40-41 y en Ps. 104 una verdadera criatura marina parece ser descrita. 

Esta vez la descripción comienza inmediatamente con todo tipo de preguntas. ¿Puede Job tirar de leviatán con un anzuelo, o amarrar su lengua con una cuerda? (v.1). Uno podría empujar la lengua de un animal abajo atando una cuerda alrededor de la mandíbula inferior, evitando que la lengua se mueva hacia arriba, o perforando la lengüeta con un gancho. Un cocodrilo no tiene una lengua clara. Herodoto, por ejemplo, escribe: “Es el único animal que no tiene una lengua, y no puede mover su mandíbula inferior.” El comentarista moderno O. Damste señala: “Este es sólo el aspecto del animal: el cocodrilo tiene una lengua, pero esto está casi totalmente fusionado a la mandíbula inferior.Debido a que la mandíbula inferior descansa normalmente sobre el suelo y el cocodrilo levanta su cabeza con su mandíbula superior, su mandíbula inferior parece estar inmóvil. " La lengua está unida en la parte delantera y apunta hacia atrás. La cuestión planteada a Job es una pregunta retórica, y debemos suponer que un hombre no puede hacer esto. Ya para responder a esta primera pregunta, es improbable que el animal al que se hace referencia sea un cocodrilo, porque la lengua de este animal es apenas perceptible y también porque los cocodrilos fueron capturados y asesinados en Egipto. Papiro Cha (ca. 1430 AC ) representa a un hombre que guarda un cocodrilo bajo control con una cuerda que venga de la boca del animal. Él amenaza con matar al cocodrilo con un cuchillo que tiene en la mano, listo para atacar. La siguiente pregunta a Job es: ¿puede poner un cordón en la nariz o perforar la mandíbula con un gancho? (v. 2). Esta imagen se deriva de la pesca, que utiliza espinas filosas y duras cañas. El pescado fue llevado a casa o conservado en el río, con el gancho en su boca, unido a la caña. Esto no funciona con leviatán. 

Dios no deja de describir los miembros del animal, ni su gran fuerza y ​​forma graciosa (v. 12). ¿Quién puede quitarse el abrigo exterior? ¿Quién puede atravesar su doble armadura? (v. 13). Esto se puede tomar para significar una mandíbula doble o una fila doble de dientes.¿Quién abre las puertas de su boca? Estos dientes son temibles (v.14). El gran número de dientes del Leviatán le da una apariencia temible. 

Dios describe las escamas en la espalda del leviatán como hileras de escudos, firmemente selladas para que no pueda pasar aire entre ellas y no puedan separarse (versículos 15-17). ¿Describe esto la piel escamosa de un cocodrilo, que es bastante suave? ¿O es que esta descripción ampliada se refiere a una característica más llamativa: las escalas que se cubren como tejas? Tales escalas pueden moverse y levantarse. 

Dios entonces describe un fenómeno especial y temible con respecto a la cabeza: cuando el animal estornuda, emite destellos de luz (v.18). A los cocodrilos les gusta acostarse al sol y abrir la boca hacia el sol. Según muchos, estornudan como una reacción a la luz del sol, porque la luz del sol los irrita. Sin embargo, aunque los cocodrilos pueden resoplar, no pueden estornudar como una manera de limpiar su tráquea con un golpe repentino del aire. Los pulmones y la tráquea se cierran cuando nadan por debajo de la superficie del agua y, por lo tanto, los estornudos son superfluos. Los cocodrilos de agua salada en el sur de Asia y Australia regulan sus niveles de sal de una manera diferente. También podemos pensar en animales vivos que producen luz, lo cual está más en línea con la forma hebrea del verbo: hacer que algo brille. Además, en ese caso el fenómeno no depende de si el sol brilla en ese momento o no. 

"Arde fuego de su boca, chispas de fuego disparan de ella. El humo o el vapor se derrama de sus fosas nasales, como de una olla hirviendo y humeante. Su aliento pone carbones en llamas y llamas que salen de su boca "(versículos 19-21). 

