En el Papiro Erótico de Turín, uno de los escasos documentos que hablan de la conducta sexual de los antiguos egipcios, se puede apreciar una escena en la que una prostituta deja caer una especie de lira para copular con un excitadísimo cliente. Otro rudimentario dibujo realizado en un trozo de madera, encontrado en una tumba del Imperio Nuevo en Tebas, exhibe a una mujer en pleno acto sexual con un hombre. Lo sorprendente es que mientras hace el amor ella sigue aferrada a su laúd. Estas imágenes parecen demostrar que las prostitutas utilizaban sus habilidades musicales para excitar a los potenciales clientes.
También se han hallado figuritas que reproducen a arpistas que apoyan el instrumento musical en grandes y erectos penes. Otras pinturas muestran fiestas de la realeza en las que grupos de bellas bailarinas prácticamente desnudas ejecutan enigmáticas danzas.
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