El 24 de junio de 1960, Día del Ejército y de la Batalla de Carabobo, registra un criminal y alevoso atentado ocurrido en horas de la mañana contra la vida del presidente de la República, Rómulo Betancourt, que le ocasionó heridas de consideración, por lo que fue necesario internarlo en el Centro Asistencial del Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria junto con el ministro de la Defensa, general de brigada, Josué López Henríquez y su señora esposa.
El presidente Betancourt fue atendido de urgencia por presentar quemaduras de consideración en las manos, brazo y cuero cabelludo. El ministro de la Defensa, general Josué López Henríquez sufrió quemaduras de consideración, lo mismo que su esposa. También sufrieron heridas varios miembros de la guardia y escolta presidencial.
El frustrado magnicidio ocurrió cuando el Presidente de la República se dirigía con su comitiva oficial por la avenida Los Próceres para estar presente en los actos conmemorativos de la Batalla de Carabobo. Al pasar exactamente frente al edificio donde funciona el Círculo Militar, un vehículo estacionado al lado de la vía hizo explosión alcanzando con su onda de fuego al automóvil presidencial y demás vehículos que lo seguían. Muerto en el instante, cubierto por las llamas, quedó el jefe de la Casa Militar, coronel Ramón Armas Pérez y herido de gravedad el escolta motorizado que iba adelante.
La explosión fue activada a control remoto utilizando un trasmisor de microondas previamente colocado en el automóvil incriminado en el hecho que resultó ser verde de la marca Oldsmobile. El despliegue policial coordinado fue de inmediato y en cuestión de horas hallado el trasmisor arrojado por un barranco de la vieja carretera hacia La Guaira y capturados como autores del frustrado magnicidio Luis Cabrera Sifontes, Lorenzo Mercado, Manuel Vicente Yánez. Bustamante, Eduardo y Ángel Morales Luengo y Juvenal Zabala, piloto del avión de Ransa que trajo el trasmisor desde Santo Domingo, gobernada por el dictador Rafael Leonidas Trujillo, también implicado en el atentado.
Las investigaciones posteriores llevaron a determinar que a principios de 1960, Trujillo, asistido por un grupo de militares derechistas venezolanos y con la asesoría del jefe del SIM, Abbes García, inició la organización de un atentado contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt, luego que este denunciara la dictadura y llevara el caso ante la OEA.
Como consecuencia, los cancilleres de la Organización de Estados Americanos acordaron el 20 de agosto de 1960, condenar al Gobierno dominicano y romper todas relaciones con éste, imponer sanciones económicas al país y establecer un bloqueo. Dentro de las sanciones se encontraba la sentencia del pago del azúcar vendido a Estados Unidos que envolvía una suma cercana a los vente millones de dólares.
Los Estados Unidos, antes aliada del régimen, retiran su misión diplomática y sólo deja al cónsul Dearborn, quien en un informe al Departamento de Estado señaló que la decisión de Antonio de la Maza de eliminar al tirano es definitiva, que el héroe es incontrolable.
Frente a la crisis desatada, Trujillo decidió ordenar la renuncia del presidente, su hermano Héctor Bienvenido Trujillo Molina, reformó una vez más la Constitución y llevó al vicepresidente Joaquín Balaguer, a la primera magistratura del Estado, quien fue juramentado como presidente, el 3 de agosto de 1960.
El período de Rómulo Betancourt fue bastante agitado toda vez que hubo varios alzamientos militares (antes en el exilio trataron de aplicarle una inyección letal). Dos años luego del atentado, en 1962, hubo varios alzamientos militares que recibieron los nombres de “Carupanazo” y “Porteñazo”, por haberse desarrollado en las ciudades de Carúpano y Puerto Cabello, respectivamente.
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