La esclavitud existe desde siempre en muy distintas y variadas formas. El hombre siempre ha explotado al hombre, le ha vencido en guerras y para obtener más beneficio lo ha vendido como esclavo a otros o lo ha tomado para trabajos forzados o lo ha regalado como premio. Ha sido una constante en la historia de la humanidad y actualmente, tristemente, sigue existiendo en forma de trata de blancas o de trabajo forzado, sobre todo infantil.
Centrándonos en el continente americano para muchos de los amantes de la leyenda negra antiespañola la esclavitud la llevaron a América los malditos españoles, sedientos de riquezas y con la avaricia brotándoles de los ojos. Para ellos fueron los españoles los que importaron tan desagradable e infame práctica. Pues bien, como en casi todos los argumentos de esta infausta leyenda, no es cierto, es más, es absolutamente falso que la esclavitud fuera importada y establecida en el “paraíso” indígena preexistente.
La esclavitud ya existía en la América prehispánica, era muy habitual y también tenía grandes variantes según la civilización o región. En las crónicas de los primeros descubridores y conquistadores se habla de este tema y se exponen cientos de ejemplos:
– Colón nos cuenta en su diario que en las islas Antillas los indígenas caribe atacaban al resto de tribus y tras vencerlas se comían a los hombres, pues la carne de las mujeres y los niños no se les hacía tan sabrosa. A las mujeres las esclavizaban y las usaban como objeto de placer. A los niños los castraban, engordaban y cuando crecían se los comían sin ninguna contemplación.
– El regalo de esclavos era algo muy común. Por ejemplo en el Darién, Vasco Núñez de Balboa recibió del señor deComofre setenta esclavos como regalo. El cacique Pocorosa también le regaló, al pasar por sus tierras, otro grupo de esclavos.
– En su viaje de México a Honduras, Hernán Cortés, se topó con un pueblo llamado Oculan o Acalan. Ahí, el conquistador, conoció a varios mercaderes muy ricos cuyo comercio era el de la esclavitud. Igualmente a Cortés los indígenes mayas deTabasco le regalaron veinte esclavas entre las que figuraba la, más tarde, célebre Doña Marina (o Malinche).
– En el reino de Anáhuac, e igualmente en Texcoco hubo leyes que regulaban la esclavitud. Los ladrones eran condenados a ella cuando robaban por primera vez. Si reincidían, sin más, se les condenaba a muerte.
– En la mixteca a los deudores insolventes se les convertía en esclavos.
– En Tlaxcala, en la muerte de los señores, se acostumbraba a arrojar a la hoguera a varios de sus esclavos, junto con el cadáver del fallecido. Igualmente se castigaba con la esclavitud al hombre libre que fecundaba a una esclava.
– La inmolación de esclavos en las ceremonias religiosas y en los funerales de sus amos era un hecho frecuente.
Y así podríamos seguir contando cientos de ejemplos de esclavitud generalizada en la América Prehispánica. Otra mentira de la leyenda negra que es rebatida y pisoteada.