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30 de noviembre de 2021

LA "CURIARA DE ORO " DE LA VIEJA ANGOSTURA


Esa Curiara de Alejandro Vargas, se convertiría en una "Barca de Oro" luego que de una tormentosa travesía a través del majestuoso Orinoco, llegara milagrosamente a orilla de una aldea de pescadores,


Antes de iniciar nuestro relato de hoy, es preciso ubicar el entorno que rodeaba a nuestros protagonista. Ciudad Bolívar, antigua Angostura, situada al margen derecho del Orinoco, a 420 kilómetros del mar, era la tercera San Tomé, capital de la Guayana venezolana. Esta capital, fundada primero en la desembocadura del río Caroní, después mudada a Guayana Vieja, fue definitivamente edificada en la segunda mitad del siglo XVIII en el sitio donde el río, atrapado entre colinas rocosas, es más estrecho (ochocientos metros más o menos). Por esta razón, San Tomé recibió el nuevo nombre de Angostura (el estrechamiento) que después de la Independencia tomó el del gran Libertador: Bolívar, o Ciudad Bolívar.



En aquella época se desarrollo un centro esencialmente mercantil, de unos veinte mil habitantes. No había industria; la actividad principal era la actividad minera, esencialmente la explotación del oro, el comercio, la pesca y el tráfico fluvial. Los únicos medios de transporte de las mercancías importadas y los productos de exportación eran los barcos de vapor y los navíos de vela que subían por el Orinoco hasta Bolívar, desde Puerto de Palos al Puerto de Ciudad Bolívar y Trinidad y viceversa.

Entre estos granes barcos de vapor y navíos de vela, también se observaba pequeñas embarcaciones fabricadas artesanalmente por los nativos de la zona y los habitantes pueblerinos de la vieja angostura. Las curiaras indias eran la mas comunes y se elaboraban a fuego lento controlado para luego navegar el río a canalete, con palanca o la sirga. Entre las centenares de curiaras que se podían observar en el inmenso Orinoco, había una muy especial, muy conocida en toda la zonas ala deñas de ciudad bolívar, era una añeja y húmeda curiara de lo más pobre y trajinada que de tanto fondear sobre la arena y encallar entre arrecifes del Orinoco, se le había averiado el casco de tal forma que su dueño no podía carenarla sino con retazos de enaguas y camisa vieja. 




Esa conocida curiara era la de Alejandro Vargas, siempre acompañado de su compinche, el Catire Carvajal, que vivía en el barrio Perro Seco a orilla del Orinoco, tenía vela como uno de esos barcos en el puerto de Ciudad Bolívar que tanto lo impresionaban, y a bordo de ella solían ir a los caseríos ribereños, el uno con su cuatro y el otro con su guitarra, a matar tigre, o en lenguaje más práctico, a buscar la vida.

La Curiara de Alejandro Vargas, se convertiría en una "Barca de Oro" luego que de una tormentosa travesía a través del majestuoso Orinoco, llegara milagrosamente a orilla de una aldea de pescadores, aunque no era la primera vez que esta curiara y su tripulante llegaran a las orillas de los caseríos ribereños, quienes muchas veces llegaban para alegrar las fiestas pueblerinas y noches de parrandas, esa noche era muy especial, era el 24 de diciembre, que luego de partir de algún punto de Puerto de Palos (San Félix) hacia Ciudad Bolívar, el viaje se hizo dificultoso y a caer la tarde, el río estaba encrespado y la curiara, debido a filtraciones, tenía que ser achicada sin cesar, ya en la noche se hizo difícil la navegación, decidieron atracar en un lugar de donde la brisa traía voces y se veían luces. Era Palmarito, aldea de pescadores a escasa distancia de Ciudad Bolívar y a punto de Noche Buena de Navidad. Una vez en tierra firme, Alejandro Vargas desenfundó su inseparable guitarra de un impermeable y otro tanto hizo Carvajal con su cuatro, acompañado con un Calientico de Ron, Alejandro improvisó un aguinaldo para traer alegría en esa nochebuena sin saber que ese canto perduraría en el alma popular; “La Barca de Oro/ el timón de plata/ la quilla de acero/ las velas de nácar/ hasta aquí llegamos/ ya fondeó la barca/ y los pescadores/ dan su serenata”.




