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26 de diciembre de 2018

EN LA VIEJA ANGOSTURA (CIUDAD BOLIVAR) SE INICIO EL HIPISMO EN VENEZUELA - I PARTE




ERA EL DEPORTE REY DE LA SULTANA DEL ORINOCO. Dos historia, pero una sola conclusion en la Guayana se origino las carreras de caballos en Venezuela, en forma organizada. Las iniciaron los ingleses, según testimonio de El Correo del Orinoco, en 1818. Estos desafíos se hacían a campo traviesa, naciendo con ello la tradición hípica en la región. Durante muchos años hubo este tipo de carreras en lo que actualmente es el Paseo Orinoco.

Luego de ello, se entregaron en concesión los terrenos de lo que hoy se conoce como Plaza Centurión para edificar en ellos un hipódromo a finales del siglo 19, pero este proyecto jamás cristalizó. Fue en 1907 cuando se fundó el primer hipódromo en Ciudad Bolívar. Se construyó con tribunas y cerca perimetral, en un lugar que se conoce como Santa Lucía, hoy La Carioca, hacia la zona del puerto de Ciudad Bolívar. Después fue mudado y bautizado Angostura en la actual avenida 17 de diciembre.

ANTONIO LICCIONI ES EL PADRE

El poeta Luis Alberto Crespo se inspiró en la obra inconclusa de Luis Alberto Morales Balestrazzi, "Nacimiento de la Hípica" (1876-1945), para adentrarse en los albores de nuestro hipismo. Así describe el inicio: "Allá en El Callao, donde el viejo y rico Antonio Liccioni, el magnate de las minas de oro en tiempos de Guzmán, dispuso de un descampado para echar a correr los caballitos guayaneses a fin de distraer a su peonada de los achaques del oficio y porque la riña de gallos demandaba una espuela demasiado sangrienta en las apuestas. .. una historia que tuvo su primer día en una sabana cercada a orillas del Cuyuní que hollaba la pezuña del cerrero criollo al que pronto don Liccioni enfrentaría los primeros aristócratas solípedos que hacía traer de Demerara o Trinidad"...

Antonio Liccioni fue un italiano que comenzó a comerciar en Ciudad Bolívar en 1869, procedente de Colombia. En uno de sus frecuentes viajes tomó interés por las minas de El Callao. Logró mucho éxito económico pero no medía sus gastos, sufriendo serio revés financiero a fines del siglo XIX. Se tiene como inicio de la hípica organizada, con un hipódromo el año de 1876. 


DESARROLLO HIPICO GUAYANES

Se ha establecido que en los años 20 dio comienzo el hipismo organizado en la región. Se corría en Ciudad Bolívar y El Callao lo que los argentinos conocen como carreras cuadreras. Se reunían grupos con caballos árabes, mestizos y criollos que eran enfrentados en desafíos para satisfacer la vanidad de sus dueños y por apuestas entre amigos.

De allí nació la necesidad de construir escenarios para el espectáculo que había sido aceptado por la población. En El Callao los mineros fueron factor importante para construir un pequeño hipódromo en el cual se corría al estilo inglés. La idea fue imitada en Guasipati, Tumeremo y Upata, donde funcionó el hipódromo "Las Guarataras" por varios años. En esos días operaban cinco hipódromos en dicha región.

El primer hipódromo de Ciudad Bolívar fue el "Angostura" en lo que hoy es la avenida 17 de diciembre, que para aquella época era las afueras de la ciudad. En la actualidad existe en esa área una clínica y varios centros comerciales. Vino luego el Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívar en un lejano sector conocido como "Jobo Liso", inaugurado el 22 de mayo de 1965. Hoy la zona está densamente poblada. 

DIRIGENTES Y CABALLADA

Entre los hípicos entusiastas que han brindado su apoyo en todo momento figuran, entre otros, Pepino, Carmelo y Saro Nuccio, Mateo Meo, Sergio Anarelli, Franco Giordano, Angel Frazzani, Carlos Sterling, Roque Bello, Alvaro Ferreira, Antonio D'Andrea, Rocco Lombardi, González Seguías, Antonio José Grimaldi, hermanos Mérida, Pulcini, Aular; Pedro García, Modesto Merino y el profesor Odremán.

Algunos purasangre que iniciaron campaña en Ciudad Bolívar, tuvieron éxito en la hípica nacional e internacional. Cabe mencionar a Pollito, ganador clásico en La Rinconada; Río Chamita, ganador del Clásico del Caribe; Tomba, Collar Mati, Atlántico y El Guayanés. Regionalmente han ingresado en la lista de sobresalientes: Sweet Money, ganador tres veces del "Simón Bolívar" y el "Derby" de este año; Río Chama, El Colorado, Galaxila, Macacho, ganador dos veces del "Simón Bolívar"; Bandal, Ebano, Tomiko, Pekín, Dartañan, Bravo Chico, Tekel, Fenouil, Límite, Mataró y Caninho.

La cría del purasangre vivió momentos estelares en la década del 80 cuando funcionaron los haras "H.M.", "Chaparral", "Mati", "Agropecuaria S.G.", "Del Sur", "Sermary", "San Francisco", "Amazonas", "Angostura", "Patxi" y "La Ribera". Lo que nunca ha faltado en la hípica guayanesa es el respaldo de la afición hípica, que está considerada como la más entusiasta del país. 

