El 18 de junio de 1895, el Presidente de la República declaró nulo el contrato de Turnbull alegando incumplimiento. También declaró nulos los títulos gestionados por Turnbull sobre las minas de Pedernales y de Imataca. El mismo día el Gobierno dio un decreto ratificando el viejo contrato de Fitzgerald y autorizando a la Compañía Manoa para continuar sus trabajos de explotación.
Con estas decisiones se hundían todos los proyectos y los trabajos ya iniciados por Tumbull y otras compañías que se le habían otorgados concesiones y desataría una “GUERRA POR EL IMPERIO DEL ORINOCO. ¿Qué había pasado? ¿Cuál era la explicación de este repentino cambio?. Con esta acción no solo provoca la intervenciones de los Gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia, si no que abrió un capitulo de "Demandas" judiciales contra el Gobierno de Venezuela en los tribunales de estos países que durarían medio siglo para su resoluciones y que en la actualidad existen causas no extintas.
En este Post de lo informamos todo lo que deberías saber.
Sin duda la primera razón hay que buscarla en los cambios políticos ocurridos en Venezuela. Para fines de 1889 había terminado la influencia políticas de Guzmán Blanco. Al año siguiente terminó la Presidencia de Rojas Paúl y fue elegido el Dr. Raimundo Andueza Palacio. Crespo había regresado al país y, después de sus recientes derrotas, se mantenía discretamente en espera de una ocasión propicia para sus aspiraciones presidenciales mientras apoyaba tibiamente a Andueza Palacio. Este era un civil de talento que asumió la Presidencia con un gran apoyo en momento de paz para el país. Parecía que, por fin, Venezuela iba a disfrutar años de paz y de democracia. La reacción anti guzmancista del último año de Rojas Paúl continuó y también el ambiente de libertades públicas.
Formación de la Órinoco Company Limited
En 1895 Crespo era Presidente y Gordon diputado al Congreso de los Estados Unidos. Esto abría nuevas perspectivas para la gente de la Compañía Manoa en Nueva York que se sentía despojada por una arbitrariedad de Guzmán Blanco. Ahora también había nuevas perspectivas en el Delta, pues se conocían las posibilidades de la mina de hierro de Imataca y de la mina de asfalto de Pedernales. En la década de los 1890 en algunos círculos de EE.UD. Empezaba a despertarse el imperialismo y los capitales, poco a poco, empezaban a abrirse al exterior. La intervención decidida del presidente Cleveland en 1895 en el conflicto del Esequibo entre Gran Bretaña y Venezuela sacudió la vida política norteamericana y volvió las miradas hacia Venezuela.
Un nuevo grupo financiero conducido por Samuel Grant de Faribault, Minnesota estaba interesado en adquirir la Compañía Manoa y recuperar en Venezuela la Concesión original de Fitzgerald. Con esta finalidad, en la primavera de 1895 viajaron a Venezuela Samuel Grant, su hijo Donald, el abogado Baxter, junto con JoOO A. Bowman que, de nuevo, era presidente de la Compañía Manoa y el abogado de Fitzgerald, James A. D. Radcliffe de Nueva York. En Caracas fueron recibidos por Crespo. El 28 de mayo, la Compañía Manoa hizo al gobierno venezolano la petición formal de reconocer y de reafirmar con un decreto sus derechos y propiedad sobre toda Concesión Fitzgerald, incluyendo la mina de Imataca. Suponemos que, en todas estas gestiones, contarían con el valioso apoyo de Gordon. La gestión tuvo éxito pues pocos días después, el18 de junio, el Presidente de la República declaró caducada la concesión a Turnbull por incumplimiento. Igualmente declaró la nulidad del título sobre la mina de hierro de Imataca (que de manera definitiva se le había concedido a Turnbull el 13 de marzo de 1888, una vez llenados todos los requisitos legales) y del título sobre el lago de asfalto de Pedernales, concedido el 28 de junio de 1888. De igual forma, el Gabinete en ese mismo día consideró favorablemente la "solicitud que ha dirigido a este Ministerio la Compañía Manoa Limitada, pidiendo se ratifique la Concesión de El Presidente y autorizaba a esta Compañía a reanudar los trabajos de explotación y desarrollo.
Con la nueva decisión gubernamental se reactiva en EE.UU. la Compañía Manoa y comienza en Venezuela una interesante etapa de sus actividades que, esta vez, se van a centrar sobre todo en Santa Catalina y Sacupana. Pero, además, se reanuda un gran conflicto de intereses entre Turnbull y sus con ciudadanos vinculados a la Compañía Manoa y sucesores. Este conflicto moverá influencias políticas en Venezuela y EE.UU. Mientras en Venezuela, el Gobierno recibía los reclamos por parte de Turnbull y asociados, en EE.UU. se procedía rápidamente a reavivar la Compañía Manoa y transferirla a nuevas empresas. En 1895 se organizó en Wisconsin la Orinoco Company a la que transfirió toda la Concesión Fitzgerald excepto la mina de asfalto de Pedernales y la mina de hierro de Imataca. En 1896 se formó la Orinoco Mining Company que recibió los derechos de la Orinoco Company, las transfirió a la que Orinoco Company Limited que iba a quedar como depositaria de todos los derechos de la Compañía Manoa, es decir toda la Concesión Fitzgerald, excepto la mina de Imataca, transferida a William Safford, Vicepresidente de Manoa, y los depósitos de asfalto de Pedernales, transferidos a Samuel Grant, Presidente de Manoa y financiero de Faribault.
La Compañía Manoa tenía acreedores que la demandaron a pesar de todas estas transferencias hechas por razones legales. Mientras tanto en West Virginia se formó la Orinoco Iron Company y a mediados de 1897 es la compañía y la Orinoco Company Limited firmaron un contrato por el que ésta concedía a aquella el derecho de extraer y de comercializar los depósitos de mineral de hierro que hubiere en la Concesión Fitzgerald. La Orinoco Company Limited constituida con un capital activo de 30 millones de dólares envió en la primavera de 1896 una nutrida expedición al Delta. Estaban seguros de que tanto en Venezuela como en EE.UD. Tenían los apoyos suficientes para recuperar la Concesión. Pero la cosa no resultó tan fácil. En Venezuela Turnbull que había registrado la propiedad de las minas a su nombre y aparte de la Concesión había transferido sus derechos al asfalto a la Compañía Nacional Anónima Minas de Pedernales en 1890. El Gobierno de 1895, después de quitada la Concesión a Turnbul., tuvo que reconocer que la mina de asfalto era de esa compañía. También Turnbull, por su cuenta, hizo gestiones para defender su propiedad de la mina de hierro de Imataca. Esta vez el proceso duró año y medio, pero tuvo éxito. El 20 de noviembre de 1896 le reconoció el Gobierno a Turnbull la legalidad de su título sobre la mina de Imataca y las 500 Has. de baldíos que había adquirido. Se reconoce que Turnbull ha mantenido legalmente la explotación de la mina y que ha pagado a la aduana de Ciudad Bolívar los impuestos mineros correspondientes. Termina declarando que la decisión del 19 de junio de 1895 no afecta a los derechos de Turnbull sobre la Mina de Imataca (Manoa) y éste puede continuar explotando el hierro.
Sin embargo estas decisiones no fueron suficientes para apaciguar la Guerra por el Imperio del Orinoco, las cuales se trasladaron a distintos tribunales de los países en disputa, pero a esta altura de la vida, podemos ver quienes fueron los ganadores que al final, la gran perdedor fue nuestra amada tierra llamada Venezuela.
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