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24 de junio de 2018

TRAS DEL OLEO DEL RIO ORINOCO, DEL PINTOR DE LA SELVA EN VENEZUELA; FERDINAND BELLERMANN


Bellermann vio a Venezuela como pocos antes que él, fueron mas de 600 óleos y quizás el mas importante de su vida fue uno que no pudo culminar en vida de "Un paisaje crepuscular en el Orinoco", el cual fue el mas valorado de sus obras y que el resto del mundo no ha podido ver.


El pintor paisajista, Ferdinand Konrad Bellermann (1814-1889), se formó entre otras instituciones en la Berliner Akademie, con los profesores Karl Blechen y Wilhelm Schirmer. Visitó Italia, Bélgica, Holanda y Noruega. Gracias al apoyo de Alexander von Humboldt obtuvo una beca del rey Federico Guillermo IV para viajar entre 1842 y 1845 por Venezuela. 

Durante este tiempo pintó más de 650 óleos y dibujos. Muchos de ellos fueron pedidos de von Humboldt, quien quería que documentase paisajes y ciertas plantas. Bellermann recibió a su regreso otros importantes encargos como la decoración del Neues Museum de Berlín y también fue nombrado en 1857 profesor de la Academia de Berlín. A pesar de ello, murió en 1889 casi en el olvido en Berlín. El impulso para recuperar su obra surgió en Venezuela. El redescubrimiento de Bellermann en la década de 1930 se debe a Eduardo Röhl, ingeniero y amante del arte. 
Ferdinand Bellermann: Paisaje de Venezuela, 1863. Óleo sobre tela, 150 x 188 cm. ©Bildarchiv Preußischer Kulturbesitz 

Cuando Bellermann llegó en 1842 a Venezuela y pintó sus primeros cuadros, el país se encontraba, como él mismo observó, inmerso en una "gran emoción nacional". Los restos mortales de Simón Bolívar acababan de ser transportados de Colombia a Caracas. Algunos cuadros reflejan la situación; en la serie "Obras de Caracas" (1844) se encuentra la obra "Arco del triunfo con motivo de la recuperación de las cenizas de Bolívar". Bellermann también pintó la hacienda perteneciente a la familia de Simón Bolívar en San Mateo, valle de Aragua. Arriba a la derecha, sobre una colina cubierta de cactus y acacias, la residencia familiar; abajo, las dependencias bajo cocoteros y árboles del género Cecropia. Gracias a los dibujos realistas de Bellermann, el botánico alemán Hermann Karsten (1817-1908) pudo clasificar todas las especies de plantas dibujadas. Alfredo Boulton, el renombrado crítico del arte e historiador cultural de Venezuela, caracteriza los dibujos de Bellermann como "exactitud científica obtenida con belleza" (1968). 

Ferdinand Bellermann: San Mateo en el valle de Aragua. ©Kupferstichkabinett der Staatlichen Museen zu Berlin 

En mayo de 1842, Bellermann se despidió personalmente de su promotor, Alexander von Humboldt, en el Jardín de Recreo de Potsdam. Humboldt le recomendó que visitase la cueva del Guácharo, que él mismo había explorado en 1799. En una carta a Max Jordan, director de la Galería Nacional de Berlín, Bellermann escribió el 20 de septiembre de 1880: "[la cueva] se considera la mayor maravilla natural de Venezuela y aún sigue proporcionando a los habitantes numerosos motivos para inventar los cuentos más fabulosos. [...] En la mayor parte de la cueva viven los ... pájaros guácharo (Steatornis caripensis), que hacen un ruido ensordecedor en el interior de la cueva y castañetean con los picos al salir volando como si se soltasen miles de castañuelas. [...] El 9 de agosto de 1843 llegué a la Cueva del Guácharo, viví 14 días en ella, hice los estudios para el cuadro de la Galería Nacional y también dibujé un plano horizontal de la cueva" (Staatliche Museen zu Berlin 1987:42-43). Los diferentes cuadros de la Cueva de los Guácharos se encuentan entre las obras más conocidas de Bellermann. Sin embargo, corrigió un poco la "imagen" de la cueva antes de eternizarla: hizo talar árboles y eliminar arbustos que obstruían la entrada de la cueva.

El apodo de "Pintor de la selva virgen", que ya acompañó en vida a Bellermann, fue acuñado en la Historia del arte de Franz Reber (1876). De hecho, el viaje a Venezuela marcó toda la vida posterior de Bellermann. Cuando murió en Berlín, 43 años después de su regreso de Sudamérica, había en su caballete un último cuadro sin acabar, un "paisaje crepuscular en el Orinoco".


ATRACADERO A ORILLAS DEL ORINOCO

http://portal.iai.spk-berlin.de/Bellermann.144+M52087573ab0.0.html

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