En una turística cueva de Eslovenia, un extraño anfibio resguarda hace cuatro meses su tesoro más preciado: un grupo de huevos. Se trata de un olm, un animal también conocido como proteo que es un verdadero ícono del país, al punto que figuraba en las monedas eslovenas antes de la llegada del euro.
Por eso el nacimiento del primero hijo de esa hembra olm este martes es considerado toda una noticia en ese país Komodo, la isla donde hay dragones de verdad. Cientos de años atrás, cuando las inundaciones los sacaban de su hábitat natural,los eslovenos creían que se trataban de "dragones bebés".
Pero en realidad es una salamandra albina ciega que habita el sistema de cuevas acuáticas subterráneas de los Balcanes. Los olms viven más de 100 años, pero sólo se reproducen una o dos veces por década.
Es por eso que después de que una hembra olm depositó unos 60 huevos en el acuario de la Cueva de Postojna, hace cuatro meses, se convirtió en una celebridad.
Nació el primero
Y para alegría de muchos, el martes finalmente la primera de las salamandras, todavía con el aspecto de una larva transparente, rompió el cascarón. El nacimiento, captado por una cámara, es considerado "un milagro", dijeron voceros del acuario.
"Apenas dos olm bebé nacieron con éxito de 500 huevos en un entorno natural en el pasado", señalaron en un comunicado. La buena noticia no termina ahí: el recién nacido pronto podría ser acompañado por varios hermanos, pues otras larvas están por romper el cascarón.
Después del nacimiento, los científicos tendrán la oportunidad de seguir paso a paso el crecimiento de los proteos, que no sobrepasan los dos centímetros al nacer y necesitarán de 10 a 15 años para alcanzar su tamaño adulto.
El margen de tiempo, sin embargo, es incierto, asegura el biólogo. Los 120 días se basan en los registros de una colonia de olms establecida en un laboratorio de los pirineos franceses en los 1950. Allí el agua es un poco más cálida, con 11 grados Celsius.
"En nuestra caverna, es un poco más fría, 9 grados Celsius, así que puede prolongarse". Es una oportunidad única de observar al enigmático olm reproducirse en su estado natural, en las mismas cuevas que han vivido por millones de años.
"Es muy significativo, porque no hay mucha información sobre la reproducción de este grupo de animales", comenta Dusan Jelic, miembro de la Sociedad Zoológica de Londres, quien ha estudiado los olms salvajes buceando en el sistema de cuevas subterráneas de Croacia. Aunque pueden vivir más de un siglo, su etapa reproductiva óptima está entre los 20 y 30 años.
Si la cría de olm nace y se desarrolla saludable, dice Jelic, va a ser "algo increíble".
"En su hábitat natural, nunca encontramos huevos o larvas. Probablemente se escondieron dentro de ubicaciones muy específicas en las cuevas mismas".
Laberinto
En Postojna se encuentra un sistema de cuevas subterráneas en forma de laberinto, con su propia población de olms. Sin embargo, esta nidada de huevos fue puesta en una parte de las cuevas altamente visitada, por contar con un acuario.
"Esto es buenísimo, es casi extraordinario", dice Primoz Gnezda, otro biólogo que trabaja en la Cueva de Postojna. "Igual estamos un poco asustados de que algo vaya mal, porque los huevos son muy sensibles".
Como el único vertebrado que vive en cavernas subterráneas, el olm está muy adaptado al reino subterráneo: cuevas cársticas, creadas a partir del agua abriéndose camino a través de rocas solubles.
Encuentran los restos de una salamandra gigante desconocida "En 200 millones de años su ambiente no cambió", dice Jelic. Como consecuencia, estos animales y, especialmente, sus huevos son muy vulnerables a los cambios en la calidad y temperatura del agua. Incluso las estaciones raramente se notan allá abajo.
"Mamá dragón"
En 2013 otra de las olms en cautiverio puso huevos, pero ninguno de ellos nació.Muchos fueron devorados por los otros olms del tanque. Esta vez se tomaron precauciones. Todos los olms, excepto la madre, fueron movidos y el acuario ha sido sellado para proteger los huevos de la luz. Además, se le está administrando extra oxígeno.
"Ahora depende de ellos", dice Weldt.
Por mientras, una pantalla conectada a cámaras infrarrojas le muestra al staff y a los turistas lo que está pasando. En Eslovenia los llaman "peces humanos" por su pálida piel.
Casi no se mueven, pero ocasionalmente la hembra se revuelve para revisar los huevos, para depositar otro o para defenderse de los anfípodos: crustáceos pequeños y hambrientos que no puede ver, pero detecta a través de órganos electrosensibles en su hocico.
El animal también tiene un poderoso sentido del olfato, que le ayuda a monitorear los huevos.
"Los huevos tienen olor, así que la madre puede reconocer cuáles están vivos y cuáles muertos", explica Weldt.
"Y como la comida es tan escasa en el sistema de cuevas, ella se come aquéllos que no fueron fertilizados".
En los úmtimos meses la "mamá dragón" de Postojna carga con el peso de la expectación de todo un país sobre sus frágiles hombros.
Y los científicos que la cuidan sienten lo mismo.
"Es un desafío y una responsabilidad", asegura Weldt. "Estoy emocionado".
*La versión original de este artículo se publicó el 29 de febrero de 2016 y se actualizó el 1 de junio tras el nacimiento del primer olm
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