La descripción termina con una comparación: "nada en la tierra es su igual, una criatura sin temor" (v. 33). "Él mira abajo en todo que es altivo; él es el rey de todos los animales orgullosos "(versículo 34). El animal debe ser capaz de elevarse alto, pero la palabra "alto" también puede significar "orgulloso" (compare 28: 8; 40:11). 

Los dos últimos versículos de este capítulo indican que el leviatán supera a Behemoth en majestad, aunque este último es una de las obras maestras de Dios (40:19). La mayor longitud de la descripción del leviatán también apunta en esa dirección. Debido a su loftiness, la descripción no cabe un cocodrilo. Este animal no se eleva sobre todos los demás animales, como el hipopótamo, ni tampoco sobre el león, el rinoceronte o el elefante. 

Finalmente podemos afirma que la descripción de Job sobre las tres criaturas biblias 40-41 no tiene un carácter científico y no se puede identificar con precisión a qué animales se refiere y sean aceptados por la ciencia actual, sin embargo hay que considerar que Behemoth y leviatán bien pueden ser ahora especies extintas que todavía estaban viviendo en día de Job. Mientras que lo que se sabe acerca de varias especies de dinosaurios puede parecer que se ajusta a algunos aspectos de la descripción de Dios de behemoth y leviathan, lo más que podemos decir con confianza es que las descripciones no coinciden con ninguna especie viva conocida hoy en día. Al mismo tiempo, llamarlas criaturas "mitológicas" es hacer violencia al texto y al contexto de Job; por lo tanto, afirmamos que éstas eran criaturas reales de las cuales Job tenía conocimiento (aunque no podemos afirmar si Job tenía conocimiento directo o indirecto de ellas). Mas cuando para la ciencia los dinosaurios se extinguieron mucho antes de que los seres humanos aparecieran en la Tierra pero los nuevos hallazgos de fosiles y huellas de dinosaurios, como en Bet Zayit, cerca de Jerusalén, y recientemente en Yemen dicen los contrario y fortalece la tesis que de que los seres humanos y los dinosaurios coexistieron desde que los humanos fueron creados hasta por lo menos después del Diluvio. 

Referencias: 
Reina Valera 1960 
Analizador interlineal de la escritura 
Apocalipsis de Baruk 29:4 
Baba Batra 74-75 
Bereshit Rabah 7: 4 
Rashi bereshit 1:21
Zohar Pinkjas 53

El profeta

CAPITULO FINAL - EL VERDADERO FINAL DEL "NOVILLO PAIVA"


Estuve recluido en Los Flores de Catia, y luego me trasladaron a El Rodeo. En total estuve encerrado casi 14 años. Más el año y medio de Panamá, más los cuatro años de mi juventud, a ver, a ver... Creo que he pasado en prisión algo así como casi la mitad de mi vida. Dirás que soy bastante soberbio –no insultes, Carlos, no insultes– pero esas cuentas puedo sacarlas sin dolor, porque la libertad llegó a molestarme en la piel mientras tu hermano saboreaba los laureles y se gozaba aquel absurdo cuento de príncipes tan parecido a la fama. En la cárcel me sentía libre; humillado y rebajado como hombre para poder sobrevivir, pero al fin libre y hasta un poco contento. Y no sólo por las razones morales que ya te imaginas, sino también porque prosperé allí adentro por medios más o menos limpios: la venta de cigarrillos y fósforos. Qué te parece. Gerardo Leiva, hombre de negocios.

