¿Cuáles fueron los padecimientos urológicos del general Cipriano Castro?
Ya desde 1985, cuando Castro accede viajar a Caracas para entrevistarse con Crespo, comienzan sus avatares con la enfermedad, ya que debe abandonar dicho encuentro por sentirse mal (fiebres, postración) y se va a Trincheras, Estado Carabobo, a restablecerse. En Caracas como gobernante del país, no goza de la simpatía de la sociedad caraqueña debido a que no había puntos de enlace social con ellos y dicha sociedad para ganarse la simpatía de Castro y conociendo su afición al baile, lo comienzan a invitar a fiestas a las cuales va usualmente solo y esto es utilizado para conseguir favores del presidente, ya que comienzan a llevarle parejas jóvenes para que lo acompañaran y se acostaran con él. (13,20,24,37) Esto fue incrementándose al punto de hacerse una característica acentuada de Castro. La intensidad y frecuencia de la vida sexual disipada hicieron mella en él tanto física como emocionalmente. Estaba cansado y nervioso lo que deterioraba su desempeño como gobernante (20) y sin duda alguna tuvo también efecto sobre sus vías urinarias. Castro es un individuo interesante e inteligente, sensible, sensual, egoísta y extraordinariamente extrovertido, emotivo e inclusive violento. (13) Era dado a la jactancia y su deseo de figurar era notable, características que fueron utilizadas por los aduladores de oficio que lo halagaban, le hacían fiestas y bailes y lo dotaban de hembras para congraciarse y obtener beneficios, esto a la postre lo perjudicaría notablemente tanto física como políticamente.
Aun cuando se dice que eran mujeres escogidas para él, no deja de despertar dudas clínicas debido a la frecuencia que en ésa época se tenía de enfermedades como la gonorrea, la sífilis y el linfogranuloma venéreo. Pío Gil en ‘El Cabito’ (8)describe de manera morbosa dicha característica de Castro e inclusive el General López Contreras adepto a Castro refería que la‘dedicación al amor libre’ causó grave impacto en la vida política del presidente. (20) López Contreras, con su parquedad característica, refería que la licenciosa vida de Don Cipriano le había venido afectando peligrosamente.
Excesos con los licores, y sus andanzas sexuales con la adquisición de alguna enfermedad venérea (alguna gonorrea mal curada) produjo repercusiones urinarias ascendentes (uretra, próstata, vejiga y riñones) que infectaron las vías urinarias llegando al riñón y produciendo daños renales importantes, ‘riñón supurado’ .(8) La sintomatología clínica infecciosa urinaria como fiebres, postración, sudoración, cefaleas, no lo abandonarían nunca, por el resto de su vida. (25) Como dato interesante y comparativo, nunca su compadre el general Juan Vicente Gómez, participaría de aquellas ‘orgías castristas’. Fue a partir del año 1904 cuando se convierte en un hombre disipado y trivial.
Protagonizando episodios vergonzosos en prostíbulos. Recibiendo a los ministros en billares o en el gabinete del masajista, mientras los músicos tocaban componiéndole valses. La liviandad y el indecoroso comportamiento, campean en el centro del poder, a la par que el presidente pierde su brillantez y sus facultades físicas debido a sus famosas parrandas. (6,24) Venezuela era definida como el país donde ‘Los hombres le abrían los brazos a Castro y las mujeres le abrían las piernas’. (24) Ya en 1906 expuso como excusa para ‘una’ de sus renuncias ‘fatiga y hastío’. Varias veces suspende labores gubernamentales para irse a descansar a la Guaira en Macuto. (4) El agravamiento de su cuadro clínico es debido al padecimiento de una fístula colónica-vesical que se diagnostica clínicamente en 1907 y endoscópicamente en 1908, por el doctor Juan Manuel Iturbe Bescanza (1883-1962) quien regresaba de sus estudios en Alemania e introdujo en Venezuela el Cistoscopio de Nitze, para exploraciones endoscópicas de la uretra y vejiga urinaria. Dicha exploración se realiza en la Clínica de su propiedad entre las esquinas de Principal y Conde. (1,2) Aquí se presenta una duda razonable, que aparece en varias fuentes consultadas. Manuel Iturbe llega de Europa en 1908, por lo cual es imposible que se le haya realizado un diagnostico endoscópico el año 1907 al general Cipriano Castro, por lo cual pensamos que la cirugía que trataron de hacer Revenga y Acosta Ortiz en Macuto en 1907, no tenia el diagnostico endoscópico de Iturbe. Este se haría al año siguiente, año de la partida para Alemania a realizarse su cirugía definitiva en Berlín con el doctor Israel. La fístula colónica-vesical es una comunicación anormal del sistema intestinal con el sistema urinario, es decir el colon sigmoides se adhiere y comunica con la vejiga urinaria, por una complicación de una enfermedad diverticular en el colon y con el tiempo se abre el colon hacia la vejiga urinaria, produciéndose la entrada de materia fecal y gases intestinales a la vejiga urinaria, provocando infecciones urinarias a repetición, y sobre todo infecciones urinarias ascendentes que ocasionaron pielonefritis a repetición con la ulterior formación de un riñón ‘supurado’, patología difícil de tratar en la Venezuela de entonces.