Por; Américo Fernández

El 17 de noviembre de 1892 nació en Ciudad Bolívar el rapsoda Alejandro Vargas, músico, cantor y autor de numerosas piezas de corte popular, como el aguinaldo La Barca de Oro, y otras que por mantenerse vigentes en el alma popular durante varios decenios han pasado a engrosar el repertorio folclórico de Guayana.

En La Capotera, hoy calle Peñalver, nació el hijo de Julia Vargas y el albañil trinitario Luis Batista. Terminó de crecer y formarse en la calle Los Culíes, hot Las Mercedes, después que la crecida del Orinoco de 1943 arrasó prácticamente con La Capotera, donde se alojaban los constructores del dique de La Carioca, que no pudo contener aquel desbordamiento del río padre.

Desde temprana edad Alejandro incursionó en la pesquería, especialmente en la temporada de agosto. Este oficio lo alternaba con el de pintor de brocha gorda, y cuando no, con el de vendedor de frutas y chinchorros de moriche. De sus vivencias de pescador parte su guasa La Sapoara compuesta en 1947, sólo superada en fama nacional por el merengue del margariteño Francisco Carreño.
Lo de músico nunca supo por dónde le venía y con los serenateros de su tiempo aprendió a combinar estilo y ritmo propios con los sonidos de su guitarra, aprovechando su excelente voz de tenor.

Era un autodidacta de la música, la composición y el canto. No tuvo maestros y lo que aprendió se lo debía a su buen oído, habilidad y gran constancia. El Cuarteto Contrapunto lo hizo trascender con sus famosos aguinaldos La Barca de Oro y la Casta Paloma que no dejan de sonar durante los festivos días de la Navidad y Año Nuevo.

Alejandro Vargas murió estrangulado por la artritis que lentamente fue apagando su voz y su guitarra. El negro alto y sereno se pasó la vida en comparsas y parrandas, ofreciendo serenatas y cantando aguinaldos, pero desde el primer percance que malogró su voz, abrigaba temor por la soledad y la muerte: Cuando yo me muera / quien me irá a llorar / sólo las campanas / de la Catedral.


Alejandro Vargas



"LA PRINCESA BOLIVAR", LA CERVEZA POPULAR DE LA VIEJA CIUDAD BOLIVAR


25 de noviembre de 2021

"BRITANIA HAT" EL SOMBRERO INSPIRADO POR UN GUAYANES


El "PANAMA HAT" es el sombrero de panamá o sombrero de paja toquilla (o simplemente jipijapa o montecristi) es un tradicional sombrero similar con ala que se confecciona de las hojas trenzadas de la palmera del sombrero de paja toquilla. A pesar del nombre (sombrero panamá), los sombreros bajo este estilo son originarios y fabricados en Montecristi, Ecuador; su nombre y su fama viene del hecho de que se hicieron conocidos y alcanzaron relevancia durante la construcción del Canal de Panamá cuando millares de sombreros fueron importados desde Ecuador para el uso de los trabajadores de la construcción.


Es de resaltar que antes que se popularizara este estilo de sombrero, durante la construcción del Canal de Panamá y su uso por personalidades políticas de la época como Theodore Roosevelt ya en el mundo el sobrero de paja ecuatoriano era considerado de los mas fino, proveniente de los pueblos de Montecristi, Cuenca y Pile, esta ultima con una población para la época de unos 1.000 habitantes ubicada a 10 minutos del Océano Pacífico en la provincia ecuatoriana de Manabí, la tierra donde crece la paja toquilla con la que se teje el sombrero que durante la primera mitad del siglo XX se comercializó mayormente a través del canal de Panamá, de allí la confusión con su nombre.

