Durante la exploración y conquista española de América del Sur existieron los relatos y los rumores de una raza de gigantes que habitaba en el nuevo mundo, estos gigantes recibieron el nombre Patagones, habitaban en la zona austral de América, entre Chile y Argentina. Actualmente se cree que es solo un mito, pero ¿tienen estos relatos algo de realidad? los relatos mas descriptivos son los de Americo Vespuccio y de Fernando de Magallanes.
Américo Vespuccio y su encuentro con los Gigantes:
Americo Vespuccio fue un mercader italiano que desempeñó un papel muy importante en los viajes de exploración en américa del sur entre 1499 y 1502. En una de sus exploraciones Vespuccio relata: ” llegamos a una isla de quince leguas de tierra firme. A nuestra llegada no vimos ningún grupo de personas, doce de nosotros pisamos tierra, encontramos un camino de tierra adentro, caminamos cerca de 2 leguas y llegamos a una aldea de unas 12 casas, en las que eran 7 las mujeres que eran tan altas que no había entre ellas ninguna que fuera cerca de mi estatura.“
“eran tan grandes las mujeres que estábamos a punto de llevarnos a dos de los jóvenes como regalo a nuestro rey, pero mientras debatíamos esto treinta y seis hombres entraron en la cabaña donde estábamos. Eran de tan gran estatura de tal manera que cada uno era más alto que nosotros aun cuando se pusieran de rodillas y yo de pie. Cuando entraron, algunos de nosotros nos asustamos tanto que no nos consideramos a salvo, porque ellos estaban armados con arcos y flechas de gran tamaño, además de que en una lucha cuerpo a cuerpo nos destrozarían.”
Después de tratar de comunicarse con los gigantes para decirles que veían en paz Vespuccio decide que debe irse, por lo que los gigantes los acompañar hasta la costa, donde estaban sus barcos.
Fernando de Magallanes y los Patagones:
En el libro “ primer viaje en torno al globo “ de Antonio Pigafetta el encargado de llevar el diario del viaje de Fernando de Magallanes se describe el encuentro que tuvo Magallanes y su tripulación con un gigante en las orillas de la playa.
“Un día en que menos lo esperábamos un hombre con estatura gigantesca se presentó ante nosotros. Estaba en la playa casi desnudo, cantando y danzando al mismo tiempo y echándose arena sobre la cabeza. El comandante envió a tierra a uno de los marineros con orden de que hiciese las mismas demostraciones en señal de amistad y de paz: lo que fue tan bien comprendido que el gigante se dejó tranquilamente conducir a una pequeña isla a que había abordado el comandante. Yo también con varios otros me hallaba allí. Al vernos, manifestó mucha admiración, y levantando un dedo hacia lo alto, quería sin duda decir que habíamos descendido del cielo. Este hombre era tan alto que con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura. Era bien formado, con el rostro ancho y teñido de rojo, con los ojos circulados de amarillo, y con dos manchas en forma de corazón en las mejillas. “
Posteriormente se encontrarían con más gigantes, conociendo a sus mujeres, la descripción de Pigafetta fue: “Las mujeres no son tan grandes como los hombres, pero son más gruesas. Sus pechos colgantes tienen más de un pie de largo. Se pintan y visten de la misma manera que sus maridos, pero usan una piel delgada que les cubre sus partes naturales.”
La reacción de los colonos ante estos habitantes fue tratar de cristianizarlos, enseñarles el nombre Jesús, bautizarlos con un nombre cristiano y maravillarlos con regalos como peines, ropas, espejos, y demás chucherías.
Las intenciones de los conquistadores no eran tan buenas como parecían, después de ganarse la confianza de los gigantes, decidieron capturar a dos de los más jóvenes, pero como sabían que era casi imposible hacerlo por la fuerza optaron por un plan diferente. Viendo la llegada de cuatro gigantes desarmados, se acercaron ofreciéndoles a dos de ellos todo tipo de regalos para mantener sus manos ocupadas para luego mostrarles unas argollas de hierro que se usaban para llevar prisioneros, los gigantes sintiéndose muy atraídos por el hierro querían poseer las argollas pero tenían ambas manos ocupadas, por lo que el capitán les ofrece ponérselo en sus pies, a lo que los gigantes accedieron, pero al darse cuenta de la trampa se enojaron y comenzaron a gritar. Un gigante logro escapar y el único que quedaba en la nave murió tiempo después.
¿Fueron estos gigantes solo un invento de los primeros colonos? ¿con qué propósito crearían estos rumores? ¿son estos los mismos gigantes que se describen en otras culturas de américa y en el resto del mundo.
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