En la cárcel adquirí ese inesperado estatus. En la cárcel me enteré del desfile de idiotas en que se había convertido definitivamente el boxeo venezolano y mundial. En la cárcel me enteré de la muerte de Micaela, ocurrida en 1989. La vieja sólo había ido a visitarme una vez, pero no para darme a probar sus pavorosos almuerzos, como antes, sino para desahogarse de cuerpo presente con un concierto de maldiciones y bofetadas. En la cárcel llegué a olvidar que tú existías, Carlos Leiva, pero una tarde cualquiera te recordé y, casi sin darme cuenta, comencé a escribirte esta carta con cuantos papeles y restos de lápices me cayeron en la mano. En la cárcel estuve pensando muy seguido en Santiago, pero ya no con amargura sino como un ejercicio de deducción o de fantasía sin salida: ¿hasta dónde había ido a parar? ¿Cuánto había caminado o rodado antes de llegar a su destino, si es que acaso había llegado a alguno? No había respuestas ni quería encontrarlas. Sólo me entretenía al repasar las posibilidades.

De pronto, un día de julio de 1997, recibí una notificación de la dirección. Me avisaban que tenía una visita y me invitaron a recibirla en el área administrativa del penal. Un temblor caído de lejos me obligaba a caminar muy despacio. Avancé por los pasillos sin atreverme siquiera a hacerme las preguntas más naturales, más obvias, hasta que al fin llegué a la oficina del director de la cárcel. Allí estaba sentado, esperándome, el visitante. Era el viejo cónsul de Venezuela en Panamá, aquel Francisco Lameda de mis tormentos. A su lado estaba el señor director de El Rodeo.

Cuando estuve sentado frente a Lameda, éste le dijo al funcionario: "Con permiso", cogió impulso y me disparó un repentino golpe que me rompió la boca.

No estaba mal, para un viejo estúpido como él. 

"Usted es un hombre muy valiente", le dije. "¿Quiere que le responda con la derecha o con la izquierda?". 

Me mandó a callar, respiró hondo, se acomodó el saco y comenzó a echarme a la cara todo lo que llevaba entre el pecho y la espalda.

–La mitad de lo que voy a decirte no te importa. Es posible que todo esto te sepa a santa mierda, pero de todas formas voy a contártelo. Apenas me di cuenta de mi error al darte aquellos boletos comencé a buscarlos, a ti y a tu hermano, en todos los lugares posibles. No me sirvió de nada la búsqueda, porque cuando ubiqué un rastro tuyo ya estabas montado en el avión rumbo a Caracas; torpe de mí, no mandé a anular los boletos. Supe cuántas cosas hiciste en el pasado para acabar con Santiago, por tu cobardía y por tu envidia, y supe de la declaración que hiciste al llegar aquí. Pero no me quedé tranquilo; sé que eres un asesino, un hijo de mala zorra, pero no tienes talento para deshacerte de alguien con la limpieza y la perfección que simulaste delante de la policía, y comencé a indagar, a averiguar por medio de mis muchos contactos en Panamá. Al poco tiempo tuve que dejar mi cargo de cónsul, pero allá me quedé, insistí en la búsqueda de Santiago y heme aquí, victorioso. He tenido éxito. Con más de diez años de retraso, pero he tenido éxito. Mis agentes han encontrado a Santiago caminando sin rumbo al borde de una carretera, pero ahora está a buen resguardo, y con vida. Oyelo bien: está con vida, y protegido por mí.

Hizo una pausa para mirarme de cerca el rostro, para descubrir en el movimiento o el color de mis arrugas alguna reacción que lo alentara. Pobre tipo. Un rostro como el mío, colmado de soledad y de la más terrible victoria, no podía alterarse así de fácil. Las candelas capaces de herirme no están en los labios de otro hombre, sino dentro de mí mismo. Se dio cuenta de esto, tal vez se desanimó un poco, pero continuó con su narración.