Tal fue la demanda no solo en la zona de Panamá y Colombia si no esta se extendió al resto del mundo principalmente América Central y el Caribe por lo que muchos comerciantes e inversionista incursionaron en este mercado, creando fabricas industrializadas para la confección de este modelo de sombrero.





"BRITANIA HAT"

Una de las fabricas mas importante que llego a cubrir el 60% de la demanda fue la Fábrica de Sombreros de Paja marca BRITANIA de los hermanos Aristeguieta oriundo de la Guayana de Antaño y cuya sede fue la ciudad de Barranquilla - Colombia. Al frente de la compañía estaba Raimundo Aristeguieta que inspirado en el original sombrero ecuatoriano, fabrico un modelo genérico al cual lo denomino “Britania”. Raimundo Aristeguieta, nacido en Ciudad Bolívar, era banquero e industrial, se le ocurrió la idea luego de un viaje que hizo por conocer a Cuenca, donde un paisano suyo. Tomás de Heres, había sido gobernador en tiempos de la Independencia. Allá en Cuenca conoció y le llamó poderosamente la atención un sombrero de artesanía, elaborado por habitantes de jipijapa, jurisdicción de esa provincia ecuatoriana. El sombrero, hecho de paja trenzada, obtenida de una palmera, también recibía el nombre de “Toquilla”, porque era parecido a los que con ese nombre cubría la cabeza de colonizadores españoles.


De manera que a Raimundo, prendado por el sombrero que terminó luciendo en todo tiempo y lugar, quiso y terminó montando una fábrica en Colombia, aprovechando la alta demanda de los sombreros por los trabajadores del Canal que utilizaban el sombrero jipijapa. El nombre de “Britania” fue por que le recordaba una clase de historia universal antigua que recibió en el Colegio Federal de Guayana.









Historia del Apellido Aristiguieta
Crónicas Angostureñas - Américo Fernández



MIGUEL ARISTEGUIETA


El apellido de Aristiguieta lo sembraron en Guayana dos de las nueve musas caraqueñas que a finales del siglo dieciocho deslumbraron con su gracia y belleza a un grupo de nobles franceses. Se llamaban Teresa de Jesús y Maria Belén Jerez Aristiguieta, radicadas en Angostura en 1818, luego de caída esta en manos de los patriotas.

Las nueve musas caraqueñas, rebosantes de juventud y belleza eran el orgullo de Miguel Jerez de Aristiguieta Lovera y Josefa Blanco Herrera, mantuanos caraqueños emparentados con la familia Bolívar. Maria de las Mercedes, Rosa Maria de Jesús, Maria Begoña, Francisca Fulgencio, Teresa de Jesús, Maria Belén, Josefa Maria, Maria Antonia Petronila y Manuela Josefa participaban muy activamente en la vida social caraqueña y en ocasiones privilegiadas las conocieron importantes personalidades venidas de Europa, entre ellas, los nobles franceses, príncipe de Broglie, el conde de Segur y Luis Alexandre Berthier, quienes visitaron caracas en 1783 y quedaron de ellas deslumbrados.

Además de las nueve musas como grupo famoso de la Caracas que discurrió entre 1783 y 1790, hubo en el matrimonio de Miguel Jerez de Aristiguieta con Josefa Blanco y Herrera otros cinco hijos: 3 varones, y 2 hembras no incluidas por los historiadores entre las musas porque Maria Antonia, la mayor, murió soltera en 1773, a la edad de 20 años, y la otra, Juana, murió recién nacida. El historiador Bartolomé Tavera Acosta refiere en sus Anales de Guayana que el matrimonio Jerez Aristiguieta – Blanco y Herrera tuvo otra hija de nombre Soledad, la presunta madre de Manuel Piar con un príncipe de Braganza, pero el también historiador Lino Duarte Level lo desmiente al decir que esta joven Soledad no era hermana de las musas sino prima y que su embarazo no fue del príncipe sino de Marcos Ribas, padre del prócer José Félix Ribas.

