Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más

Visitas

ULTIMAS PUBLICACIONES

16 de enero de 2017

La “Guerra Olvidada” (1812) y el origen del himno de EE.UU.



300px-burningofwashington1814

Parece difícil de entender que en un país se conozca con el nombre de “La Guerra Olvidada” un conflicto bélico que supuso su primera declaración de guerra oficial desde su independencia, en el que luchó contra el país en el que muchos de ellos habían nacido o del que procedían sus padres o abuelos, en el que se produjo un episodio que fue el origen de su himno nacional, en el que la capital del país fue tomada e incendiada, en el que un personaje que ya era conocido por su protagonismo en las guerras indias se vio encumbrado por sus hazañas bélicas a la categoría de héroe nacional lo que le permitió llegar a la presidencia del país o en el que tuvo lugar un hecho tan curioso como que se disputó una batalla cuando la guerra ya había finalizado.

Sin embargo todas estas circunstancias se dan en la guerra que enfrentó entre 1812 y 1814 a los Estados Unidos de América y a Gran Bretaña. Este conflicto se conoce efectivamente con ese sobrenombre en Estados Unidos, ya que con el tiempo ha acabado pasando casi desapercibido frente a las dos grandes guerras que tuvieron lugar en el país: la de la Independencia de Gran Bretaña y la de Secesión entre la Unión y la Confederación.

Varios fueron los motivos que llevaron a la Cámara de Representantes estadounidense a declarar la guerra a Gran Bretaña el 18 de junio de 1812. De alguno de ellos hablamos en la entrada que dedicamos al asalto británico al USS Chesapeake. Los británicos no estaban nada contentos con la neutralidad declarada por Estados Unidos en la guerra que mantenían en Europa contra la Francia napoleónica, que implicaba hacer caso omiso del bloqueo comercial contra Francia decretado por Gran Bretaña. Además, la antigua potencia colonial no reconocía el derecho de los nacidos en su país a optar por la nacionalidad estadounidense. Para Gran Bretaña, la nacionalidad era irrenunciable y consideraba a los ciudadanos de Estados Unidos nacidos en las islas como británicos desertores de la guerra contra Francia; se consideraba con derecho a detenerlos y encarcelarlos en cualquier lugar del mundo, incluso abordando los barcos con bandera norteamericana. Por último, Estados Unidos contemplaba como objetivo su expansión territorial hacia el Norte y puso sus ojos en Canadá, que seguía encontrándose bajo dominio británico.

Desde el punto de vista militar la guerra no marchó muy bien para los estadounidenses. Los dos intentos de invadir Canadá (en 1812 y 1813) fracasaron; los británicos fueron imponiendo poco a poco su poderío naval y bloquearon lugares estratégicos como la bahía del Hudson que daba acceso a Nueva York, el río Mississippi en su acceso a Nueva Orleans y la bahía de Chesapeake que controlaba el acceso a la capital del país, Washington. Allí, decididos a dar una lección a sus antiguos súbditos, tomaron la ciudad al asalto y quemaron los principales edificios públicos de la ciudad. La primera dama del país Dolley Madison tuvo que salvar personalmente de las llamas el documento original de la Declaración de Independencia.

Así las cosas, los dos países iniciaron negociaciones de paz que concluyeron con la firma del Tratado de Gante el 24 de diciembre de 1814, por el que se ponía fin al conflicto aceptando ambas partes volver al statu quo anterior a la declaración de guerra norteamericana.Sin embargo, no solo se trató de la primera guerra declarada por EE.UU. desde su independencia y lo fue contra la antigua patria de sus habitantes y no solo se recuerda por haberse producido la toma e incendio de Washington, sino que en el relativamente breve conflicto se produjeron dos hechos más que quedaron para siempre marcados en la historia del país.

El primero de ellos tuvo lugar en Nueva Orleans el 8 de enero de 1815; si, han leído bien la fecha. El tratado de Gante se había firmado el 24 de diciembre de 1814 y ambos países habían sellado la paz…pero la noticia no había llegado todavía a Nueva Orleans, que había sido sitiada por una fuerza naval inglesa de 10.000 hombres. Defendía la ciudad una pintoresca fuerza norteamericana bajo el mando del mayor general Andrew Jackson que se había hecho famoso durante las confrontaciones con los indios. Formaban parte de la guarnición no solo soldados del ejército estadounidense sino antiguos esclavos, indios, aventureros fronterizos de Kentucky y Tennessee y un grupo de piratas de la banda de Jean Lafitte.

Sumaban en total 4.000 defensores, pero Jackson consiguió superar las circunstancias adversas y la inferioridad numérica, llevando a las tropas americanas a conseguir una inútil victoria desde el punto de vista militar pero que quedó en la memoria de los estadounidenses como una victoria moral. El nombre de Jackson quedó grabado en la historia del país y llegó a ser elegido presidente del país en 1828.

El segundo hecho fundamental para los Estados Unidos tuvo lugar en septiembre de 1814 en Fort McHenry, en el puerto de Baltimore. En uno de los barcos británicos que llevaban a cabo el asedio se encontraba preso el abogado y poeta Francis Scott Key, que observó cómo los británicos bombardeaban el lugar durante 24 horas sin poder tomarlo y sin poder derribar la bandera de las barras y estrellas que ondeaba en el fuerte. Al día siguiente Key compuso un poema que con el tiempo se convirtió en la letra del himno de Estados Unidos que hoy entonan cada día los espectadores de cualquier espectáculo deportivo que se celebra en el país.

No hay comentarios:

CONSULTA LA ETIQUETA

NUESTRA PAGINA EN FACEBOOK

Post Relacionados