Jules Gabriel Verne fue un escritor francés de novelas de aventuras, considerado junto a H. G. Wells como uno de los padres de la ciencia ficción. Es el segundo autor más traducido de todos los tiempos, después de Agatha Christie, con 4.185 traducciones, de acuerdo al Index Translationum. Algunas de sus obras han sido adaptadas al cine.
Sin embargo, su importancia histórica no radica solo en su aporte a la literatura ni a la ciencia ficción, Verne predijo con gran exactitud en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX. A continuación te presentamos algunas de sus más asombrosas predicciones.
Verne anticipó el uso de tanques de guerra en su libro “La casa de vapor”, el submarino en “20.000 leguas de viaje submarino”, el lanzallamas en “Ante la bandera”, los satélites artificiales en “Robur, el dueño del mundo”.
En el resto de sus obras también describió con extremada precisión máquinas e inventos que ahora nos resultan familiares, pero que en sus tiempos eran impensables, como:
El helicóptero, la tortura por descargas eléctricas, las bombas de fragmentación, el cañón de largo alcance, los misiles teledirigidos, las alambradas electrificadas, el cine sonoro, los rascacielos, la contaminación o la ciudad ecológica.
Pero en una de sus más sorprendentes novelas de anticipación, “De la Tierra a la Luna”, completó una serie de predicciones que se cumplirían muchos años después con increíble precisión:
Verne sitúa un telescopio de 5 metros de diámetro en las Montañas Rocosas.
La ubicación y el diámetro son idénticos a los que tuvo el primer telescopio en Monte Palomar.
En lugar de elegir a los países promotores de los viajes a las potencias de su tiempo (Francia e Inglaterra), prefirió a Estados Unidos y Rusia.
El lugar del lanzamiento de la nave de Verne es Cabo Town, muy cercano a Cabo Cañaveral.
En el primer viaje experimental de la novela de Verne viajan animales. En la historia real es una perra llamada Laika, el primer ser vivo en viajar al espacio.
La nave de Verne que llega a la luna se llama “Columbiad” y lleva tres hombres. El módulo del Apolo XI se llamó “Columbia” y también llevó 3 hombres.
La nave de Verne tenía un sistema de refrigeración basado en un circuito cerrado, lleva alimentos concentrados y tiene cohetes secundarios para corregir la trayectoria, como las naves modernas
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