Lo cierto es que hasta ahora los historiadores no han encontrado documento público fehaciente de la existencia de esta Soledad Jerez Aristiguieta, aunque sí este nombre aparece mucho después en descendientes de las musas.

Mercedes, Begoña y Francisca se casaron el mismo día, 28 de octubre de 1775, respectivamente con los hermanos Pedro, Juan y Martín Iriarte Echeverría, nativo de Navarra, España, dedicados al comercio en caracas y la guaira; Rosa al año siguiente con el subteniente Sevillano José de Castro y Araoz; Josefa, con su primo hermano capitán de milicias Antonio Palacios Jerez Aristiguieta; Manuela, con Miguel de Zárraga y Caro, natural de Santo Domingo; Antonia, con Antonio Sausa, natural de Galicia, pero a poco enviudo y volvió a contraer nupcias con el canario Bernardo Blanco Strickland. De este segundo matrimonio, una de las hijas, Carlota, se caso con Antonio Leocadio Guzmán y nació Antonio Guzmán Blanco.

Las otras dos musas, vale decir, las que iniciaron el tronco de los Aristiguieta en Guayana, son Teresa y Maria Belén. Teresa se caso con Antonio Soublete, y tuvieron once hijos, entre ellos, Carlos Soublete, general de la Independencia y Presidente de Venezuela; Soledad, casada con el edecán del Libertador, Daniel O’ Leary; Concepción, casada con el también edecán del Libertador, Julián Santamaría e Isabel, casada con Juan Bautista Dalla-Costa, el viejo y Antonio, casado con Luisa de Heres, hermana del general Tomás de Heres.

Maria Belén se desposo en caracas con el capitán del cuerpo de artillería del ejército Español Joaquín Pérez y Navarte, natural de Vizcaya, pero a los 12 años de casada fue demandada por adulterio y defendida favorablemente por el jurisconsulto Miguel José Sanz.

Antonio Soublete muere en 1813 y en julio del año siguiente cuando se pierde la segunda República y se produce la emigración de Oriente, Teresa con varios de sus hijos menores, toma un barco en el puerto de La Guaira junto con su hermana Maria Belén, quien también había enviudado con una única hija de nombre Soledad. Su destino era las Antillas, a donde le había aconsejado que emigrara su hijo Carlos Soublete, quien ya era coronel y peleaba a favor de la independencia al lado de Bolívar y Ribas. Ese año, en la batalla de San Mateo, muere su hijo Juan y antes en la Batalla de la Victoria de 1812 había muerto Martín, otro de sus hijos.

La embarcación donde Teresa y Maria Belén emigraban fue abordada en alta mar por un barco corsario realista y tanto la tripularon como los numerosos pasajeros fueron despojados de sus prendas de valor. Todas maltrechas llegaron a Haití donde fueron socorridas por la colonia venezolana exiliada y protegida del General Petión.

En 1816, Carlos Soublete se les une en Haití donde se refugian los líderes patriotas encabezados por Bolívar para organizar la Expedición de los Cayos cuyos movimientos desde Margarita, Ocumare de la Costa y Carúpano conducen indefectiblemente a Guayana. En julio de 1817 ya la provincia del Orinoco esta en podes de los patriotas y en 1818 Teresa y Maria Belén se residencian definitivamente en Angostura donde queda con ellas sembrado para siempre el apellido Aristiguieta.

