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29 de julio de 2017

¿AERODESLIZADORES DE LOS DIOSES? ; IMAGINACION O REALIDAD



Cuentan los indios Hopi de Arizona, EUA, que los Kachina —antiguos espíritus mediadores entre los dioses y los hombres— surcaban el cielo en extraordinarios “escudos volantes” a los que ellos llaman paatuwvota en lengua nativa. Y según los describen en varias de sus leyendas, estos singulares objetos voladores eran de forma circular, como el escudo de un guerrero, y emitían “un sonido estruendoso (y) un ruido sibilante como el del viento que pasa por un lugar estrecho…”

En uno de sus tantos dibujos rupestres, los Hopi representan a un personaje sentado en uno de esos “escudos voladores”, dando cabal idea de su aspecto relativamente pequeño y maniobrable.

Dibujo hopi de un personaje sentado en un “escudo volador”. La flecha de abajo hace referencia a la idea de velocidad.
Ahora bien, si acaso tales “escudos voladores” señalados por los Hopi podrían inducir por sí mismos —en el marco de la hipótesis del Antiguo Astronauta— a pensar de inmediato en concretos artefactos voladores de alguna clase, resultará más interesante todavía encontrar referencias semejantes en otros tiempos y lugares…

Así pues, llama la atención que en su “Liber Prodigiorum” (Libro de los Prodigios), una suerte de compendio de fenómenos acaecidos entre los años 737 y 9 a.C., el historiador romano Iulius Obsequens haya dejando constancia de la aparición en el cielo de artefactos que él también, al igual que los hopi, describe como “escudos”.

Leemos en la obra citada: (215 a.C.): “Bajo los Cónsules Cneo Servilio Gémino y Gayo Quintio Flaminio (…) en Arpi se vio un escudo en el cielo…” (…) (98 a.C.): “Durante el Consulado de Gayo Mario y Lucio Valerio, en Tarquinio (…) A la puesta del sol se divisó un objeto circular parecido a un escudo, que cruzaba de Oeste a Este”.

Asimismo, estos singulares “escudos voladores” fueron mencionados por el arqueólogo Chi-Pen-lao, de la Universidad de Pekín, al referirse a una enigmática pintura rupestre descubierta por él en China, en 1961. En efecto, encontrado entre muchos dibujos en una galería subterránea debajo del lago Dongting, en la provincia de Hunan, uno en particular representa una rara escena de caza que muestra animales huyendo en una misma dirección perseguidos por hombres armados con lanzas, y por encima de todos ellos aparecen dos extraños personajes, con aureolas en sus cabezas y portando armas desconocidas, suspendidos en el aire y sentados sobre pequeños objetos circulares, semejantes a esos “escudos volantes” de los Kachina…

Dibujo de extraños personajes en “escudos voladores”, descubierto en Hunan, China, en 1961.
Comparativamente hablando, estas semejanzas no pueden menos que despertarnos la curiosidad sobre lo que unos y otros vieron alguna vez… y a su manera describieron como pudieron. Y en tal sentido, por su manifiesta similitud con tales “escudos que vuelan”, no podemos en modo alguno pasar por alto una muy interesante estatuilla hallada en Veracruz, México, y exhibida actualmente en el DeYoung Museum de San Francisco, California – EUA, que muestra a un raro ser sentado en una especie de pequeño disco volador…

Figura de raro personaje sentado en una suerte de disco volador, hallada en Veracruz, México.

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