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5 de julio de 2020

EL CAMPO SAGRADO DE VENEZUELA; CARABOBO

UNA DESCRIPCIÓN SIMBÓLICA DEL MONUMENTO A CARABOBO.

Cuando el visitante llega al Monumento, lo primero que se encuentra entre la puerta que da acceso al mismo y el gran arco es una vía de 10 metros de ancho, a cada lado de la cual están representados en bronce algunos de los aguerridos jefes y oficiales que intervinieron en la Batalla, como también otros Próceres de la Independencia.


Allí están representados los bustos de Páez, Cedeño, Urdaneta, Salom, Plaza, Bermúdez, Briceño Méndez, Mariño, Farriar, Rangel, Muñoz, Rondón, Vázquez, Ibarra, Manrique y Pedro Camejo, “el Negro Primero”.

PÁEZ

CEDEÑO

URDANETA

SALOM

PLAZA

BERMÚDEZ

BRICEÑO MÉNDEZ


MARIÑO

FERRIAR

RANGEL

MUÑOZ

RONDÓN

VÁZQUEZ

IBARRA

MANRIQUE

PEDRO CAMEJO

De esta manera Venezuela rinde homenaje a los preclaros hijos que a base de heroísmo y sacrificios, lo dieron todo, incluso sus vidas en aras de la Libertad.
En seguida de estas estatuas se encuentra el Arco, el cual fue inaugurado en 1921 con motivo de la celebración del Centenario de dicha batalla. Tiene 10 metros de ancho por aproximadamente 18 de alto. Debajo del mismo y en el centro se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido, que mantiene permanentemente encendido el simbólico fuego.



A continuación encontramos un gran espacio muy ancho y rodeado de jardines. A este mismo nivel, y antes de llegar a las escalinatas descendentes que nos llevan al espejo de agua, se encuentran a la derecha e izquierda dos alegorías. Cada una consta de una estatua de bronce, dos leones laterales, los escudos de Venezuela y España en mosaicos venecianos, rematando cada una de ellas en su parte alta en un cóndor de bronce con las alas desplegadas. Representan una a Venezuela y la otra a España.

Después, bajando una escalinata descendemos a un hermoso espejo de agua, el cual, cuando está sereno y desde ciertos ángulos de visión, refleja maravillosamente el conjunto del monumento principal.
Pasando al otro extremo del espejo de agua, nos encontramos ya completamente de frente a la parte central y más importante del Monumento. El conjunto central descansa sobre un pedestal de base rectangular y dos alas laterales también rectangulares.

En la parte central y superior del pedestal está colocada la estatua ecuestre del Libertador en tamaño verdaderamente monumental, dominando todos los conjuntos por su altura, tamaño y posición preponderante.
Esta hermosa estatua tiene a cada lado dos estatuas que representan el Genio y la Gloria, los cuales lo conducen, y apoyado todo el conjunto sobre los vencidos en la batalla de los cuales sólo se ven los bustos y caras como aprisionados bajo el peso. Las dos estatuas ecuestres colocadas al lado derecho del Libertador, representan al General José Antonio Páez, Jefe de la Primera División, y al General Santiago Mariño, Jefe del Estado Mayor General. Las dos estatuas ecuestres del lado izquierdo representan al General Manuel Cedeño, Jefe de la Segunda División, y al Coronel Ambrosio Plaza, Jefe de la Tercera División.





Adosado a la cara anterior del pedestal central, está el Altar de la Patria, consistente en una escalinata de siete peldaños con sendas estrellas grabadas en bronce, que simbolizan las siete Provincias de la República para 1811.

A continuación de la parte superior de las escalinatas en declive, está una lápida de piedra con adornos en bronce que cubre una fosa cineraria, en seguida de la cual hay una base semicircular con dos gradas en declive, sobre la cual descansa una alegoría que representa a la raza española, la indígena y de la ibero-americana, como resultado final de la unión de ambas.

La figura alegórica de la raza nueva se encuentra en el centro, estrechando a las otras dos, y de ellas pende una guirnalda que termina en el primer escalón de la base en un Escudo de Venezuela.

En seguida de las estatuas de Cedeño y Plaza se encuentra una figura ecuestre que simboliza el Heraldo de la Fama. El jinete levanta en la mano derecha una Victoria simbólica y en la izquierda el clarín anunciador del triunfo.

