La revista American Journal of Physical Anthropology del mes de Noviembre de 2010 ha publicado un extraordinario estudio en el cual han participado investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a científicos de la Universidad de Islandia y de la biofarmacéutica deCODE Genetics de Reikiavik de Islandia.
En el estudio se concluyó que cinco siglos antes que el navegante Cristóbal Colón pisara por vez primera tierra americana, es decir, en el siglo X, una mujer amerindia fue llevada por los vikingos hasta Islandia, hecho que establece el contacto de europeos y americanos en una época no abordada por la historiografía y cuya presencia ha sido posible rastrear en base al examen genético.
Los investigadores han llegado a dicha conclusión después de analizar la información genética de cuatro familias islandesas de las que hoy forman parte alrededor de ochenta personas. Tras reconstruir sus genealogías hasta cuatro antepasados cercanos al año 1700, se ha comprobado que en sus genes se ha hallado un linaje de origen americano nativo. Se trata del denominado haplogrupo C1, el cual es mitocondrial, es decir, fue introducido en la isla por una mujer.
Detalle del mapa vikingo de Vinlandia-América del siglo XI d.C. aún cuando se ha basado en una fuente más temprana.
Se había asumido hasta tiempos recientes que los genes de los habitantes de Islandia procedían de los países escandinavos y de Escocia e Irlanda. Sin embargo, hace cuatro años se descubrió que cuatro islandeses, miembros de las familias investigadas, tenían un linaje mitocondrial C1, ausente de Europa pero uno de los típicos de las poblaciones americanas de hace 14000 años y de los habitantes del este asiático.
Carles Lalueza-Fox,miembro del equipo de científicos e investigador del Instituto de Biología Evolutiva que ha desarrollado el estudio, ha expresado que como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X la hipótesis más factible es que estos genes correspondiesen a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000. Curiosamente este hecho habría permanecido oculto porque esta mujer era un personaje anónimo.
Se pensó en un primer momento que procedían de familias asiáticas establecidas recientemente en Islandia, pero cuando se estudiaron las genealogías familiares se descubrió que las cuatro familias provenían de cuatro antepasados situados entre 1710 y 1740 y de la misma región del sur de Islandia, cercana al enorme glaciar Vatnajökull.
Con el objeto de determinar qué parte de los genes americanos habrían pasado a Europa, los investigadores utilizaron la base de datos familiares de deCODE -que ha recogido las genealogías de todos los islandeses y del 80% de todos los que han existido- para identificar los ancestros matrilineales que portan el linaje C1 para luego realizar la secuencia completa del genoma mitocondrial de AND de once portadores contemporáneos de C1 de las cuatro fuentes matrilineales distintas.
Como se ha visto, los resultados indican que la llegada más tardía a Islandia sería en 1700 o antes, y más probablemente, algunos siglos antes.
Desde esa primera mujer han transcurrido alrededor de cuarenta generaciones y en todas nació -por lo menos- una niña, quien ha de haber tenido hijas y así, este linaje femenino no se ha interrumpido hasta la actualidad, pues en caso contrario, el ADN mitocondrial no hubiese llegado hasta ahora.
Quizás, uno de los aspectos más sorprendentes del estudio es que ha demostrado que el linaje islandés C1 no corresponde a ninguno de los haplogrupos o subgrupos C1 de los americanos nativos (C1b, C1c y C1d) o del asiático (C1a). Más bien, se presenta como parte de un nuevo subgrupo, el C1e. Mientras el origen americano nativo es más adecuado para C1e, su origen asiático o europeo no puede ser descartado.
Véase el artículo A new subclade of mtDNA haplogroup C1 found in icelanders: Evidence of pre-columbian contact? de Sigríður Sunna Ebenesersdóttir, Ásgeir Sigurðsson, Federico Sánchez-Quinto, Carles Lalueza-Fox, Kári Stefánsson y Agnar Helgason, publicado en American Journal of Physical Anthropology del 10 de Noviembre de 2010 y la información de la agencia EFE del día 17 de Noviembre de 2010.
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