–Lo he traído a Caracas, se lo he presentado a varios viejos aficionados al boxeo para darles la gran noticia de la resurrección, pero nadie me ha hecho el menor caso. Cuando menciono al glorioso Trueno del Litoral asienten con la cabeza y se echan a bostezar: el apodo no les sugiere nada, lo mismo que el nombre real. En un solo sitio encontré a alguien que tenía una vaga idea de quién era el hombre del cual le estaba hablando. Cristóbal Guerra, veterano periodista, aseguró que había visto un par de peleas suyas, pero enseguida guardó silencio. Al rato me dijo: "Doctor, pero ¿usted está seguro de que el hombre que acabó con la carrera de Hormiguita Hidalgo no fue Alfredo Paiva, El Novillo Negro? Le expliqué toda aquella confusión con los nombres, le resumí cuanto me fue posible el relato del enredo de papeles. Por último, al notar que mi discurso le interesaba muy poco, le juré por mi honor que El Trueno no sólo había sido el verdugo de Hormiguita, sino que pudo haber sido campeón mundial. Tal vez ese fue mi error, dejarme ganar por la pasión al narrar un capítulo tan insignificante y oscuro de la historia del boxeo. El periodista me dio la razón, supongo que por cortesía, y me aseguró que iba a escribir unas líneas al respecto. No lo hizo nunca. Ni Santiago ni el boxeo son noticias ya en este tiempo, a nadie le ha importado ni siquiera la circunstancia terrible de que al Trueno lo dieron alguna vez por muerto, por asesinado. Y ahora para colmo no hay campeones, ni gente interesada en los héroes de ahora, mucho menos en los de antes. Ahora hay caricaturas de peleadores; el hombre-show del momento ha botado su carrera a la basura por morderle una oreja a su rival, en un combate por el título mundial Pesado. Se acabaron los ídolos. Ahora queda un montón de burros sin ángel ni personalidad.

¿Fueron visiones mías o aquel hombre se secó una lágrima? No estoy seguro, no me interesa en realidad. De repente cambió su voz por una de panteón y me puso un dedo muy cerca de la cara.

–Quiero hacerte saber tres cosas sobre lo que es y será de tu vida. Una: he asumido el papel de abogado defensor en tu caso. Dos: en el ejercicio de esas funciones vengo a informarte que estás libre, porque el homicidio por el cual pagas condena es falso, como ya lo sabemos, aunque tu crimen ha sido peor que un asesinato. Tres: irás a la calle, se acabó tu privilegio como vendedor de cigarros a precios asquerosos. Y, sobre todo, se acabó tu tranquilidad, porque...

Se detuvo para hacerle una señal al director de la prisión. Esperó a que éste saliera de la oficina, y continuó.

–Debería dejar que te mueras o que te maten en este lugar, pero quiero darme el gusto de matarte yo mismo, y quiero que sea de muerte dolorosa. Desde mañana, cuando salgas en libertad, voy a tener mil ojos vigilándote. No irás a ningún sitio a contar nada sobre ti o sobre Santiago, porque voy a cazarte como a un perro, vas a morir aplastado cuando menos te imagines. No implores que te dejen encerrado, ni sueñes con la salida del suicidio. No: vas a mendigar por la ciudad y a vivir sin techo, porque tu vieja casa ya no existe, la gente del barrio la ha quemado. Y si existiera, de todas formas no podrías acercarte a ella, porque los nuevos dueños del barrio te destrozarían como a la plaga que ya saben que eres. Así que camina, camina mucho y con cuidado por esas calles. 

Mira siempre hacia los lados, voltea, dale un vistazo a tu sombra: yo voy a estar ahí, siempre ahí, esperando que te descuides para mandarte a compartir un agujero con los gusanos. Esto es una amenaza. Es una promesa. Y yo cumplo lo que prometo.

Al coño con estos sujetos que se creen más inteligentes y más endemoniados que el demonio. ¿Sabes qué hice apenas vi la luz del día de mi libertad? Pues exactamente lo que el cónsul me había advertido que no hiciera: me fui a Catia La Mar. Subí, escalón por escalón, los derruidos callejones del barrio, que por cierto ha cambiado mucho. Tras equivocarme y corregir el rumbo por unas escaleras desconocidas y unos callejones que parecían salidos de un volcán, llegué por fin al rancho de Micaela. Allí estaba, entero, sin señales de haber sido quemado como no fuera por el sol. En cuanto a la gente del lugar y su actitud, me miraban como se mira en esos arrabales a los extraños: de reojo, prestos a detectar una expresión de miedo o de rabia para caerle encima y liquidarlo. Pero nada pasó. En la cárcel he aprendido a no dejarme afectar por provocaciones de ningún tipo.