Otra estatua ecuestre a la derecha del Libertador y después de las de Paéz y Mariño, simboliza el Heraldo de la Gloria, y está representado por un jinete que levanta en la mano izquierda una corona de laureles hacia el cielo y con la derecha sostiene un clarín.

A cada lado de estas estatuas y en las alas laterales en relieve están dos relojes de bronce que marcan la hora en que comenzó y en que terminó la batalla. Las once y las doce, respectivamente.


Una estatua pedestre colocada en el primer plinto del ala situada a la derecha del conjunto principal, representa simbólicamente la Independencia. La estatua levanta en su mano derecha una espada en actitud de defender la obra de los héroes de la Patria y apoya su mano izquierda en un escudo, que es el símbolo de la Fortaleza.

Otra estatua simétrica del lado izquierdo, es el símbolo de la República. Esta levanta en su mano izquierda la antorcha del Progreso y apoya su derecha en una espada, símbolo de la Justicia.

Tres altos relieves en el exterior e izquierdo, representan al Libertador dirigiendo la Batalla desde el cerro de Buenavista. Detrás se pueden ver a Salom y Briceño Méndez. En seguida se ve la caída del General Plaza. También la del General Manual Cedeño. Se puede apreciar la retirada del Batallón “Valencey” y a un cuerpo de caballería que lo persigue llevando infantes montados a la grupa. Allí está representado, por último, la muerte del famoso perro Nevado.




Tres alto relieves en la parte interior de esta misma ala representan el encuentro del “Bravos de Apure” con el Batallón “Burgos”.

Tres alto relieves colocados en la parte exterior del ala derecha del monumento, representan el encuentro de la “Legión Británica” con el “Burgos” y el “Hostalrich”. Allí se vé a Farriar caído, de cara al cielo, con la espada en alto, dando la única voz que había estado dando durante media hora: ¡Firmes!.




Otros tres alto relieves en la parte inferior de esta misma ala, representan a Páez con su Estado Mayor; en seguida se ve la caída de Negro Primero en el momento de despedirse de su Jefe, y más adelante se ve al mismo Páez ordenando una carga de caballería 


Este monumento fue construido sobre piedras traídas de La Puerta, lugar fatídico para las armas Patrióticas, que en tres ocasiones presenció nuestra derrota.
El proyecto, diseño y ejecución de este magnífico monumento fue obra del célebre escultor español Don Rodríguez del Villar y fue inaugurado el 17 de Diciembre de 1930, en conmemoración de la muerte del Libertador.
Recientemente se ha colocado una placa de bronce, adosada a la piedra que forma la base, como un testimonio de reconocimiento al artista, por la meritoria labor.

Además del monumento en sí, que como se dijo está completamente delimitado, se pueden visitar en sus próximas cercanías las columnas que demarcan los sitios respectivos donde rindieron sus vidas en la batalla el General Manuel Cedeño, el Coronel Ambrosio Plaza, el Coronel Tomás Farriar y el Teniente Pedro Camejo (Negro Primero).

Estas columnas están a diferentes distancias del monumento propiamente dicho. La más cercana es la del Coronel Ambrosio Plaza que incluso se ve desde el monumento a la izquierda, situándose el observador de frente al Arco. A la columna de Plaza se puede ir a pie, ya que se encuentra a unos doscientos metros de la carretera que circunda el monumento.




La más distante es la del General Manuel Cedeño, que se encuentra como a 5 kilómetros antes de llegar al monumento yendo de Valencia hacia él.
De éstas columnas demarcadoras, las que se encuentran ubicadas más cerca del área donde se llevo a cabo el combate propiamente dicho, son las dedicadas al Coronel Tomás Ilderton Farriar y la del Teniente Pedro Camejo. Situándose frente al Arco, debe irse a su izquierda, siguiendo una carretera que sube hasta el Mirador, como a 500 metros antes de llegar a ese edificio a la izquierda se toma otro camino que nos conduce a un pequeño estacionamiento, donde el visitante podrá tomar a pié dos caminerias de pavimento distintas, que le llevarán cada una a las citadas columnas. El camino de la izquierda conduce a la columna Farriar, y el de la derecha a la de Pedro Camejo (el Negro Primero) respectivamente. 


