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21 de junio de 2016

COLONIA 4711; EL PERFUME DEL LIBERTADOR BOLIVAR.



COLONIA 4711; EL PERFUME DEL LIBERTADOR BOLIVAR, AUN SE ENCUENTRA EN LAS PERFUMERIAS DEL MUNDO

"El primer perfume conocido que se fabricó siguiendo este patrón estaba aromatizado con romero y fue obsequiado por un monje a la reina Elizabeth de Hungría en 1380, cuando la monarca contaba 70 años de edad. Dicho perfume fue bautizado como “Agua de la Reina de Hungría” y se le atribuyeron cualidades extraordinarias. La reina lo bebió en una dosis moderada, algo que era práctica habitual en relación a los perfumes, y dicen que su achacoso estado de salud dio un vuelco tan espectacular que incluso fue requerida en matrimonio por el rey de Polonia..."

"...Existe otra versión sobre el origen del “Eau de Cologne”, según parece en 1792 un monje cartujo empezó la obtención del agua maravillosa de colonia en los sótanos de la Banca Mülhens, en la calle de la Campana (Glockengasse), y la obsequió a la joven pareja Mülhens como regalo de bodas. La fórmula secreta es fielmente guardada por su familia y se sigue en la actualidad para elaborar el agua de colonia en la casa Mülhens.

 

El joven Wilhelm Mülhens, para diferenciar sus frascos de agua perfumada de las demás creaciones de la competencia, colocó una etiqueta azul y dorada, la cual, aunque bastante distinta de la original, aún llevan las creaciones de la casa 4711. Hasta el año 1794, en la ciudad de Colonia no existía numeración de las casas en las calles. El jefe de la ocupación francesa ordenó la numeración de las casas, esta numeración no se hizo siguiendo un orden correlativo, sino que se adjudicó de acuerdo con la antigüedad de la vivienda, atendiendo a la época de construcción, la Banca Mülhens recibió el número 4711. En 1873, este número se incorporó en la etiqueta de los envases y actualmente se ha convertido en la marca dominante así como en la abreviatura para el nombre de la empresa.

El aroma del Agua de Colonia 4711, aún presente en las perfumerías actuales, ha creado adictos en todo el mundo. La fragancia suave y agradable, de dulce aroma, es célebre por su poder tranquilizante y restaurador.

Uno de sus incondicionales usuarios fue Simón Bolívar. Un biógrafo del Libertador cuenta que el Agua de Colonia 4711 fue su perfume inseparable hasta la muerte. Todo podía faltar en sus largas travesías excepto el Agua de Colonia. Cuando el aroma dulce envolvía el ambiente, de inmediato se advertía su presencia. El Dr. Alejandro Próspero Reverend, médico de cabecera en sus últimos días, menciona la obsesión de Bolívar por el Agua de Colonia cuando rociaba su habitación de enfermo cada vez que tenía que atenderlo. Bolívar le recriminaba: “Usted huele a remedio” mientras vertía el dulce aroma en todos los lugares donde pisaba el galeno..."

"...Son las 6:00 de la mañana en las laderas del valle de Bogotá al pie del cerro Monserrate, donde se encuentra una espectacular casa de campo conocida como la Quinta de Bolívar. Fue construida por Don José Antonio Portocarrero en el año de 1800, sobre los cimientos donde una vez estuvo un molino, y luego la casa del cura de la iglesia de Bogotá… Desde 1821 la quinta fue habitada por Bolívar como un obsequio que le hacía la capital a su Libertador… Justo en el remanso de la montaña, Bolívar hizo construir una alberca forrada de azulejos, que se alimenta de las heladas aguas que bajan de la montaña, para disfrutar sus baños matutinos que erizaban los pelos a sus oficiales: cuando el frió entumecía los huesos y la neblina cubría el valle, sólo el Libertador es capaz de soportar las terribles temperaturas que le ponen la piel morada, pero que tanto disfruta, mientras su secretario y edecanes cumplen las ordenes que gira su excelencia inmerso en las frías aguas, leyendo la correspondencia oficial… Con el ceño fungido muestra su desagrado, gesto más que elocuente para que su secretario del interior, el historiador José Restrepo, tome nota de la respuesta que se debía dar… Son ademanes que conocen muy bien los más allegados a su excelencia, con quienes comparten la responsabilidad del gobierno de Colombia… Luego del helado baño de montaña, cubre su cuerpo con ese aroma dulce característico del agua de colonia alemana, que se adelantaba anunciar la presencia del Libertador en cualquier lugar donde llegaba.

A las 11:00 Bolívar y su mayordomo, José Palacios, se dirigen a la caballeriza para asegurarse que los caballos se bañaron, comieron, se les revisaron las herraduras, y le fueron peinadas las crines y colas… Personalmente Bolívar chequea las correas de la silla de montar y se asegura que estén bien amarradas ¡¡¡Y antes de montar!!! “a bautizar al palomo” – dicen de manera jocosa sus oficiales, al momento en que Bolívar rocía su caballo con el característico aroma de Colonia 4711, que no sólo lo caracterizaba a él, sino también a sus bestias y hasta sus perros… Sus soldados hacían bromas en caso de caer prisioneros, ya que para el enemigo ubicar al General Bolívar no sería nada difícil con sólo seguir la fragancia del perfume alemana. Tal era la fama del Libertador y su inseparable fragancia del Agua de Colonia, que se hizo célebre entre sus soldados, decir, cuando se proponía exagerar el gasto que una persona hiciera en el consumo de determinado artículo de no imperiosa necesidad, “hombre, usted gasta en cigarrillos (por ejemplo) más que el Libertador en agua de Colonia”.

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