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22 de agosto de 2018

VENEZUELA TAMBIEN TUVO SU "SALOME", CONOZCA SU HISTORIA





Doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja de Guzmán Blanco, Es nuestra "Salome" y nuestra víctima el Gran General en Jefe Matías Salazar "El Carbonero"

Este vil crimen se llevó a efecto el 15 de mayo de 1.872 y lo cierto del caso fue que tan valiente prócer federal cayó abatido por sus enemigos, y de su inerte cuerpo no emanó ni una gota de sangre; habiendo sido asesinado a manos de sus propios hermanos y compañeros de combate. Manifestando en este caso el insigne malhechor, ladrón y sacrílego General en Jefe Antonio Guzmán Blanco estas palabras: ¡…Ese muerto es mío…!

General Matías Salazar: Francmasón de profesión maestro de escuela, nativo del pueblo del Pao de San Juan Bautista en los llanos de Cojedes en donde nació en 1.828. Llamado por sus enemigos en su juventud bajo el apodo de "El Carbonero", por ser el jefe de una partida de soldados del pueblo en armas en esas comarcas llaneras. Él fue un guerrero zamorano de corazón y espíritu quién valientemente luchó en la Guerra Federal bajo las inmediatas órdenes del General Ezequiel Zamora; convirtiéndose en un soldado fiel y leal a la Santa Causa de la Federación; vencedor en la batalla de Guama en la Revolución Liberal Amarilla de Abril de 1.870, contribuyendo en llevar al poder político al General Antonio Leocadio Guzmán Blanco.


General en Jefe Matías Salazar "El Carbonero"


"Yo se lo pedí de regalo en el día de la celebración y conmemoración de nuestra boda; ya que ese jipato y asqueroso llanero se creía más zamorano que todo el mundo y casi era ya un problema para el gobierno de mí adorado y siempre amado marido". "Apreciadas amigas, aquí en estas tierras no queremos más zamoranos pata en el suelo, ni nada que huela o se parezca a eso. No, no, no y no, mijitas".

¡Qué Di_s nos agarre confesadas si vuelve a nacer otro Ezequiel Zamora!

Así que: ¡Brindemos por la muerte del General Matías Salazar!

EL PECADO DE MATIAS SALAZAR

Todo comienza en una de las tantas fiesta de la época, los músicos comenzaron a tocar plácidamente y en eso el General en Jefe Matías Salazar dirigiéndose a doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja de Guzmán Blanco, muy gallardamente le dijo estas palabras: ¿Puede usted concederme el humilde gesto de bailar esta pieza conmigo, doña Ana Teresa?

En eso doña Ana Teresa, de manera desairada se dirigió al gran adalid de la Federación, bajo estos términos: ¿Qué se ha creído usted, General Salazar, ah?

"Yo no bailo con salteadores de caminos y mucho menos con maestruchos de escuelas o telegrafistas de a medias, quienes se hacen pasar como toreros y payasos de postín, como usted, carbonero".

¡Y eso es lo que es usted, General Matías, "un carbonero de oficio", ja, ja, ja!

El General en Jefe Matías Salazar quedó algo impresionado por esas palabras emitidas por doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja de Guzmán Blanco; considerándola como una falta de respeto y vil ofensa hacia su persona. Olvidando ella que el General Matías Salazar con su accionar militar contribuyó a llevar a su adorado esposo el General Antonio Guzmán Blanco a la toma del poder político en la República de Venezuela.

El General en Jefe Matías Salazar muy cortésmente le dirigió estas palabras a doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja de Guzmán Blanco: "Doña Teresa, usted debe saber que para que su inmaculado esposo llegase a ser presidente de nuestra patria, primeramente la gente de la provincia de Cojedes a la cabeza del Dr. Eloy Montenegro y sus hermanos Guillermo y José Manuel con su amadísimo padre en compañía de los miembros de la distinguida familia Acuña, y en la cual participé como Comandante del Ejército Federal, fuimos las estafetas que dieron con los éxitos que llevaron al General Ezequiel Zamora a librar los memorables combates que le dieron la fama de ser el máximo adalid de la Federación venezolana".

"Doña Teresa, le agradezco no me juzgue de esa manera".

"Doña Teresa, dígale a sus amigas y amigotes aquí presente, que mientras yo estaba en el frente de batalla, su esposo estaba guateado y aguachinado en una de nuestras trincheras en Santa Inés".

"Doña Teresa, yo reconozco el valor de su padre el General Diego Ibarra y él de sus hermanos en nuestras luchas por la Federación; pero no la de su marido".