Teresa llegó a Angostura en los primeros días de 1818 con sus hijos Antonio, Isabel, Soledad y Concepción Jerez Aristiguieta. Antonio se caso en Angostura con Luisa de Heres, hermana del General Tomás de Heres e Isabel con el comerciante veronés Juan Bautista Dalla Costa, 22 de marzo de 1818, y de ese matrimonio nacieron siete hijos, entre ellos el prócer civilista Juan Bautista Dalla Costa Soublete, quien ejerció varias veces la gobernación de Guayana.

Sus otras dos hijas, Soledad y Concepción se fueron a vivir a Bogotá y el 21 de febrero de 1828 Soledad se caso con Daniel Florencio O’leary, a quien había conocido en Angostura siendo miembro de la Guardia de Honor del Libertador mientras Concepción contrajo matrimonio con el colombiano Julián Santamaría, siendo éste edecán de Bolívar.

Teresa falleció en Angostura el 18 de octubre de 1833 y su viudo Juan Bautista Dalla Costa volvió a contraer nupcias con otra descendiente de la familia, Belén Fortique Soublette Aristiguieta, hija de una hermana del general Carlos Soublette.
La otra rama del tronco genealógico se extendió a la Angostura del Orinoco en 1834 a través de un biznieto del padre de las musas. Se trata de Miguel Aristiguieta, nacido en cumana el 17 de noviembre de 1819, hijo de don Miguel Jerez Aristiguieta Palacios y de doña Josefa Alcalá Alcalá.

Miguel Aristiguieta Alcalá (sin el Jerez, eliminado a partir de la fundación de la Republica) llegó a Guayana como secretario del Gobernador Francisco Avendaño. En Angostura se radicó desde entonces y aquí contrajo matrimonio con Justa Contasti, hija del prócer de la independencia, coronel Ramón Contasti. Luego llegaron sus hermanos Rafael, quien se casó con Isabel Bermúdez Sayol; Luis, quien contrajo matrimonio con Helena Grillet de Calderón; Pedro, empedernido soltero y el canónigo Leandro Aristiguieta, quien vino en calidad de diácono acompañando al obispo de la diócesis, Mariano Fernández Fortique.

Leandro Aristiguieta Alcalá se recibió de sacerdote (1848) en la Catedral de Ciudad Bolívar y llego a ser Dean de la misma así como Vicario Capitular de la diócesis de Guayana. Durante su vicariato se termino de construir la Torre de la Catedral e igualmente se levanto el Templo de Santa Ana. Miguel Aristiguieta Alcalá enviudo y contrajo nuevo enlace en 1867 con Avelina Contasti, hermana de su primera esposa. Llego a ser Ministro de Hacienda y Gobernador provisional del Estado en tiempo de los Azules. Falleció en Ciudad Bolívar el 28 de diciembre de 1889. Tuvo siete hijos, entre ellos, Miguel Isaías Aristiguieta, excelente pintor, revolucionario, pionero de la fotografía en Guayana. Casado con María Grillet, ambos padres de Tomás, Víctor y Miguel Ángel, seguidores de la trayectoria de su padre.

Su hermano Luis Aristiguieta Alcalá, casado con Helena Grillet de Calderón, tuvo varios hijos, entre ellos: Luis Aristiguieta Grillet, quien para 1885 tenia un taller de fotografía en la calle Bolívar 2; presidente en 1909 de la sociedad pro el idioma Esperanto y uno de los fundadores de la revista “Horizonte”.

José Aristiguieta Grillet quien lo mismo que su tío Leandro Aristiguieta Alcalá, se ordenó de sacerdote y fue destinado a la iglesia parroquial de Upata, donde ahorcó los hábitos, deslumbrado por la belleza teutónica de Cecilia Huguenin, con quien contrajo matrimonio desafiando la excomunión de que fue objeto. De este matrimonio del padre José con la upatense de sangre alemana Cecilia, nació Enrique Aristiguieta Huguenin, padre del periodista Enrique Aristiguieta. Así mismo nació Concepción Aristiguieta Huguenin, esposa del medico y poeta J.M. Agosto Méndez, padres de Maruja Agosto Aristiguieta, docente y activa dirigente de COPEI. También José Luis Aristiguieta Hugueniz, maestro ejemplar de varias generaciones fallecido el 6 de diciembre de 1952. Fue director de la escuela Heres.

