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16 de mayo de 2016

Bolivar; y su Fortuna en el Banco de Londres


BOLIVAR EN 1824, UNA VEZ FINIQUITADO EL ARRENDAMIENTO DE SUS MINAS DE AROA, RECIBIO EN PROMEDIO 12.000 PESOS ANUALES, DEPOSITADOS EN EL BANCO DE LONDRES (5 MILLONES DE DOLARES AMERICANOS ACTUALES)


En 1824, consolidado el derecho familiar sobre Aroa, el Libertador emprende la tarea de reorganizar su patrimonio en función de su familia existente, que eran dos hermanas viudas y tres hijos huérfanos, la descendencia natural de su hermano don Juan Vicente.


Con loable sentido ético, el Libertador ampara a la compañera de su hermano, doña Josefa Tinoco. Por un lado asigna a sus sobrinos las haciendas de Chirgua y Suata, así como la denominada Cuadra de Bolívar, ya que por su condición bastarda no podían heredar los derechos de propiedad subsistentes de Juan Vicente, derivados del antiguo sistema de mayorazgos, abolido con la Ley Republicana de la Desamortización proclamada el 10 de julio de 1814.


Para sí se reserva el negocio de Aroa. En posdata a Peñalver desde Chancay, el 10 de noviembre de 1824, le dice:


Tengo entendido de que un inglés ha ofrecido a Antonia diez mil pesos de arrendamiento por año por la mina de Aroa. Hágame Ud. el favor mi buen amigo, de averiguar si esto es verdad, y en caso de que quiera entrar él u otro en este negocio avisármelo para convenir en ello o no, según me parezca.

Asimismo desde Lima, el 7 de abril de 1825, aprueba el contrato de arrendamiento celebrado en Caracas el 12 de octubre de 1824 por su hermana doña María Antonia con los señores John Dundas Cochrane y Robert K. Lowry, de la “Bolívar Mining Association”, estipulando desear que:

el pagamento del arrendamiento se haga sin descuento, en el Banco de Londres, bajo mi nombre, según vayan cumpliéndose los plazos que expresa el contrato. Un recibo del Banco a mi favor, por cada cantidad que Ud.es hayan depositado en él, me satisfará como si lo hubiese recibido en Caracas al fin de cada semestre. Espero que Ud.es me harán este favor, puesto que les será más fácil hacerme el pagamento en Londres y que en ello ahorraré remesas.

El arrendamiento fue celebrado por nueve años, por 10.000 pesos cada uno de los tres primeros años, y 13.000 pesos por los seis restantes, promediando 12.000 pesos anuales.

Ese mismo día le escribe a Santander un cuadro actualizado sobre sus finanzas personales:

He recibido una orden del Ministerio de Hacienda sobre sueldos devengados desde mi salida de Guayaquil. Felizmente no tengo sueldo ningunos devengados; porque yo he tomado en Guayaquil los sueldos que me correspondían hasta que me hicieron dictador. Desde entonces acá vivo de mis ahorros y de algunas mesadas que tomo del tesoro del Perú. Además, como no tengo que irme del país tan pronto, no necesito dinero para nada. Cuando me vaya a Europa encontraré en el Banco de Londres los arrendamientos de una mina de cobre que tengo en Venezuela, arrendada últimamente por los ingleses por 12,000 pesos al año. La Providencia, que vela sobre mi honra, me ha dado este recurso para no verme.

Próxima entrega: 

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