A mediados de marzo del año 1800 específicamente en la población de Calabozo en el hoy estado Guarico, Venezuela, llego Alejandro Humbolt y consiguió una curiosidad científica y la narra así en su libro Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente:
"Encontramos en calabozo en el corazón de los llanos una maquina eléctrica de grandes discos,electróforos, baterías, electrómetros, un material casi tan completo como el que poseen nuestros físicos en Europa. No habían sido comprados en EE.UU. todos estos objetos: eran la obra de de un hombre que nunca había visto instrumento alguno, que a nadie podía consultar, que no conocía los fenómenos de la electricidad mas que por la lectura del tratado de Rigaud de la Fond y de las memorias de Benjamin Franklin. El Sr. Carlos del Pozo, que así se llama aquel estimable e ingenioso sujeto, había comenzado a hacer maquinas eléctricas de cilindro empleando grandes frascos de vidrio a los cuales había cortado el cuello.
Desde algunos años tan solo pudo procurarse, por vía de Filadelfia, platillos para construir una maquina de discos y obtener efectos más considerables de la electricidad. Fácil es suponer cuantas dificultades tuvo que vencer el Sr. Del Pozo desde que cayeron en sus manos las primeras obras sobre la electricidad."
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