Miguel Aristiguieta Grillet casado con Manuela Molina, quienes luego de graduarse de bachiller en el Colegio Federal de Varones se radicaron en Caracas donde fundaron la fábrica de sombreros “Britania” que se extendió a Colombia, Puerto Rico y Panamá. Raimundo fundó en Ciudad Bolívar el quincenario “El Olimpo” (1911) y Manuel en 1904 compuso el vals “Ciudad Bolívar” dedicado a Ginesita Plaza Ponte.

Rafael Aristiguieta Alcalá, casado con Isabel Bermúdez de Castro y sayol. De este matrimonio nacieron numerosos hijos, entre ellos, Isabel Aristiguieta Bermúdez de Castro, esposa de su primo José M. Bermúdez de Castro Grau, quien gobernó al Estado Bolívar durante el trienio 1883-1885 y contra el cual el comandante de armas Juan Carlos Loreto consumó el asalto al poder llamado popularmente “La Catorcera”. Un mes después del asalto falleció su esposa Isabel.

De este matrimonio descienden directamente Leandro Aristiguieta Bermúdez, quien tuvo cinco hijos entre ellos el doctor Leandro Aristiguieta, fundador del Jardín Botánico del Orinoco y la poeta Jean Aristiguieta, quien nació en Guasipati el 31 de julio de 1925. Su densa obra, unas cuarenta, ha sida traducida al Griego, Francés, Hebreo, Inglés, Italiano, Ruso y Portugués. Entre ellas destacan “Árbol de Fuego y Guasipati”, vitral de hechizos.



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22 de noviembre de 2021

EL "OTERO DESCONOCIDO"........Y ESTA EN LA ENTRADA DE GUAYANA

 

LA ESCULTURA NO CONSISTE EN EL SIMPLE LABRADO DE UNA COSA, SI NO EN EL LABRADO DE SU EFECTO ( JHON RUSKIN)

Desde su diseño en 1967 fue considerado en el arte cinético como la vanguardia de la época y perdurable en el tiempo como un foco transformador e innovador, así fue catalogado el "Integral Vibrante" el cual forma parte de las 7 escultura cívicas diseñado por el Guayanes Alejandro Otero en 1967.

Esta escultura fue instalada frente a la Siderúrgica mas grande de Latinoamérica "SIDOR" en la vieja avenida Guayana inclusive antes que se modernizara la avenida con los elevados e intersecciones del Plan IV de SIDOR. Cada guayanés o visitante podía apreciarla luego de las reformas que sufrió la avenida Guayana quedo aislada y sin visibilidad.


DESCONOCIDA POR LA MAYORIA DE LOS GUAYANESES

Sin exageración decirlo pero no solo la mayoría de los guayaneses la desconocen si no muy buena parte de los venezolanos, preguntémosle a los trabajadores de siderúrgica y a la nueva Casta Política si la conoce.....ya sabemos su repuesta.

Se que muchos guayaneses la reconocemos, sin embargo como dijo el escritor Ingles Jhon Ruskin..... "LA ESCULTURA NO CONSISTE EN EL SIMPLE LABRADO DE UNA COSA, SI NO EN EL LABRADO DE SU EFECTO ", partiendo desde este punto observamos en la actualidad que esta obra innovadora y única en su clase prevalece después de mas de 50 años, sin embargo refleja una luz negra y empobrecida que representa la ruina del emporio industrial de Guayana.




