ACTOS; XI - XII - XIII - XIV - XV
11) EL RINCÓN DE LOS TOROS. En dicho sitio del estado Guárico (Venezuela), en la noche del 16 de abril de 1818, nueve realistas dirigidos por Tomás Renovales y equivocando al general Francisco de Paula Santander irrumpen esa madrugada en sitio exacto y disparan contra la hamaca donde dormía Bolívar, perforándola en tres oportunidades. Bolívar se salva entonces semidesnudo y corriendo a campo traviesa, en la oscuridad de la noche.
12) LO OCURRIDO EN EL PERUANO Y NORTEÑO PIURA. En junio de 1824 en dicha ciudad Bolívar tuvo conocimiento que desde Lima se había enviado un individuo con la misión de asesinarlo y cuyas señales fisonómicas fueron acompañadas, “bocón, algo ñato y picado de viruelas”, al que se consideró chileno. Buscado hasta en Huaraz, donde se le había visto, desapareció repentinamente. Pero pronto en el mismo Piura se detuvo un sujeto con iguales características, de nombre Juan Avilés, llevándosele a juicio, “sin conocer la suerte final corrida por Avilés”, presumiéndose por acasos de la guerra emprendida.
13) INTENTO DE ASESINATO EN POTOSÍ. Ocurrido en aquella altura boliviana a principios de octubre de 1825 y salvado por una confidencia de la amante María Joaquina Costas, madre de su hijo Don Pepe, cuando le susurra en el oído que el oficial español teniente León Gandarias maquina asesinarlo con puñal magnicida mientras duerme en el palacio que habita. Detenido en el intento, y luego de súplicas a favor y provenientes de Maria Joaquina, por ser familiar cercano del detenido, dicho oficial fue expulsado del país, para siempre.
14) EL CASO DE HUAMACHUCO. En el norte del Perú y oriente de Trujillo, donde permanece por un tiempo el caraqueño, al Cuartel General de Bolívar se presentó un Sargento Mayor, oriundo de Chile, de quien se conoce pronto por informes recabados en contrainteligencia que iba para matar a Bolívar, enviado en este caso por un importante Jefe del Ejército. En tal conocimiento Bolívar se hace el desentendido y sigue tratándolo ojo avizor pero “con bondad y dulzura”, para luego usando la diplomacia destinarlo a un puesto de Comandante de armas bastante alejado y neutralizando así su intención homicida, sin llegar al escándalo, lo que en detalles comunica el caraqueño al payanés general Manuel Antonio López, y este lo deja escrito en su libro “Recuerdos Históricos”, para la posteridad.
15) CONSPIRACIÓN DE LIMA, EN 1826. Ocurrida el viernes 28 de julio de 1826, cuando Bolívar va al Teatro de Variedades, en el 5º Aniversario de la Jura de Independencia y al momento en que los ánimos andan exaltados por los desmanes del ejército colombiano de ocupación y el mal manejo del Consejo de Gobierno, que maneja Bolívar. Por alguna razón informativa o temperamental el caraqueño en aquella ocasión se retira temprano y de manera brusca de aquel sitio, evitando así ser detenido en el Palco Presidencial, de donde los complotistas lo llevarían a un barco surto en el puerto de El Callao. Una vez frustrado dicho intento en la “gran conspiración” (Bolívar dixit) muchos oficiales fueron detenidos, en mayoría peruanos, chilenos y argentino, estando como cabecillas el ilustre levita Luna Pizarro, el héroe de Junín argentino Mariano Necochea, el marino Jorge Martín Guise, el guerrillero Quispe Ninavilca, tres generales, ocho coroneles, ministros de estado, y una larga lista de adversarios, siendo muchos ajusticiados, enviados a prisión, expulsados y desterrados, todo lo que cambiará cuando Bolívar abandona el Perú para siempre. En este interregno otros atentados menores ocurrirán, como lo señala el biógrafo Masur y el profesor Bohórquez Casallas, luego de su regreso a Lima en 1826, y en el trayecto del palacio La Magdalena en las afueras de Lima, a su residencia oficial en la ciudad capital.