El fin de la última dinastía imperial china se materializó el 12 de febrero de 1912. Ese día, Pu Yi, con seis años de edad, fue destituido de su título de emperador ante la oleada revolucionaria que vivía el país. Fue la emperatriz viuda Longyiu quien ese día firmó el documento que puso fin a 4.000 años de gobierno imperial y dio paso a la república.
Pero para la mayoría de chinos hoy esa es una fecha desconocida. "¿El 12 de febrero de 1912? No no me dice nada", afirma Ying, una joven universitaria que habla dos idiomas. Al comentario de que este día abdicó Pu Yi y se creó la república responde: "Ah, pero eso es un tecnicismo, nosotros celebramos el 10 de octubre, cuando empezó la revolución".
Y con la misma despreocupación reconoce ignorar el destino de los descendientes de la dinastía Qing o Aisin Gioro, en manchú.
El desconocimiento de Ying posiblemente se deba a que tras la desaparición del imperio, y ante los tumultuosos años que vivió el gigante asiático, la mayoría de miembros de la familia real cambió de nombre.
Muchos apostaron por Jin, un apellido muy común en el país, y por seguir una vida lo más anónima posible. No fuera caso que hubiera represalias.
Algunos viven en Pekín, otros en Taiwán, Japón u Hong Kong. Y el contacto entre ellos apenas existe. No obstante, los descendientes directos acostumbran a reunirse para celebrar el Año Nuevo en el restaurante Fangshan de Pekín, inaugurado en 1926 por unos ex cocineros imperiales, ubicado en el parque de Beihai –antigua zona de esparcimiento de la familia real– y especializado en cocina imperial, según explicó hace un tiempo Situmali, una sobrina nieta de Pu Yi.
Y como en cualquier familia que se precie, entre los que corre sangre imperial de los Aisin Gioro por sus venas hay todo tipo de profesionales. De poetas a futbolistas y de actrices a políticos, pasando por profesores de historia.
Uno de los que más tuvo que esforzarse para llevar una nueva vida profesional fue el único hermano menor de Pu Yi que sigue vivo, Aisin Gioro Puren, de 93 años. Jin Youzhi, de nombre chino, se dedicó a impartir clases de historia hasta su jubilación.
Y no debió ser fácil para este hombre, que durante 15 años fue miembro de la Conferencia Política Consultiva de Pekín explicar la evolución histórica de China, la caída de la dinastía imperial –encarnada en su propia familia– y el advenimiento de la república.
Sus tres hijos se han dedicado a la docencia y una de sus nietas es informática. A los tres vástagos les toco vivir los años duros de la revolución cultural. El menor, Jin Yunlan, fue enviado a trabajar al campo.
Allí estuvo seis años. Luego pudo terminar sus estudios y ejercer de profesor. Tras su jubilación se dedica a las antigüedades y a la caligrafía.
Más alejado de la línea dinástica, pero con el mismo apellido imperial, Qi Gong, fue un poeta y artista famoso y respetado en China hasta su muerte en el 2005.
Quien ahora lleva el nombre de Aisin Gioro sin pudor, no se sabe si por orgullo familiar o por reclamo publicitario, es la joven actriz Aisin Gioro Qixing. A sus 28 años ha participado ya en nueve películas.
Entre ellas la titulada Empezando un gran renaci miento, que se estrenó en el 2011 para conmemorar la revolución que derrocó a su familia y dio paso al nacimiento de la república.
El más alejado de Pu Yi, pero que también reivindica su parentesco real, es el futbolista Zhao Junzhe, que juega en el Liaoning FC y ha llegado a vestir la camiseta nacional. Zhao es descendiente del hermano del abuelo del fundador de la dinastía Qing.
Exige asimismo su cuota imperial Aisin Gioro Beiyi. Se trata de una modelo de 32 años, nacida en Japón, que dice ser bisnieta de Pu Yi. De nombre nipón Noriko Nakagoshi, la sangre real le vendría por su madre china.
Y en la isla rebelde de Taiwán vive y trabaja el primo de Pu Yi. De 55 años, King Putsung o Jin Pucong (en pinyin) es uno de los políticos más influyentes de la isla. Se le considera la mano derecha del presidente Ma Yingjeou.
Primero fue vice alcalde de Taipei (2002-06) y luego secretario general del Kuomintang (KMT). Una digna trayectoria política, que le define como el único Aisin Gioro, que un siglo después sigue tocando poder y no ha pasado del imperio al anonimato.