Antes de las remodelaciones hechas al complejo monumental de Carabobo en el año de 1971, la columna que señalaba el sitio aproximado donde cayó el “Negro Primero”, se encontraba como a dos kilómetros aproximadamente antes de llegar en la misma vía de Valencia al monumento (ver croquis adjunto elaborado por Armando Betancourt Ruiz en 1971). Aquella fue removida de ese antiguo lugar, luego de considerar oportunos razonamientos y sugerencias de algunos historiadores, dentro de los que se encontraba Armando Betancourt Ruiz, quien había escrito varios artículos en prensa sobre la reubicación más ajustada a los hechos históricos de dicha columna (foto Nº 23 antigua columna de Pedro Camejo).


DECRETOS VARIOS PARA ERIGIR UN MONUMENTO EN CARABOBO.
Con el objeto de excitar la memoria de mis compatriotas, y a la vez divulgar algo sobre la historia del Monumento a Carabobo, vamos a hacer una pequeña reseña al respecto.

El primer decreto para erigir un monumento en Carabobo fue dado por el Congreso General de Colombia, en el Rosario de Cúcuta, el 20 de julio de 1821, antes de cumplirse un mes de la gloriosa batalla.

En lo referente a la erección del Monumento dice:

“5º) Para recordar a la posteridad la gloria de este día, se levantará una columna ática en el campo de Carabobo. El primer frente llevará esta inscripción.

DIA XXIV DE JUNIO DEL AÑO XI
SIMÓN BOLIVAR, VENCEDOR
ASEGURO LA EXISTENCIA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Se hará después mención del Estado Mayor General. En los otros tres frentes se inscribirán por su orden los nombres de los generales de las tres divisiones de que se componía el ejército, y los nombres de los regimientos y batallones de cada una con los de sus respectivos comandantes.

6º) En el lado de la base que corresponde al frente de la segunda división se verá grabado:

EL GENERAL MANUEL CEDEÑO
HONOR DE LOS BRAVOS DE COLOMBIA
MURIO VENCIENDO EN CARABOBO
NINGUNO MAS VALIENTE QUE EL
NINGUNO MÁS OBEDIENTE AL GOBIERNO.

En el lado de la base que corresponde al frente de la tercera división se leerá:

EL INTREPIDO GENERAL AMBROSIO PLAZA
ANIMADO DE UN HEROISMO EMINENTE
SE PRECIPITO SOBRE UN BATALLON ENEMIGO
COLOMBIA LLORA SU MUERTE.”

Por diversas circunstancias, sobre todo de índole económico, la parte del citado decreto que ordenaba erigir una columna conmemorativa del triunfo de Carabobo, nunca se llevó a cabo; sin embargo, se presentaron varias propuestas para tal fin.
A comienzos de 1825, el entonces Intendente del Departamento de Venezuela, General Juan Escalona, pensó poner en práctica la erección del Monumento, y para ello solicitó proyectos y noticias de varias personas cuyos conocimientos las hacían aptas para ello: el Coronel de Ingenieros Francisco Avendaño, el Alarife Primero de albañilería de Caracas, Agustín Ibarra, y el oficial polaco, agregado al Estado Mayor de Páez, Miguel Rola. Más tarde, dio también un amplio informe el Coronel de Ingenieros Manuel Muñoz. En la lámina nº 1 el lector podrá observar el proyecto presentado por el Coronel Avendaño, el 11 de mayo de 1825.

A continuación citamos las comunicaciones que en aquella fecha y el 10 de junio dirigió dicho oficial al Intendente del Departamento a propósito del Monumento:
“Guaira, mayo 11 de 1825.

Al señor General Intendente del Departamento.
Me limito por ahora solamente a remitir a V.S. un proyecto o borrador de la Columna que se intenta levantar en el Campo de Carabobo para que sirva V.S. examinarlo, y si lo juzga de su agrado me lo remita para ponerlo en los términos correspondientes.

Lámina nº 1

La Columna Ática, que no está sujeta a ningún Orden de Arquitectura, puede recibir partes y adornos de todos los conocidos, según el gusto del arquitecto que la inventa, de suerte que viene a llamarse propiamente una Columna compuesta, y Ática por ser un edificio aislado, su base Aticurga, y que tales monumentos son de los que se erigen por un triunfo militar.

