Simón Bolívar ”El Libertador” no solo libro innumerables Batallas en el campo de la Guerra por la Independencia, sino que en su parte Humana como Propietario y Empresario de una considerable fortuna que luchó hasta los últimos días de su existencia por preservar para su familia principalmente ante los embates de la inseguridad jurídica y la injusticia de sus enemigos.
Resumen el Libro; ANTONIO HERRERA-VAILLANT
Bolívar Empresario: También Víctima de la Inseguridad Jurídica.
La distorsión de las realidades históricas es un hecho frecuente, no sólo en nuestro país sino en todas partes del mundo. Entre esas distorsiones, una de las mas comunes es aquella que desnaturaliza una de las dimensiones importantes y poco conocidas de El Libertador. Esa dimensión no es otra que la del lado humano de Bolívar como propietario de una considerable fortuna que luchó hasta los últimos días de su existencia por preservar de los embates de la inseguridad jurídica y la injusticia de sus enemigos.
La vibrante correspondencia, por demás, nos permite ver de cerca a un hombre intrínsecamente virtuoso, que sabía separar los quehaceres de su vida privada de los de la pública, absteniéndose de hacer valer su condición de alto servidor público para lograr ventajas en lo personal. Lamentable comportamiento al que tanto nos han acostumbrado otros actores de nuestra vida pública.
Con cada entrega de esta saga, ustedes podran ver, por demás, y carta por carta, el mito de que El Libertador murío en la indigencia. A diferencia de muchos políticos contemporáneos, Bolívar no pregonaba virtud alguna en vivir del erario público. Jamás, en toda su existencia, aspiró al pasar parasitario de modernos “dirigentes”, quienes, en medio de alardes de servicio público, se consideran acreedores a que el Estado cargue con sus gastos y los de sus familias. Todo lo contrario, le repugnaba esa posibilidad, que trataba de evitar a todo trance, manteniéndose patrimonialmente independiente por sus medios propios. Aun siendo altruista, y de orden político sus prioridades existenciales, y siendo un hombre de munificencia principesca aun en sus momentos más difíciles, no descuidó los aspectos prácticos de la vida y al aplicarse a ello compartió la mayor parte de los valores y actitudes de un auténtico y muy actualizado empresario capitalista.
Vendió las Minas de Aroa a inversionistas británicos por Bs. 366.450.000,00 y no lo disfrutó por la inseguridad jurídica en Venezuela (Valor en Bs ajustado a 1994).