Alejandro Otero

Nació en El Manteco, estado Bolívar, el 7 de marzo de 1921. A los 18 años ingresa en la escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, allí no solo participó como estudiante sino también se condujo como profesor de un curso y una cátedra; egresó en el año 1944 tras haber realizado su primera exposición junto a César Enríquez en el Ateneo de Valencia. En 1945 recibe una beca para estudiar en París, en la Escuela de Altos Estudios de la Sorbona. En su estadía allá realizó la serie de “Las Cafeteras” en las que se ve influenciado por Picasso en el camino hacia la abstracción.


Concluido su período de formación (1949) regresó a Caracas, donde fue recibido con gran polémica debido a las obras producidas en Francia, las cuales expuso en el Museo de Bellas Artes, en el Taller Libre de Arte y en el Instituto Pedagógico de Caracas en la que sería su primera exposición individual. Regresó a París en 1948 y junto con otros pintores venezolanos fundó el grupo Los Disidentes, los cuales adoptaron el arte abstracto como oposición a los lineamientos académicos de la vieja escuela basadas en la tradición figurativa y paisajística.

En 1951 viajó a Holanda donde se vio fuertemente influenciado por el arte de Mondrian. Regresó a Caracas en 1952 y a partir de entonces sus indagaciones en el campo de la abstracción lo condujeron hacia el hecho arquitectónico: desarrolló murales, vitrales, paneles en mosaico y aluminio,… y otros

Entre 1955 y 1960 trabajó en la etapa de los Coloritmos, los cuales tuvieron repercusión latinoamericana y le hicieron merecedor de reconocimientos en Barranquilla (1957) y Sao Paulo (1959). Interesado en el teatro, Otero realizó la escenografía para varias obras en el Teatro Nacional, el Teatro Municipal y el Ateneo de Caracas.

En 1958 obtuvo el Premio Nacional de Pintura en el XIX Salón Oficial Anual de Arte Venezolano con su Coloritmo Nº 35. Participó en ese mismo año en la reformulación conceptual de la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, que a partir de ese momento se llamó Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, escuela en la que reinició actividades docentes.

La Gobernación del Estado Bolívar creó, en 1971, el Salón Anual de Pintura Alejandro Otero. Ese mismo año obtuvo la beca de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation. Gracias a ella se incorporó al Centro de Estudios Visuales Avanzados del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) donde continuó sus investigaciones sobre las esculturas cívicas y sus nexos con la realidad natural.


En 1975 asistió como invitado especial a la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil, y al año siguiente junto a Miguel Otero Silva y Manuel Espinoza, introdujo un proyecto para crear la Galería de Arte Nacional, lo cual se materializó en 1976.

En 1982 participó en la XL Bienal de Venecia. Allí se presentó con diferentes obras y dos estructuras, Abra Solar y Aguja Solar, las cuales fueron instaladas a la entrada de la Bienal y en Lido.

En 1986 se instaló la Torre Solar en el Complejo Hidroeléctrico Raúl Leoni del Estado Bolívar En 1987 se le rindió homenaje con ocasión de la Primera Bienal de Arte de Guayana en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, institución a la que donó 33 obras para su colección.


Fallece el 13 de agosto de 1990 a los 69 años de edad. Por decreto presidencial y como homenaje póstumo el 14 de agosto la Fundación Museo de Arte La Rinconada asumió el nombre de Fundación Museo de Artes Visuales Alejandro Otero. La Gobernación del Estado Bolívar creó el Premio de Artes Plásticas Alejandro Otero. Representó en 1991 a Venezuela en la XXI Bienal de Sao Paulo con 75 obras y le es otorgada una Mención Honorífica post-mórtem.

UN "K6" EN PUERTO ORDAZ


La cabina roja más emblemática, diseñada por el arquitecto Sir Giles Scott y conocida por los aficionados como K6, cumplió 80 años en octubre. "Para mucha gente son tan reconocidas como la Torre de Londres"


Estas cabinas, que se convirtieron en uno de los iconos más reconocibles del Reino Unido, ofrecieron a los ciudadanos una forma rápida y cómoda de ponerse en contacto con sus seres queridos. En la década de 1980 se utilizaban más de 73.000 cabinas telefónicas rojas y las personas se volcaban sin dudar a este servicio.