Conciliando el gusto y sencillez que deba tener la obra con nuestro estado actual, y teniendo presente las recomendaciones de V.S. me ha parecido conveniente adoptar el pedestal y fuste del orden Dórico, como medio entre los sólidos y delicados, y la basa Ática o Aticurga. Esta composición la considero muy elegante y la más propia de poner en ejecución porque no presenta las dificultades en follajes y adornos de otras órdenes, como el Corintio y Compuesto.
Esta columna, incluyendo pedestal, basa, fuste y capitel, está trazada en 24 módulos, o llámese 24 varas, de altura, en que puede quedar según el parecer de V.S. o mayor o menor según se aumente o disminuya la escala, porque este no influye en la proporción y forma en que debe quedar.

Esta obra presenta la dificultad de abrir en la piedra la multitud de inscripciones que debe contener el fuste de la Columna y es en mi concepto una de las cosas principales que deben tratarse, porque no haciéndose a la perfección y de esta suerte, pierde el gusto y brillantez la obra. Contar con que las inscripciones de relieve que serían las más propias y elegantes me parece que es cosa totalmente imposible de efectuarse en el país, así porque no hay los materiales correspondientes, como porque me parece que no hay artífice en capacidad de llevarlo a efecto, de suerte que es mi opinión que se abran de bajo relieve que es en comparación infinitamente más fácil y menos costoso, y rellenándolas con algún sulacre a propósito y algunos dorados quedarán de muy buen gusto, permanentes e intelegíbles.

Mis conocimientos en este arte son sumamente limitados y es probable que no he tenido tiempo de practicarlos. Yo creo que no soy capaz de poder acertar con los deseos del Gobierno, pero animado siempre por el bien de la Patria y con las mejores intenciones de complacer a V.S. me he propuesto dar mi opinión aunque tan sucintamente, con la esperanza de que el lunes próximo me presentaré a V.S. y trataremos del asunto como requiere.
Dios guarde a V.S. muchos años.
Francisco Avendaño.”

A continuación, se transcribe la carta del Alarife Primero de albañilería Agustín Ibarra, donde describe su proyecto (ver a propósito del mismo la lámina nº 2) para la Columna de Carabobo al Intendente del Departamento:
“Caracas, 21 de Junio de 1825.

Señor Intendente Departamental.
En consecuencia de la nota de V.S. de 23 de abril en que se sirvió poner a mi cargo el diseño de la Columna Ática que el Gobierno Supremo ha dispuesto plantar en el Campo de Carabobo, en memoria de aquella feliz y afortunada jornada, acompaño a V.S. el adjunto plano suplicando se sirva mirarlo con indulgencia.

Más no puedo dejar de hacer presente a V.S. algunas reflexiones que a mi ver las juzgo necesarias. La Columna o Pilastra Ática que presento, por ser totalmente perpendicular, carácter propio o esencial de su invención, me ha sido bastante embarazoso para seguir la delicadeza de las proporciones del célebre arquitecto Jacobo de Vignola; tampoco he tenido a bien aplicar las dimensiones de la robustez de los grandes monumentos de Menfis, donde había una pirámide de 155 varas de elevación, con 36 varas, dos pies por lado en la base, que está en la razón de 1 a 4 con su altura.

La Columna de Trajano, sostiene 140 pies de altura, pero a esta Columna, estando construida de una sola pieza de piedra, bien pudo habérsele dado menos extensión a la base que la que por su altura le correspondía; pero siendo así que nuestra Columna no es de figura cónica trunca, como la de Vignola, ni piramidal como la de Menfis, ni menos de una sola pieza de piedra como la de Trajano, he concebido la idea de proporcionarle la base a su altura en razón de 1 a 6; y que en el último tercio se continúe la obra, que debe ser desde su base de sillería de piedra, sólo en los centros, y los ángulos de sillares de ladrillo, a fin de disminuir el mayor empuje que haría la materia piedra sobre la línea perpendicular en sus ángulos..
Lámina nº 2

Habiendo concluido por lo que respecta a mi oficio, encuentro en esta construcción de piedra la gran dificultad para iluminar esta pieza en sus casos sin grandes costos en andamios, máquinas, etc., por ésta razón, y la de los temblores de tierra que tan frecuentemente se experimentan en nuestro país, como que sería más cómoda edificar esta Columna de hojas de hierro como en otras partes se usan, de tres cuartos de pulgada de grueso; con este método conseguiríamos formar escalas en lo interior que facilitaría mucho lo primero y un gran preservativo para lo segundo.
Dios guarde a V.S.
Agustín Ibarra.”