En conversaciones sostenidas por el doctor Alfredo Borjas (académico y pionero excelso de la urología venezolana) con el historiador médico Francisco Plaza Izquierdo, refiere que la fístula colónica-vesical se evidenció estando en una celebración en el Club Venezuela en Caracas. En el trascurso de dicha velada tuvo repentinamente la expulsión de gases (flatos) por la uretra, lo que medicamente se denomina neumaturia, con lo cual el General exclamó: Cito textualmente: -¡Que bolera es ésta, que me estoy peyando por el pito! (1,2) Posteriormente los doctores José Rafael Revenga (1857-1915)(médico personal y Secretario General de Gobierno) y Pablo Acosta Ortiz (1864-1914) llamado el Maestro, el Mago del Bisturí y el Príncipe de la Cirugía Venezolana, intentan operar al General de su fístula colónica-vesical, el 9 de febrero de 1907 en la quinta ‘Guzmania’ en Macuto (La Guaira), encontrándose la crema y nata de la medicina nacional, como los doctores Eduardo Celis, para la época Ministro de las Finanzas, David Lobo, José Antonio Baldó, Adolfo Bueno y Lino A. Clemente, pero no lograrán sus objetivos ya que se suceden situaciones muy tensas en la sala de operaciones como aquella famosa, descrita innumerables veces. Durante la operación, se produce una brusca caída de la tensión arterial, con una falla del pulso y Lino A, Clemente que fungía como anestesista exclama:- ‘Se nos va’, es entonces cuando los guardias o guardaespaldas del general, que estaban en el mismo cuarto de operaciones exclaman cargando sus pajizas y mausseres… ¡Si se va mi general, ustedes también se van! y por lo delicado de la situación, Acosta Ortiz le ordena al anestesista Celis que la operación había finalizado, y ante el asombro de Revenga le dice a éste : -Cállate! y comienzan a suturar al paciente. Posteriormente Acosta Ortiz les refiere a los allí presentes que se ha acabado la operación y lo demás que hay que hacer es que el General vaya a Alemania para ser visto por el doctor Israel en su clínica de Berlín. (1,2,5,9,12)
Digno de mención, es que ésos guardaespaldas denominados los ‘sagrados’ y los ‘chácharos’ eran cuerpos de matones profesionales, seleccionados de las cárceles o que huían de la justicia, para servir de `protectores’ de los ‘valerosos hombres del régimen’, e iban siempre armados de pajizas (escopetas recortadas) o de Mausseres. (43) Lamentablemente no se tienen documentos quirúrgicos que avalen, qué querían realizar los cirujanos, qué tipo de técnica operatoria, debido quizás a la delicadeza del momento político-social que vivía Venezuela con el General Castro y sus rencillas con el General Gómez. Esto quedará siempre en la penumbra. Pedro José Muñoz en su escrito “El Retorno” (10) refiere otra versión de los hechos mencionados, cito textualmente: ‘Al momento de la cirugía el doctor Lino A. Clemente que fungía como anestesista le advierte al doctor Acosta Ortiz, cirujano del caso: -“Está faltando el pulso” y entonces la guardia de Castro, que estaban presente, tiran de sus revólveres y amenazan al cirujano: -Si se muere, lo matamos”. Se menciona también que los generales Delgado Chalbaud y Pedro María Cárdenas se le habían acercado al doctor Revenga y le habían dicho con expresión sombría: -“Tenga cuidado doctor, porque si algo le sucede a Don Cipriano, en ése caso los muertos serían dos”. Es obvio que el clima político reinante se había colado al interior del quirófano, ya que no debemos olvidar que ésa era la época de ‘La Conjura’ donde el General Gómez estaba bajo la mirada de todos y desde 1904 hasta 1908 tenía que esconderse todas las noches en casa distintas ante la amenaza de su vida (24), y cualquier accidente sucediera a Don Cipriano, así fuera médico, podía imputársele a Gómez y a sus simpatizantes. Incluso los médicos de la comitiva de Castro no estaban exentos de sospechas. Recordemos que el estado de salud del General Cipriano Castro hacía suponer que el final estaba cerca y por lo tanto todos aquellos que tuvieran apetencias de poder estaban inexorablemente bajo la mirada atenta de su comitiva política. Según refiere Consalvi (24) del doctor Revenga se mencionaba que mientras trataba al caudillo, conspiraba con el doctor Aquiles Iturbe, con la esperanza de suceder a Castro. Y no e debe olvidar que Revenga es el primero que se va del país (1908) y deja de ser médico de cabecera de Castro y se va a Paris a esperar a Castro.(24) Al año siguiente (1908) el doctor Revenga es sustituido del equipo médico de confianza del General Castro, por el doctor Rafael López Baralt y debido a que su enfermedad no cede, tratan por cancillería de lograr que el doctor James Israel venga a Venezuela, pero no se logra el cometido, siendo el doctor José Ignacio Cárdenas agente del presidente en Europa y familiar del general Gómez quien sugiere el viaje. Esto por supuesto, levantaría suspicacias, pensándose que detrás de Cárdenas estaba la mano del General Gómez.