Sir Giles Gilbert Scott fue quien diseñó la emblemática cabina telefónica roja de Londres. Scott fue un arquitecto que también trabajó en algunos de los edificios ingleses más famosos como el Lady Margaret Hall, la biblioteca de la Universidad de Cambridge, la catedral de Liverpool, el parque de la fábrica de cerveza Guinness y el puente de Waterloo.



La primera cabina que diseñó Scott se denominó K2. A partir de su creación, en 1926, el gobierno británico decidió disponer de 1500 por las calles de Londres. Sin embargo, al igual que otros nuevos inventos, el primer diseño se encontró con algunos problemas. Las cabinas eran demasiado grandes y pesaban casi una tonelada, por lo que las autoridades no podían trasladarlas de forma sencilla. Por eso, la Oficina General de Correos pidió a Scott que rediseñara la cabina y la hiciera más liviana. El arquitecto revisó el diseño original de su cabina e hizo unas nuevas un 25% más ligeras que fueron mucho más fáciles de transportar y colocar. En 1935, el nuevo diseño se convirtió en un éxito instantáneo y unas 20.000 cabinas telefónicas rojas, llamadas K6, se colocaron por toda Gran Bretaña.

Hace varios años atrás, las cabinas telefónicas rojas adornadas con una llamativa corona se levantaban con orgullo en casi todas las esquinas del Reino Unido, en los territorios británicos de ultramar y en los países de la Commonwealth. En 1992, había al menos 92.000 cabinas rojas repartidas por todo el Reino Unido. Sin embargo, con la llegada de los celulares, las comunicaciones personales cambiaron de manera drástica y el pequeño nuevo aparato se convirtió en el más popular para hacer llamadas. Así, las cabinas pasaron a ser una monstruosidad molesta en medio de la vía pública.

DEL CEMENTERIO DE CABINAS A BIENES DE COLLECCION

A principios de 2000, funcionaban unas 40.000 cabinas y solo un tercio se utilizaban para hacer llamadas. Esta situación sumada al costoso mantenimiento por parte del estado inglés hizo que el servicio británico de telecomunicaciones planteara la idea de desactivar las cabinas para siempre. Los aparatos terminaron en un cementerio de cabinas telefónicas que se encuentra en el pequeño pueblo de Carlton Miniott, en el norte de Inglaterra. A pesar de ello la cabina se convirtió en una pieza de museo muy bien valorada, miles de ellas están catalogadas como bienes arquitectónicos y los vendedores dicen que la demanda supera a la oferta.




LA "K6" ICONO DE LA HISTORIA DE GUAYANA CON UNA HISTORIA DE AMOR.


La cabina "k6" fue traída desde Inglaterra, a principios de los 80, como parte de los bienes y artículos para la decoración de un club nocturno, por su socio principal, el Inglés Gregory Guthrie. En 1982 abriría sus puertas MELME PUB ubicado en la carrera El Callao, frente al Churrasco y del famoso "El Rayo" puesto de comida rápida.






Como muchos inmigrantes, Guthrie no solo tuvo éxito como empresario en la Guayana de Antaño, si no que para el 1983, recibió un flechazo de parte del amor de su vida, Monica Gallardo quienes se casaron y vivieron varios años en suelo Ingles pero nunca olvidaron a nuestra ciudad, Gregory Guthrie murió en 2011, pero la cabina roja continúa de pie hoy no solo como símbolo de su memoria si no de Luz de esperanza para Guayana y que reflexionemos que asi como estas piezas hoy en dia surgen de un cementerio abandonado a resplandecer al  mundo actual así renacerá Guayana y su gente.

Bibliografia:

Vivopzo.
Promoactual.


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