PERDIMOS AL GRAN LOQUERO
Se han oído algunos gritos para algunos líderes: “Salva a Venezuela”. ¿Pero cuál será el héroe que se despoje de su ambición de popularidad para salvarnos? Para comer, para reparar la fatiga del trabajo se necesita dormir. En suma, para vivir se necesita tranquilidad. ¿Dónde la encontraremos? El Gran Loquero, el hombre que sabía mandar y que también sabía ir donde amenazaba el peligro, lo hemos perdido porque llegó demasiado temprano. Ahora es que necesitamos de la autoridad del General Gómez, dura todo lo que se quiera, pero que dio orden y seguridad a los venezolanos. Y esa es la gran necesidad del momento.
La prensa, las instituciones de trabajo, las asociaciones de toda índole están pidiendo, venga como venga, un sistema que nos proteja la vida, que haga razonable el hecho de vivir en Venezuela. Que nos quite de la mente el temor de ser asaltados a la vuelta de la esquina, de día como de noche.
Pagamos millones para mantener cuerpos armados que cuiden nuestras personas y nuestros hogares. Sacrificio inútil. Nadie se cree obligado. Y los personeros encargados de esta función protectora del ciudadano, así como los que han organizado estas fuerzas, consideran que estamos ensayando un sistema de democracia al cual debemos de esta dolorosa experiencia.
Hágase un cálculo de lo que pagamos para que se mantenga el orden y veremos que estamos sufriendo la más inútil de las burocracias. Porque estábamos confiados en el bastón de mando; y sólo aparece la comodidad con el menor riesgo para cumplir con el deber. ¿Quién será el salvador?
Juan Francisco Parejo.
(Publicado en el Diario “El Universal”, el miércoles 11 de septiembre de 1963).
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