Seguidamente, presentamos el informe con que acompañó el oficial Miguel Rola, el bosquejo (ver lámina nº 3), de su proyecto para la Columna Carabobo:
“Explicación del plano de la Columna decretada por el Congreso General de Colombia para el Campo de Carabobo.

He dibujado el plano de esta Columna siguiendo las reglas que nos han dejado Los Antiguos en los monumentos clásicos. Vitrubio, llamado con razón el Padre y Legislador de la Arquitectura, estudiando cuidadosamente las medidas y proporciones de los famosos edificios griegos, dejó un código arquitectónico que hasta el siglo decimonono tiene fuerza de ley. Y todos los trabajos de Los Modernos en esta hermosa pero difícil parte de las Bellas Artes se redujeron a imitar esas obras maestras, sin poder añadir durante tantos siglos ni una nueva orden de Arquitectura.

Entre los monumentos modernos consagrados para perpetuar la gloria de Los Vencedores, la Columna levantada en Paris el año 1810 tiene, a mi parecer, el primer lugar; sus medidas principales se parecen a las de la Columna Antonina, Me acerqué cuanto pude a estas proporciones en mi plano con la diferencia que sobre el capitel coloqué la rotunda del Panteón coronada por un trofeo en forma de las fases romanas, figurando de este modo las armas del Escudo de Colombia, el cual por su forma clásica está en armonía perfecta con los adornos usados en Arquitectura. Acaso este remate propuesto por un principiante no será totalmente reprobado por las autoridades; considerando que la estatua de Napoleón formaba el remate de la Columna de Paris, que la Columna de Londres se remata por una especie de cipo o meta que sostiene una urna encendida, para evitar una imitación servil, he venido a creer que un Panteón, un Templo de la Gloria, coronado por las Armas de Colombia, sería quizás proporcionado para eternizar las memorias de la victoria de Carabobo que la historia colocará al lado de las más ilustres que se hubieron jamás obtenido en la Santa Causa de la Independencia.

Lámina nº 3

Esta Columna es de orden Corintio: tiene una basa ática conforme a la expresión del artículo 5º del Decreto congresal. Efectivamente, la basa ática es la más perfecta y la más hermosa de todas, porque junta la solidez con la gracia y aunque pertenezca propiamente al orden Dórico, no obstante es lícito trasladarla al orden Corintio, con tal que se compadezca con la armonía y ciertos limites determinados; de lo que hay muchos ejemplares legalizados por los Maestros.
Doy al diámetro de esta columna doce pies castellanos, y como el diámetro o módulo de la columna determina invariablemente las medidas y tamaños de todos los demás miembros; luego tendrá la altura del pedestal dos módulos y 33 minutos = 30 3/5 pies; el vuelo desde el eje será de 57 minutos = 11 2/5 pies. El cuerpo de la Columna es a saber, su capitel, fuste y basa, cogerán 9 y ½ módulos = 114 pies. La altura del Panteón con su remate será cerca de 20 pies. De suerte que la total altura de la Columna cogerá 160 pies y pico. Su solidez o capacidad se acercará hasta 20.000 pies cúbicos de granito o mármol; el coste de la edificación creo será cerca de 300.000 pesos.

Cumpliendo en esta relación las órdenes con que se ha dignado honrarme V.E. tengo el honor, mi General, de presentar a V.E. mis homenajes.
Miguel Rola.”

Hemos de referir que los tres proyectos arriba citados, fueron remitidos junto con los informes respectivos, por el Intendente Escalona al Ministro del Interior, José Manuel Restrepo, con oficio fechado en caracas a 27 de septiembre de 1825, a fin de que los presentase al Congreso en sus próximas cesiones. Al parecer, aquel Cuerpo no tomó ninguna resolución sobre el asunto.

En el siglo 20 se decretó en varias oportunidades la erección de un monumento en Carabobo, sin que se llegara a realizar. Solamente los de 1921 y 1929, respectivamente, hicieron posible su erección. Veamos algunos de ellos.
Decreto de 5 de julio de 1904, por el cual se ordena erección de un monumento en la llanura de Carabobo.

Decreto de 30 de junio de 1905, referente a la reunión del Jurado que deberá conocer del mérito de los proyectos para la erección de un monumento en la llanura de Carabobo.

