CIUDAD DE MÉXICO, 26 de mayo.- Neil Armstrong, el primer hombre en llegar a la Luna, aseguró, 43 años después del lanzamiento del Apolo 11, que se toma a “broma” las teorías de aquellos que creen que la misión a la Luna fue una farsa.
Dijo que “la gente ama las teorías de conspiración porque son muy atractivas”, pero no le preocupan porque sabe “que alguien volará de regreso a la Luna y recogerá la cámara que allí dejó”.
Armstrong asegura tener la forma de probar que estuvo en la Luna. Y la evidencia está en un lugar seguro y de difícil acceso: el propio satélite natural de la Tierra. “(Los comentarios) nunca fueron una preocupación para mí”.
En entrevista con el programa de televisión australiano CPA Australia, Armstrong confesó que sólo había 50 por ciento de probabilidades de que el aterrizaje en el único satélite lunar del planeta Tierra saliera bien. Tan sólo un mes antes de que se llevara a cabo la misión se decidió que se podría probar a realizar un descenso a la superficie de la Luna.
“Un mes antes del lanzamiento del Apolo 11, el equipo decidió que se podría intentar un alunizaje. Ante esa idea pensé que teníamos una probabilidad de 90 por ciento de volver a salvo a la Tierra en ese vuelo, pero sólo una probabilidad de 50 por ciento de poder llevar a cabo el aterrizaje en el primer intento”, manifestó Armstrong ante la cadena televisión.
Neil Armstrong, de 81 años, reconoció que todo lo que se creía conocer sobre la Luna en el año 1969 “no había sido demostrado mediante prueba”, así que “había una gran probabilidad de que hubiera algo allí que no se había entendido bien y que hubiera que abortar la misión y volver a la Tierra sin aterrizar”, añadió.
El astronauta también confesó que no sabían con qué se iban a encontrar a su llegada al satélite y explicó que lo que allí vio son “pendientes empinadas y rocas muy grandes, del tamaño de automóviles”.
Además, relató cómo hizo para aterrizar la nave: “No era un buen lugar en absoluto. Tomé el control manual y lo volé como un helicóptero en dirección oeste. Había muchas rocas y encontré un área pareja y pude bajar allí antes de que nos quedásemos sin combustible. Teníamos apenas para 20 segundos”.
De acuerdo con el célebre astronauta estadunidense, “un mes antes del lanzamiento del Apolo 11, habíamos llegado a la conclusión de que estábamos suficientemente listos para intentar descender a la superficie” de la Luna.
Armstrong era el comandante de la primera misión lunar en el Apolo 11, junto a los astronautas Buzz Aldrin y Michael Collins. El 21 de julio de 1969, la cápsula lunar Eagle se posó sobre la superficie lunar, y Armstrong —como había sido planeado— fue el primer hombre en caminar sobre la Luna.
En otras declaraciones Armstrong aseveró que lamenta que las ambiciones de la NASA hayan disminuido desde los años 60. “Estoy considerablemente preocupado por las orientaciones políticas con las que el gobierno está dirigiendo la agencia espacial”.
“La NASA ha sido uno de las inversiones públicas más exitosas en motivar a los estudiantes a hacer las cosas bien y alcanzar todo lo que puedan alcanzar”, explicó Armstrong y puso su propio ejemplo, acerca de cómo de niño los vuelos los motivaban a esforzarse.
“Es triste que estemos llevando el programa en una dirección en la que reduzcamos la cantidad de motivación y estímulo que le da a los jóvenes”, agregó.
La entrevista de Armstrong causó extraordinaria sorpresa, ya que el veterano astronauta prácticamente no ha ofrecido declaraciones en años, pero decidió otorgar su testimonio en una entrevista a la Asociación Australiana de Peritos Contables Certificados.
Según el presidente de esa entidad, Armstrong decidió ofrecer la larga entrevista porque su propio padre había sido un contador público. La película de la entrevista está disponible en el sitio web de la entidad australiana.
Es conocido que el veterano astronauta de 81 años no concede entrevistas y que siempre fue reacio a debatir sobre la misión que lo llevó a la fama en 1969.
Quizás la razón sea una cuestión emotiva y familiar, de acuerdo con un dato que reveló Alex Malley, el titular del CPA, a la prensa australiana: “Sé algo de Armstrong que no mucha gente sabe: su padre era un auditor”.