¿Quién estaba en casa de Micaela? Ni más ni menos, la Mojondemomia, un par de negros altos que deben ser sus hijitos lombricientos, ahora convertidos en adultos. Y en el fondo, rodeado de gallinas, sol, tierra y lagartijas, el espectro o desecho ambulante de Santiago Leiva. Escuché el largo susurro que emitía; creo que cantaba o intentaba cantar algo. En algún momento se levantó y trató de caminar, pero al dar el primer paso lo estremeció una tembladera y volvió a sentarse entre la tierra y las gallinas. No me atreví a llegar hasta la casa, sólo me quedé observándolo desde una parte alta, oculto, durante una media hora. Hasta que el sol redescubierto me obligó a moverme de mi sitio, y una risotada que podía delatarme me provocó un dolor punzante en el pecho.

Así que allí puedes ir a verlo, querido Carlos, hermano. ¿Te atreverás a visitarlo en ese cerro que siempre odiaste? No estoy seguro de ello, pero de todas formas si lo haces necesitarás mi recomendación, mis instrucciones. Creo que puedes hablarle con confianza, aunque es posible que no te reconozca. Es posible que reaccione ante ti con cariño o que intente fulminarte, pero no con aquellos golpes mortíferos que ya no se atreve a utilizar, sino con ráfagas de maldiciones y juramentos que no deben dolerte, que no deben doblegarte, porque no podrás comprenderlos. También es posible que te obsequie alguno de sus largos y enrevesados estribillos en forma de canción sin idioma: lobo envejecido, sirena en quiebra o ave nocturna, su mayor aspiración ante los hombres consiste en ser escuchado y en ser comprendido. Obsérvalo con atención pero no lo compadezcas, ignora su cantar porque no es de este mundo; no escuches su canción desesperada, ni llores su destino. Pero por una vez en la vida hazle honor y justicia. Apláudelo larga, tierna, calurosamente, hasta hacerle recordar y sentir en la piel a las multitudes que lo adoraron; celebra con él y dale mil felicitaciones, pues finalmente ha cumplido su más alta penitencia: pagarle una vieja deuda a quien sí pudo haber sido –aún lo creo– el más poderoso de los truenos.

FIN..............


12 de octubre de 2017

LOS CUATRO JINETES (Alberto Parte 5)

Las “Momias Blancas” del mundo precolombina ignorada por la historiografía ortodoxa.


Los siguientes párrafos fueron escritos por el antropólogo Jacques de Mahieu. Abordan la misteriosa existencia de las “momias blancas” del mundo precolombino, campo absolutamente prohibido e ignorado por la historiografía ortodoxa, pues sencillamente desestructura la visión dogmática de la América indígena y sus habitantes:

Si todavía hoy, después del proceso de mestización que inevitablemente ha producido un contacto multisecular, encontramos a “indios blancos” en Sudamérica, la lógica indica que se debería hallar también rastros de sus antepasados, más puros, en antiguas sepulturas. Desgraciadamente, mucho antes de que arqueólogos y antropólogos se dedicaran a hacer excavaciones con fines científicos, la inmensa mayoría de las tumbas precolombinas habían sido violadas por buscadores de tesoros, que no se preocupaban en absoluto por los restos humanos que en ellas descansaban. En las regiones colonizadas por los españoles y portugueses, a menudo no hay garantía de que tal o cual esqueleto de características arias no provenga, aun cuando se lo encuentre en un cementerio indígena, de algún blanco o mestizo posterior a la Conquista. De vez en cuando se descubre, sin embargo, en aéreas prácticamente inexploradas, restos humanos inconfundiblemente europoides que pertenecen a tribus “autóctonas”. Es esto lo que sucedió con unos esqueletos hallados, en 1959, por Marcel Homet en urnas funerarias de la Serra do Machado, en el Amazonas.