20 de julio de 1905, contrato celebrado entre el Ejecutivo y Eloy Palacios para el modelado y fundición en bronce de varias partes del Monumento de Carabobo.
Decreto de 10 de diciembre de 1909, por el cual se ordena que el Monumento que se decretó para conmemorar la Batalla de Carabobo, dada el 24 de junio de 1821, se modifique y se erija en el Paseo Independencia (dicho monumento, posteriormente sería reubicado formando parte hoy en día de la llamada redoma de La India en Caracas).

Decreto de 23 de marzo de 1921, por el cual se dispone erigir un monumento en el Campo de Carabobo.

Decreto de 1 de noviembre de 1929, por el cual se dispone erigir un Monumento que conmemore el primer centenario de la muerte del Libertador, en el propio campo donde se libró la magna batalla de Carabobo.

El 5 de julio de 1904, Cipriano Castro decretó:

En la llanura de Carabobo, y en el punto de donde se ven la Pica del Pao y la colina llamada de Bella Vista, centro de la línea de batalla, se erigirá una columna de mármol de 12 metros de altura, la cual irá montada sobre un gran pedestal y cuatro basamentos, todos también de mármol.

La columna llevará una palma de laurel de ocho metros, incrustada de bronce en alto relieve.

En la cúspide de la columna irá una estatua de bronce, alegórica a la Independencia. Será una figura de mujer con la mano izquierda apoyada en el escudo de Colombia y llevando en la diestra una bandera.

Al pie de la columna sobre un plano circular, irán tres estatuas de bronce, representando a Venezuela, Colombia y Ecuador; la primera viendo hacia el Noroeste, la segunda al Oeste y la tercera al Sureste. Cada una de estas estatuas estará apoyada en el escudo de la respectiva nacionalidad, la mano izquierda, y llevará en la derecha una palma de laurel.

Tendrá las siguientes inscripciones: 24 de junio del año 11º. Simón Bolívar, vencedor, aseguró la existencia de la República de Colombia. Los nombres de las personas que componían el Estado Mayor del Ejército Libertador. Nombres de los Generales de División (tres) que componían el Ejército y los nombres de los Regimientos y batallones de cada uno, con sus respectivos comandantes.
Además otras alegorías que llevará el Monumento.

DECRETO DE 1º DE NOVIEMBRE DE 1929.
Doctor Juan Bautista Pérez
Presidente de los Estados Unidos de Venezuela

CONSIDERANDO:

Que por Decreto Ejecutivo de fecha 3 de octubre del corriente año, se dispone la conmemoración en diciembre de 1930, de la muerte del Libertador Simón Bolívar;
CONSIDERANDO:
DECRETA:

1º Eríjase en el propio campo donde se celebró la magna Batalla de Carabobo, un monumento que conmemore el primer centenario de la muerte del Libertador, y digno de su gloria y de su nombre.

2º Por Resolución especial del Ministerio de Obras Públicas se determinarán la forma general, las características y los detalles de dicha obra.
3º Los gastos que ocasione este decreto se erogarán por los ministros de Relaciones Interiores y Obras Públicas.

En el Palacio Federal, en caracas, el día 1º de noviembre de mil novecientos veintinueve.
120º y 71º
Juan Bautista Pérez
Rubén González
F. Álvarez Feo”.

BIBLIOGRAFÍA:

- BETANCOURT RUIZ, Armando. Carabobo. Caracas, Siderúrgica del Orinoco (Sidor), 1971.

- Carabobo Generación de Héroes, Caracas, ediciones de la Presidencia de la república en el sesquicentenario de la Batalla de Carabobo, 1971.

NOTA: Recopilación, redacción y fotos de José Peña, Junio-Agosto 2011. Este trabajo, se ha hecho a partir del libro del historiador Armando Betancourt Ruiz, obra editada en 1971, por ende, fue necesario actualizar algunos pocos por él aportados, respecto a la realidad del monumento de Carabobo en nuestros días.

La información respecto a los distintos proyectos para erigir una columna en el campo de Carabobo, y sus láminas ilustrativas, se tomaron de la obra Carabobo Generación de Héroes.

La foto de la antigua columna dedicada al teniente Pedro Camejo (Negro Primero), fue tomada de la obra “Carabobo, tus hijos patria mía, supieron luchar” de Eduardo Blanco, edición de 1971.

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