Acostumbrados a escuchar un discurso almibarado y heroico del descubrimiento y conquista del continente, no está mal conocer algunas de las barbaridades que los españoles cometieron en América, sobre todo cuando alguien nos las narra en un relato tan bien escrito, que cuenta unos sucesos tan extraordinarios que parecen increíbles. Este es uno de esos casos en los que los hechos superan a la imaginación humana con mucho y se hace evidente la frase de Mark Twain: «La realidad se diferencia de la ficción en que la ficción tiene que tener sentido».
El escritor judío Jakob Wassermann (1873-1934) nació en Fürth (Baviera); hijo de un pequeño comerciante, se quedó huérfano a los nueve años y tuvo una dura infancia marcada por un padre severo y una madrastra malvada, de la que se escapaba inventando historias. Con 23 años entró como redactor en la revista satírica Simplicissimus y pudo dedicarse a la literatura. Pronto alcanzó tanto éxito que fué el novelista más leido en Alemania y eclipsó a su amigo Thomas Mann. Escribió unas quince novelas, relatos, teatro, ensayos y una biografía de Cristóbal Colón. Uno de sus temas favoritos era la justicia universal, a la que todo ser humano tiene derecho. Curiosamente, tiene varios relatos históricos ambientados en España. Con notable anticipación, escribió sobre el dilema que le podía presentar a un judío aleman y patriota el triunfo del nacismo en su país. Afortunadamente, murió poco antes de que sucediera todo.
Título: El oro de Cajamarca
Autor: Jakob Wassermann
Páginas: 109
Editorial: Navona
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