Ese año 1908 deciden el viaje a Berlín por las condiciones deterioradas de salud del General Castro y salen en comitiva el 24 de noviembre el General Cipriano Castro y su esposa Doña Zoila Martínez, los doctores Pablo Acosta Ortiz, José Ignacio Cárdenas, Fonseca, José Antonio Baldó entre otros, abordando el tren en la estación de Caño Amarillo hacia la Guaira, despidiéndolo entre otras personas el propio General Gómez. Esta circunstancia de ausentarse del país la utilizaría sin contemplaciones su compadre Juan Vicente Gómez para dar un golpe de estado y quedarse por 27 años con el poder absoluto y dictatorial en Venezuela.(4,12,13,20,24,25,26) Como refieren Miguel Otero Silva y Rómulo Betancourt ‘En las huellas de la pezuña´, cito textualmente: ‘Venezuela otra vez se equivoca, cree que con Gómez llega la libertad. Unos jóvenes que amanecen inventando mundos, publican una revista llamada La Alborada y el título es como una confesión. O sea, creen que Gómez es el alba y que la noche (Castro) ha quedado atrás’. (43)
Se embarcan en el vapor ‘Guadaloupe’, estimándose que estarían fuera del país de 3 a 4 meses a lo sumo y nunca el General Castro se hubiera imaginado que ésas costas guaireñas no las volvería a ver jamás. ¡Cuan pesado es el bordón del peregrino! escribiría García Ponce en su excelente biografía de Cipriano Castro. (4) Fueron 16 años de peregrinaje en soledad, con toda la nostalgia del mundo y padeciendo los maltratos y desplantes de todo tipo de autoridades extranjeras. (4) Hay una anécdota interesante en relación al eminente médico cirujano Pablo Acosta Ortiz, que siendo inquirido por un personero del gobierno de Castro acerca del paciente, el galeno le dijo, cito textualmente: “ -Lo voy a complacer…Políticamente yo no soy amigo del General Castro, ni soy político: pero cuando yo piso el umbral de la puerta de su cuarto de enfermo, yo soy su mejor amigo…un hermano…un padre; yo soy su médico y no veo en él sino un paciente…Y algo más, el enfermo que, a pesar de su alta posición, tiene depositada su confianza en mi”. (13) El mismo doctor Pablo Acosta Ortiz, durante la travesía a Berlín a operarse le dijo, cito textualmente: -Usted no cree General, que con su ausencia se presenten en Venezuela algunos trastornos políticos? -“No” le respondió categóricamente. “eso es imposible…. Yo tengo a Venezuela encerrada en el puño de la mano” se paró y erguido, le mostró la mano fuertemente cerrada. Y realmente la tenía, pero la abrió….. se ausentó y dejó de poseerla. (13) Una vez en la Clínica Sanatorium Hygeia de Berlín del doctor James Adolfo Israel eminente urólogo berlinés de fama mundial lo opera durante 4 horas realizándole el cierre de la fístula colónica-vesical, resultando la operación todo un éxito. Dejando el tema del ‘riñón supurado’, para un enfoque posterior. Por lo cual es importante apuntar que Cipriano Castro siguió padeciendo de fiebres y molestias urinarias que tenían como origen, sus problemas inflamatorio-infecciosos crónicos del sistema urinario superior (renal) (1,2)
El doctor López Gómez en su excelente libro “Don Cipriano y la Restauradora” (12) menciona que dentro de las enfermedades urológicas que ha podido padecer Cipriano Castro podrían estar la uretritis gonocóccica (gonorrea) a repetición, que por las posibilidades terapéuticas existentes en aquel entonces, no pudieron curarse y ocasionaron indefectiblemente infecciones urinarias a repetición, produciéndose como consecuencia “un riñón supurado” por pielonefritis ascendente . Súmese a ésto lo provocado por la fístula colónica-vesical que facilitaba la presencia de materias fecales y gases en la vejiga urinaria, llevando a infecciones urinarias crónicas del sistema urinario superior (riñones) (1,2).