La imagen de Neli Armstrong pisando la luna en 1969 llegó a millones de hogares por televisión en vivo y en directo y no fue sino hasta años después que empezaron a escucharse las conspiraciones sobre la veracidad de la expedición.
Acoplan nave a la EEI
La cápsula espacial privada de carga Dragon llegó ayer a la Estación Espacial Internacional (EEI) para acoplarse tras ser sujetada por los astronautas con un brazo robótico gigante.
La compañía SpaceX, con sede en California, propiedad de Elon Musk culminó su misión, convirtiéndose en la primera nave de propiedad privada en llegar a la estación espacial.
“Había muchas cosas que podrían haber salido mal, y salieron bien”, aseguró Musk.
La cápsula reutilizable, no tripulada en esta oportunidad, transporta 521 kilos de suministros para la EEI y tiene previsto regresar a la Tierra con otros 660 kilos de materiales científicos el 31 de mayo.
“Esto realmente va a ser reconocido como un significativo paso histórico en los viajes espaciales, y esperamos que sea el primero de muchos más”, aseveró Musk.
El astronauta estadunidense Donald Pettit utilizó el brazo robótico de 17.6 metros de la estación para atrapar la brillante cápsula blanca después de algunas horas de verificaciones y maniobras adicionales. Las dos naves se acoplaron en vuelo sobre Australia.
“Parece que atrapamos un dragón por la cola”, anunció Pettit. Los controladores de la NASA aplaudieron mientras sus colegas en el centro de control de SpaceX levantaban sus brazos en señal de triunfo.
Dragon es la primera nave estadunidense que visita la estación desde el fin de la era de los transbordadores espaciales en julio.
Dragon se desacoplará de la EEI el 31 de mayo para regresar ese mismo día a la Tierra. Su amerizaje está previsto en el Pacífico, frente a las costas de California.
La nave de SpaceX fue lanzada el martes desde Cabo Cañaveral, Florida en lo alto de un cohete Falcon 9.
La leyenda espacial
Neil Alden Armstrong es un astronauta de la NASA y el primer ser humano en pisar la Luna el 21 de julio de 1969, en la misión del Apolo 11.
Nació el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta, Ohio. Su infancia transcurrió en diferentes localidades debido a que su padre era auditor del Estado de Ohio; Armstrong creció en Warren, Jefferson, Ravenna, St. Marys, y Upper Sandusky, antes de instalar se definitivamente en Wapakoneta.
Su interés por volar se desarrolló a los seis años cuando realizó su primer viaje en un aeroplano Ford Tri-Motor, o un “Ganso de Lata”, como lo llamaban informalmente.
A los 15 años Armstrong empezó a tomar lecciones de vuelo en un aeropuerto situado al norte de la población de Wapakoneta. A los 16 años ya era estudiante de piloto.
Terminando la secundaria recibió una beca en la Marina de Estados Unidos.
Estudió Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Purdue.
En 1950 fue enviado a la guerra de Corea. Allí voló en 78 misiones de combate partiendo desde el portaaviones USS Essex.
Armstrong obtuvo una plaza de astronauta en 1962, uno de los nueve astronautas de la NASA en la segunda clase para ser elegidos. Para ello se mudó a El Lago, Texas, cerca del Centro de Vuelos Espaciales de Houston, para comenzar con su instrucción. Allí fue sometido a cuatro años de entrenamiento para que el programa Apolo lograra la meta de llevar al primer hombre a la Luna antes de que finalizara la década, tal y como había prometido en 1961 el presidente John Fitzgerald Kennedy.
El 16 de marzo de 1966 voló en su primera misión espacial como comandante del Gemini 8, con David Scott. Durante esa misión, Armstrong condujo la Gemini 8 a un exitoso acoplamiento con el Agena, que ya estaba en órbita.
Caracterizado por su carácter controvertido, Armstrong vive en su casa de campo ubicada en Lebanon, Ohio.
Proyectan radiotelescopio
Australia y Sudáfrica patrocinarán conjuntamente un enorme radiotelescopio integrado por una red multinacional de antenas para ayudar a los científicos a desentrañar la composición del universo, anunció ayer el consorcio internacional que supervisa el proyecto. Tendrá un área de recolección de un millón de metros cuadrados.