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7 de marzo de 2021

NUESTRO PAEZ ARGENTINO; IMAGEN REAL DE NUESTRO PROCER




José Antonio Páez, héroe de Carabobo ("El Centauro de los LLanos"), por razones económicas fue a Buenos Aires, República Argentina, alli permanecio desde 1868 a 1871. En este post te contamos las aventuras del mas longevo de nuestros Libertadores por tierras Argentinas.
En junio de 1868, el general, la señora Warner y el perro Pinken desembarcaron en Buenos Aires y se alojaron en la pensión de una viuda inglesa, la señora Bird, regentaba en la calle del Temple, 625, entre Florida y Maipú. Páez residió en la Argentina entre 1868 y 1871 llevado de la mano de Domingo F. Sarmiento, próximo a asumir la Presidencia, vinculándose a los más importantes "círculos de decisión (grandes propietarios, gobernantes, militares, masones, intelectuales), y como sus objetivos personales no interferían en los conflictos propios de la élite, era considerado en general como un héroe en desgracia que merecía apoyo de todos. Ya en la presidencia Sarmiento le brinda a Páez una modesta ayuda financiera para sobrevivir. 




La máquina desolladora de reses.

Paez presenta como empresario el proyecto de la maquina desolladora de reses, que no logró entusiasmar a ningún estanciero. El señor Horace Lewis, inventor, había ofrecido a Páez la representación para toda Suramérica de un artefacto de su invención: una máquina movida a vapor que podía desollar hasta 1.000 reses bovinas en una hora, a razón de un cada 16 segundos. "El señor Lewis esperaba que, habiendo sido Páez presidente de una nación suramericana que exportaba cueros de res y acaso el mayor terrateniente ganadero de Venezuela, la desolladora de vapor pudiese atraer su atención. Lewis esperaba así promover la venta del prototipo en aquellos países suramericanos con cuyos gobernantes Páez tenía estrecha amistad".

"La señora Warner, estadounidense y secretaria privada de Páez, recoge en su diario que este anunció a sus amistades la decisión de emprender un viaje de negocios a la muy agropecuaria Argentina". El contrato firmado con Lewis exigía a Páez registrar en Buenos Aires, a nombre del gringo, la patente de la desolladora. El precio de cada desolladora era de 74 dólares, de los cuales a Páez tocarían siete dólares con cincuenta centavos. Para tener una utilidad de, digamos, 1.000 dólares, Páez tendría que colocar no menos de 133 desolladoras.

"¡Ciento treinta y tres desolladoras! ¿Cuánto tiempo tomaría colocarlas todas a aquel comisionista cercano ya a los 80 años? ¿Habría en la Argentina de entonces tantas reses y tantos estancieros interesados en mecanizar sus faenas? Para Páez, muy anciano ya, sin dinero ni contactos en la Argentina, ¿dónde podía estar el negocio? ¿Por dónde empezar?". Luego en la boca del Riachuelo, el de la canción de la niebla, trato hacer una demostración de la máquina, pero no hubo forma de ensamblarla le faltaban piezas y todo fue un “paquete chileno” de sus inventores que habían engañado al general fingiendo una exitosa demostración en Nueva York.


Páez el músico y compositor, una faceta poco difundida del Centauro de Los Llanos.


Además de ser uno de los más grandes héroes de la independencia americana y el más grande de la gesta venezolana el General Páez era un excelente compositor. El hombre recio de caracter fuerte tenía un lado bastante sensible con su música, se convirtió de un campesino humilde a un destacado hombre de estado con una cultura prominente. Al General Páez le llamaba mucho la atención el violín, el piano y el violoncello, y hacía aprender y cantar a sus tropas canciones independentistas para el campo de batalla. Era una de las formas que el Centauro usaba para motivar a sus tropas durante la guerra.

Ya en Buenos Aires hace amistad con la familia Carranza, gente de muchos bienes en la zona. Páez, en un gesto de cariño, regala a Esteban Adolfo Carranza un cuaderno con piezas musicales compuestas por él. Estos manuscritos fueron descubiertos por un diplomático Venezolano que prestaba servicio en Buenos Aires en esos tiempos, quien a través de una publicación biográfica y de anécdotas personales sobre el General Páez escrito por el historiador Adolfo Carranza, fundador y primer Director del Museo Histórico Nacional de la Argentina, pudo conocerse que el General le había dejado a este historiador en su infancia, un cancionero de piezas musicales inéditas de su autoría, que hoy aún permanecen en dicho Museo. Dicho historiador y periodista era hijo de Don Pedro Carranza, un rico comerciante y gran amigo del prócer venezolano.

Paez, Brigadier General del Ejercito Argentino

Páez, un héroe de la independencia sudamericana, llega a la patria de San Martin, justamente cuando el Estado argentino reconocía, los servicios de los soldados participantes en, la Guerra de la Independencia. Ley aprobada el 22 de septiembre de 1868 "Veteranos de la Independencia", mediante la cual se autorizaba el pago de sueldos a los soldados que hubieran participado en la Guerra hasta la batalla de Ayacucho inclusive.

Resultando propicia la presencia del prócer muy famoso por sus hazañas para dar cumplimiento a una legislación que por el tiempo transcurrido, tenía posibilidades de aplicación en pocos sobrevivientes destacados. El reconocimiento al héroe que tanto anhelaba Páez alcanzó mayor grado en Buenos Aires y otros países latinoamericanos que en su propio país de origen. El 14 de agosto de 1869 el Senado debatió el pedido del Poder Ejecutivo, aprobando la incorporación de Páez al Ejército Argentino;con el grado de Brigadier General, permaneciendo en el país hasta 1871, cuando regresó a Estados Unidos donde murió dos años más tarde.



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