El 27 de abril de 1830 en la Ciudad de Bogotá, Bolívar planteó su renuncia definitiva a la Presidencia de la Gran Colombia, durante el Congreso Admirable que él mismo había convocado entre el 20 de enero y el 11 de mayo de 1830. Este fue su último intento por evitar la disolución de la Gran Colombia.
Convencido Bolívar de que su distanciamiento de la patria ayudaría a la unidad de la República, o por lo menos a la paz y concordia entre los colombianos decide irse a París.
Ese mismo mes de mayo parte de Bogotá con la intención de irse para Europa, pero mientras se definía la venta de sus bienes en Venezuela, que le permitiría una renta apreciable para sustentarse en el extranjero, había decidido primero dirigirse a Curazao. Pero al llegar a Cartagena, su salud empeora y se traslada a Barranquilla, dejando en la aduana su equipaje conformado por 16 baúles. De Barranquilla se traslada a Santa Marta a la quinta de San Pedro Alejandrino en donde muere el 17 de diciembre de 1830.
El hecho de que se ha dicho demasiadas veces que “al morir Bolívar, no tenía una camisa dispuesta para ponerse”, se debió a que sus objetos personales se habían quedado en la aduana de Cartagena.
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