Y doña Teresa muy incómoda por las vocablos emitidos en esos momentos por el General Matías Salazar, en contra de su añorado esposo, altaneramente le gritó estas palabras: "Así no se le trata a un combatiente de Santa Inés".

Luego retirándose nuestra "Salome", comenzó a expresar a sus amigas;

"En verdad, no quiero ser grosera con ese bastardo General Salazar. Pero tengo que decir, que nosotros gobernamos a este país, primeramente, porque mi padre el General Diego Ibarra y Toro se jodió sirviéndole con fidelidad como Edecán de su propia guardia personal a nuestro pariente el Libertador Simón Bolívar en Colombia, en donde casi lo matan en aquel Septiembrazo que se dio en la Quinta de Bogotá en 1.828".

¿O es qué se le olvida a ese bastardo de Matías Salazar que nuestro Libertador Simón Bolívar, también es familia de Toño, mi marido, carajo?

Y en segunda: ¿Cómo olvidar a mí adorado y siempre recordado hermanito Manuel Ibarra y Urbaneja?

"El General Matías Salazar debe entender que nuestras familias nunca han perdido el poder en este país y mucho menos lo van a perder ahora que gobierna el Partido Liberal Amarillo".

¡Ya ustedes van a ver lo que Toño le tiene deparado a ese carbonero; ya van a ver la sorpresita que le tenemos a ese gran carajo, ja, ja, ja!

"Sí, mi hermano Manuel murió combatiendo al lado del General Ezequiel Zamora por los lados de La Laguna de Piedras, si más no recuerdo el 29 de septiembre del año 1.846, cerca del valle de Tiznados en el Guárico. En esos días las fuerzas del gobierno mataron a mucha gente que luchaban al lado de los campesinos en esos tiempos".

"Los días 28 y 29 de septiembre de cada año que pasa nos traen malos recuerdos en nuestra sacro santa familia; ya que en Bogotá el 28 de septiembre de 1.828, casi matan a mi padre en el atentado que le hicieron a mi pariente Simón Bolívar. Y años después, un día 29 de septiembre matan a mi hermano Manuel".

"Nosotros nunca hemos abandonados nuestra condición de clase social, ya que nos hemos cuadrado en los tiempos y hemos vueltos por nuestros fueros, pero con más fuerza; por eso justificare fusilamiento del General Matías Salazar".

El General Matías Salazar muy molesto se retiró hacia los lados de Valencia. Alzándose en armas en contra del autócrata de turno en esos días, Antonio Guzmán Blanco. Pero lo cierto de esta traidora maniobra, se debió a la convocatoria del gran tribunal guzmancista que juzgó al General en Jefe Matías Salazar y quienes lo hicieron bajo las siguientes órdenes del General en Jefe Antonio Guzmán Blanco:

"...Ciudadanos Generales José Ignacio Pulido, Ministro de Guerra, y León Colina, Gefe del Estado Mayor General.



General en Jefe Antonio Leocadio Guzmán Blanco


Los Jefes y Oficiales del Ejército me piden el enjuiciamiento del General Matías Salazar, y como por otra parte los problemas que su defección entraña ante la moralidad y la paz fraterna de la República, no puedo resolverlos sino con el consenso de los hombres que vienen compartiendo conmigo las responsabilidades de la Revolución de Abril, he resuelto que procedan ustedes a convocar todos los Generales en Jefe presentes hoy en el Cuartel General, para que, constituidos en Gran Tribunal conozcan y decidan causa tan extraordinaria como trascendental.

Acompaño a Ud., la representación firmada por todos los Jefes y Oficiales del Ejército, y mi Orden General del día de hoy. Aquella no debe ser vista por el Tribunal, sino como un simple denuncio o acusación. Sentenciado que sea el acusado, debe serme remitido el proceso para mi definitiva determinación...".

Dios y Federación.

Quién a petición de su patricia esposa doña Ana Teresa Ibarra y Urbaneja ordenó abrirle un Consejo de Guerra al General en Jefe Matías Salazar en el año1.872. El cual estuvo compuesto por 23 generales en jefe del Ejército Liberal Amarillo, estando dirigida la "Corte Marcial Anti zamorana" por el General en Jefe José Ignacio Pulido Briceño en su condición de Ministro de Guerra y Marina y por el General en Jefe León Colina, jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional.

Siendo conminado el insigne francmasón General Matías Salazar a ser pasado irremediablemente por las armas en el pueblo de Tinaquillo, llanos de Cojedes; estando el pelotón de fusilamiento dirigido por el General en Jefe Julián Castro quién era francmasón Grado 18º. El mismo traidor que en su condición de presidente de la República de Venezuela, unido a los oligarcas valencianos desconoció los postulados de la Constitución Federal de 1.854.

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