Siguiendo con los argumentos que mantienen los defensores a ultranza de la leyenda negra antiespañola está esa idea tan utilizada por los indigenistas (que no indígenas) de que los españoles, conquistadores, exploradores y colonizadores eran enemigos de los nativos americanos, nunca fueron amigos. Según ellos durante la conquista fueron enemigos por lo que los mataban y durante la colonización y el periodo posterior simplemente eran esclavos de los señores españoles los cuales disponían de ellos a su gusto para sojuzgarles, torturarles, violarles y todos los “arles” que os podáis imaginar.
Pues bien, para empezar a tumbar semejantes argumentos yo me arriesgaría a escribir una frase que no solo va en contra de esta afirmación sino que rompe completamente con la idea que se tiene de la conquista de América y su colonización: “La conquista y colonización de América por parte de los españoles habría sido imposible sin la ayuda de los nativos americanos”. Sorprendente, ¿no? ¿Y por qué enuncio esta idea? Porque a lo largo y ancho de la conquista y colonización del nuevo continente las alianzas entre nativos y españoles fueron constantes y muy habituales. ¿Cómo se explicaría que Hernán Cortés con su ejército de aproximadamente 350 hombres venciese en durísimas batallas a ejércitos de varias decenas de miles de guerreros nativos? Aparte de la pericia y la inteligencia del conquistador, hecho innegable, esto fue posible gracias a que detrás de esa “pandilla” de españoles había alianzas con otras naciones nativas que proporcionaban apoyo de todo tipo, entregando y disponiendo de otras decenas de miles de guerreros pero, esta vez, aliados.
Para detallar un poco más este escabroso asunto podemos empezar por el mismísimo Cristóbal Colón, que llegó a las nuevas tierras allá por finales del siglo XV con la consigna clarísima de que había que entablar contacto con los nativos de forma amistosa, saludarles, darles regalos y preguntarles por las rutas y productos existentes. Es lógico que cuando se llega a un lugar sin saber nada o muy poco sobre el mismo tu mejor guía, asesor y ayudante va a ser el que sí lo conoce. Lonely Planet aún no existía. ¿Cómo vas a maltratar a tus propios guías?
Durante el primer viaje de Descubrimiento las relaciones con los nativos siempre fueron amistosas y sin mayores problemas, excepto alguna flecha lanzada desde la playa que no pasó a mayores. Las primeras peleas comenzaron cuando algunas tribus nativas, años después, vieron con preocupación que los extranjeros llegaban para quedarse y no simplemente para buscar algo, encontrarlo y llevárselo. Como ocurrió en las islas antillanas con las rebeliones taínas, pero en la mayoría de ellas siempre había tribus aliadas con los españoles como la del cacique Guacanagarix en la isla Española y Agueybanay Caguax en la isla de San Juan (actual Puerto Rico).
Más adelante continuando con la conquista en el continente Hernán Cortés no venció por sí solo y sus 300 hombres a todo el imperio mexica, como decía en el inicio de este artículo, lo hizo gracias a sus alianzas con distintas tribus nativas que iba conociendo por el camino a Tenochtitlán, no todas querían aliarse y se levantaban en armas pero en cuanto eran derrotadas y viendo que gracias a estos hombres llegados de más allá del océano iban a poder derrotar la tiranía queMoctezuma disponía sobre esos pueblos se aliaban con ellos. Ejemplo de ello son las alianzas con los tlaxcaltecas,xochimilcos, otomíes, huejotzingos, cholusenses, chinantecos, chalqueños, etc. Mediante ellas, con la dirección de Cortés y sus hombres y la coordinación de los jefes y caciques de estos pueblos mesoamericanos fue posible tumbar al imperio mexica.
Poco después de la conquista de los mexicas, Pedro de Alvarado, uno de los capitanes de Cortés, partió hacia el sur a la conquista de Guatemala llevándose en su ejército tlaxcaltecas y otros mesoamericanos. Una vez en territorio guatemalteco se alió con los cakchiqueles para derrotar a los quichés, los zutuhiles y los pipiles. Y pasado un tiempo los quichés se unieron a los españoles para vencer a los cakchiqueles. El interés circunstancial estaba a la orden del día y no una supuesta lucha racial entre los nativos y los recién llegados.
Igualmente, Francisco Pizarro tras capturar a Atahualpa no dio por finalizada la guerra ya que quedaron plenamente operativos los ejércitos incaicos de los generales Quizquiz y Rumiñahui, con los que tuvo que enfrentarse en Cuzco y enQuito, y a los que venció gracias a las alianzas que acordó con los pueblos chachapoyas, huancas y cañaris. Estos pueblos habían sido previamente invadidos y sometidos por los incas durante el período de expansión de su imperio. Los cañaris también se unieron a las huestes de Sebastián de Benálcazar en su conquista del reino de Quito.
Podría seguir añadiendo alianzas de tribus nativas con conquistadores y colonizadores españoles pero creo que estas son más que suficiente para demostrar que los indígenas en su totalidad no eran enemigos de los primeros españoles que llegaron al continente americano, sino más bien al contrario: fueron sus aliados principalmente para que les ayudasen a vencer a otras tribus nativas que eran enemigos entre sí. Y con esto nos acercamos a otro de los argumentos falsos de la leyenda negra y del indigenismo actuales: que la América prehispánica era un paraíso en la tierra en la que vivían los nativos en paz y armonía. Completamente falso: había numerosas guerras y enfrentamientos salvajes entre ellos y muchas de ellas utilizaron a los españoles como apoyo para salir victoriosos de ellas. Ya se sabe, política pura y dura.