Cráneo de tipo ario nórdico encontrado en una runa funeraria arawak del Amazonas

En un caso, sin embargo, la situación se ha presentado muy diferente: El de cientos de momias descubiertas, a partir de fines del siglo pasado, en tumbas prehispánicas del Perú y, especialmente, las que se encontraron, en 1925, en cuevas de la península de Paracas, a 18 km de Pisco. Estas momias no son representativas de la población toda. Pues si algunas se conservaron naturalmente en razón del clima seco de la región o por haber sido enterradas en la arena, la mayor parte de ellas fueron embalsamadas y pertenecían, por lo tanto, a miembros de las familias dirigentes de la época.

Las momias en cuestión corresponden a dos tipos raciales bien diferenciados. Unas son innegablemente mongoloides: Baja estatura, cara achatada, cabeza braquicéfala y pelo negro azulado, y pertenecen a individuos semejantes a los indios que todavía pueblan la región. Las demás, por el contrario, son de alta estatura, cara alargada, cabeza dolicocéfala y pelo claro, con variaciones que van desde el castaño al rubio “paja”, pasando por todos los matices del rojo, sin descoloración artificial. Quien viera, sin indicaciones de procedencia, la momia reproducida en la siguiente imagen no vacilaría en atribuirla a una mujer aria de raza nórdica. No se trata de meras apariencias y los especialistas opinan del mismo modo. Algunos pensaron, en un primer momento, que las medidas de la cara y del cráneo podían provenir de una deformación artificial como la que efectivamente, los indios peruanos producían a menudo en los niños, y que el color del pelo podía ser la consecuencia de la acción del tiempo. Estas hipótesis tuvieron que ser desechadas.(…)

La presencia, en el Perú precolombino, de blancos de biotipo nórdico no puede, por consiguiente, ponerse en duda. El problema es saber a qué época pertenecen las momias que lo prueban. Como siempre cuando se trata de cronología prehispánica, las opiniones varían al respecto en cientos y miles de años (Jacques de Mahieu, El gran viaje del Dios-Sol. Páginas 63-65).

Momia de tipo ario nórdico, con trenzas rubias de pelo natural, descubierta en Paracas, Perú

De Mahieu ha atribuido el origen de estas “momias blancas” a las irrupciones de grupos nórdicos en el continente americano, con mucha antelación al arribo de los peninsulares a partir del siglo XV. Su conclusión se basaba en el marco contextual que él creyó vislumbrar: La presencia de características “europoides”, es decir, de “indios blancos” en América, necesariamente debería atribuirse a poblaciones de origen europeo. 

Sin embargo, tal como lo prueba la evidencia arqueológica, el tronco primigenio americano -los paleoamericanos- el cual ha sido precisamente caracterizado como dolicocéfalo, fue el grupo aborigen que habitó el continente, con anterioridad a la irrupción de los grupos provenientes desde distintos puntos de Asia, que posteriormente serán conocidos como indígenas.

La superposición y coexistencia de estos dos grupos, permite explicar las dos variantes de tipos craneales descubiertos en la península de Pisco.

El origen de este grupo blanco precolombino se puede rastrear en las propias tradiciones míticas como a su vez en las numerosas crónicas y fuentes etnohistóricas de la época del “Descubrimiento”, Conquista y Colonia. Pues ellos fueron los descendientes de los Viracochas, los venerados Dioses Blancos de la América Aborigen.

La Dama de la Máscara, momia wari de ojos azules, descubierta en 2008 en la Huaca Pucllana en Lima, Perú, que comprueba la existencia en tiempos precolombinos de población blanca americana.

Rafael Videla Eissmann

11 de octubre de 2017

LA FUERZA (Alberto Parte 4)

Sabias de la mujer indígena Americana en Europa, V siglos antes que Colón.



