La denominada Apollo Lunar Landing Legacy Act comenzó su tramitación parlamentaria en el Congreso de los Estados Unidos el 8 de julio de 2013. Se trata de un breve proyecto de ley que pretende preservar y proteger en beneficio de las generaciones presentes y futuras el legado de las siete misiones Apolo que la NASA envió a la Luna entre 1969 y 1972. Su objetivo es tan sencillo como polémico: crear en nuestro satélite un parque histórico, gestionado por el National Park System que, desde 1916, salvaguarda 401 lugares que forman parte de la Historia de esta nación como, por ejemplo, la famosa prisión de Alcatraz o los parques de Yellowstone o Yosemite. El nuevo Historical Park que Washington se propone crear estaría formado por todos los rincones de la superficie lunar vinculados con aquel gran hito de la historia americana, como proclama el Art. 2.4 del proyecto: no solo donde se posaron los astronautas de la Apolo XI, Neil A. Amstrong y Edwin E. Buzz Aldrin Jr., el 20 de julio de 1969 –primeros seres humanos que dejaron su huella en la Luna– sino cualquier otro lugar donde se encuentren restos de los distintos artefactos enviados por la Agencia Espacial estadounidense en aquella misión y en las posteriores [Apolo XII (19 de noviembre de 1969), XIII (14 de abril de 1970), XIV (5 de febrero de 1971), XV (30 de julio de 1971), XVI (21 de abril de 1972) y XVII (11 de diciembre de 1972)].
El texto reconoce con claridad que el proyecto se ha propuesto en este momento porque las empresas comerciales y las naciones extranjeras han adquirido la capacidad de alunizar –a corto plazo, China; a largo plazo, la agencia europea– y es necesario proteger los lugares donde alunizaron las misiones Apolo para la posteridad. La polémica ha surgido porque, de continuar adelante con esta norma, la Ley supondría que, unilateralmente, algunas parcelas de la Luna se encontrarían bajo jurisdicción del Departamento de Interior del Gobierno de EE.UU. a pesar de que el Art. 11 del Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes –aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la A/RES/34/68, de 5 de diciembre de 1979– proclama que nuestro satélite es patrimonio común de la humanidad. ¿Cuál es el problema de fondo? Que al día de hoy, 34 años después de que se aprobara aquel acuerdo, tan solo 19 países del mundo lo han firmado o ratificado [Arabia Saudí, Australia, Austria, Bélgica, Chile, Filipinas, Francia, Guatemala, India, Kazajistán, Líbano, México, Marruecos, Países Bajos, Pakistán, Perú, Rumanía, Turquía y Uruguay]; es decir, Estados Unidos no es parte integrante de él y, por lo tanto, puede que su legislación se convierta en la primera del mundo que tome posesión de la superficie lunar, como ocurría con los antiguos exploradores.
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