La revista American Journal of Physical Anthropology del mes de Noviembre de 2010 ha publicado un extraordinario estudio en el cual han participado investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a científicos de la Universidad de Islandia y de la biofarmacéutica deCODE Genetics de Reikiavik de Islandia.

En el estudio se concluyó que cinco siglos antes que el navegante Cristóbal Colón pisara por vez primera tierra americana, es decir, en el siglo X, una mujer amerindia fue llevada por los vikingos hasta Islandia, hecho que establece el contacto de europeos y americanos en una época no abordada por la historiografía y cuya presencia ha sido posible rastrear en base al examen genético.

Los investigadores han llegado a dicha conclusión después de analizar la información genética de cuatro familias islandesas de las que hoy forman parte alrededor de ochenta personas. Tras reconstruir sus genealogías hasta cuatro antepasados cercanos al año 1700, se ha comprobado que en sus genes se ha hallado un linaje de origen americano nativo. Se trata del denominado haplogrupo C1, el cual es mitocondrial, es decir, fue introducido en la isla por una mujer.
Detalle del mapa vikingo de Vinlandia-América del siglo XI d.C. aún cuando se ha basado en una fuente más temprana.

Se había asumido hasta tiempos recientes que los genes de los habitantes de Islandia procedían de los países escandinavos y de Escocia e Irlanda. Sin embargo, hace cuatro años se descubrió que cuatro islandeses, miembros de las familias investigadas, tenían un linaje mitocondrial C1, ausente de Europa pero uno de los típicos de las poblaciones americanas de hace 14000 años y de los habitantes del este asiático.

Carles Lalueza-Fox,miembro del equipo de científicos e investigador del Instituto de Biología Evolutiva que ha desarrollado el estudio, ha expresado que como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X la hipótesis más factible es que estos genes correspondiesen a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000. Curiosamente este hecho habría permanecido oculto porque esta mujer era un personaje anónimo.

Se pensó en un primer momento que procedían de familias asiáticas establecidas recientemente en Islandia, pero cuando se estudiaron las genealogías familiares se descubrió que las cuatro familias provenían de cuatro antepasados situados entre 1710 y 1740 y de la misma región del sur de Islandia, cercana al enorme glaciar Vatnajökull. 

Con el objeto de determinar qué parte de los genes americanos habrían pasado a Europa, los investigadores utilizaron la base de datos familiares de deCODE -que ha recogido las genealogías de todos los islandeses y del 80% de todos los que han existido- para identificar los ancestros matrilineales que portan el linaje C1 para luego realizar la secuencia completa del genoma mitocondrial de AND de once portadores contemporáneos de C1 de las cuatro fuentes matrilineales distintas.

Como se ha visto, los resultados indican que la llegada más tardía a Islandia sería en 1700 o antes, y más probablemente, algunos siglos antes.

Desde esa primera mujer han transcurrido alrededor de cuarenta generaciones y en todas nació -por lo menos- una niña, quien ha de haber tenido hijas y así, este linaje femenino no se ha interrumpido hasta la actualidad, pues en caso contrario, el ADN mitocondrial no hubiese llegado hasta ahora.

Quizás, uno de los aspectos más sorprendentes del estudio es que ha demostrado que el linaje islandés C1 no corresponde a ninguno de los haplogrupos o subgrupos C1 de los americanos nativos (C1b, C1c y C1d) o del asiático (C1a). Más bien, se presenta como parte de un nuevo subgrupo, el C1e. Mientras el origen americano nativo es más adecuado para C1e, su origen asiático o europeo no puede ser descartado.

Véase el artículo A new subclade of mtDNA haplogroup C1 found in icelanders: Evidence of pre-columbian contact? de Sigríður Sunna Ebenesersdóttir, Ásgeir Sigurðsson, Federico Sánchez-Quinto, Carles Lalueza-Fox, Kári Stefánsson y Agnar Helgason, publicado en American Journal of Physical Anthropology del 10 de Noviembre de 2010 y la información de la agencia EFE del día 17 de Noviembre de 2010.

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