LAS MUJERES GUAYANESAS PIONERAS DEL HIPISMO EN VENEZUELA

Necesariamente para recordar el nacimiento de la hípica de Ciudad Bolívar, hay que remontarse a 1932, cuando dos entusiasmadas jóvenes (Matilde de Palazzi y Sinecia de Palermo) maduraron la idea de crear un hipódromo, por los continuos amagos de los muchachos de entonces quienes montaban caballos criollos en sus paseos diarios, ante la carencia de vehículos propios; produciéndose entre ellos mismos alegres competencias en las polvorientas calles de las barriadas, tal vez para halagar a las novias o sobresalir como galanes, en busca de alguna recompensa que no era otra que una inocente sonrisa o un fugaz beso. 



Don Carlos Palazzi fue consultado al respecto por estas jóvenes damas, quienes le explicaron una serie de motivos para que motorizara la obra, por tratarse de constituir una especie de sociedad, ya que había que buscar el concurso de otras personas, para la realización de la misma, reuniéndose en la primera Asamblea, alrededor de cincuenta y cinco fervorosos corazones que ya habían dado su visto bueno para convertir un pedazo de sabana ociosa en un Hipódromo, fijando la suma de Veinticinco Bolívares (Bs. 25,00) cada acción, escogiéndose una franja de terreno que era bastante distante de lo que se llamaba el “casco de la ciudad”,por las cercanías donde actualmente se levanta un moderno Centro Comercial y una policlínica, paralelos a la avenida 17 de Diciembre, nombrándose una Directiva presidida por Don Carlos Palazzi, siendo su Vice-Presidente Don José Aquatella y se le denominó Jockey Club Angostura. 

Continúa creciendo el entusiasmo para que el hipódromo se convierta en una empresa sólida y con otras características, obligando a los directivos solicitar un préstamo o crédito en el Banco de Venezuela con el aval de la documentación legal que poseían y que para ese entonces, una suma estimada en Diez Mil Bolívares (Bs. 10.000,00), era considerada como una exageración, pero dada la solvencia y honestidad de los responsables, los banqueros ya embuídos también en este clamor popular no objetaron la petición y de este modo se da inicio a la construcción de las tribunas, casetas para los jueces y un lugar apropiado para alojar a los jinetes y animales participantes que a diario llegaban de los hatos vecinos y de las poblaciones del interior del estado, atraídos por la fama de que en Ciudad Bolívar funcionaba con todas las de la ley un hipódromo, donde los días domingos se volcaba toda la población a disfrutar de un espectáculo diferente de emoción. 

El 5 de octubre de 1933, es la regia inauguración ante un numeroso público lleno de frenesí y ansioso por ver los caballos enfrentarse en lucha sin cuartel ante los guapos y favoritos de cada jornada dominical. Doña Sinecia era propietaria del caballo Te Quiero y con una paciencia increíble le suministraba los medicamentos y cuidos correspondientes que en la actualidad los más avezados en estos menesteres quedarían perplejos por las recetas que suministraba para mantener en óptimas condiciones físicas a su pupilo y otros equinos que luego tuvo bajo su responsabilidad, convirtiéndose sin equívoco alguno, en la Primera Mujer Entrenadora de Caballos de Carreras, ganando en 1942, un importante clásico en distancia de 1.100 metroscon el jinete apodado “El Chingo” Méndez, para dejar clara constancia de su capacidad como preparadora de ejemplares en Venezuela. 


En esa época se llamaban por familias y no como ahora que se emplea la palabra Stud para identificar los caballos de cada quien. Así por ejemplo, los Palazzi poseían a Gato Amarillo,Inca, El Ph, entre otros; los Casalta a El Moro, ganador de carreras clásicas que sobresalía por su resistencia y atropellada en los metros finales; los Liccioni tenían a Cana Al Aire, Pájaro Amarillo, Perdiz Del Llano, como los más destacados; el viejo Antonio Grimaldi a Filón De Oro; don Antonio Bello Velásquez (quien fue Gobernador), se defendió con los criollos Caribe, Tarzán y Azulejo; el prestigioso hombre de negocios Rafael Lezama, inscribió a Rancho De Teja, ejemplar que vino proveniente de Tumeremo; los Tomassi a Rubiera; Agustín Silva, gozando de perfecta salud, y de estrechos vínculos con los amigos de la hípica actual, se vanagloriaba de tener Al Galope, que por cierto, el Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívarinstitucionó un clásico en honor a este caballo rendidor y de gran prestigio; Vicente Martinó a Virivi; Bartolo Marín a Hasta Aquí; Miguel Bastidas al popular Frijolito, muy jugado en taquilla cada vez que se anunciaba su participación en pruebas públicas; y por último los Palermo, con su poderosa cuadra integrada por el crack Te Quiero, Compadre Pancho, Cirujano, Flor De Pascua, Guaicaipuro, No Me Toques, Negro Bombón, Juan Bimba y Caimán, que se medía contra los mejores. 



En el año 1945, se promocionó mucho un match entre los clasificados Caribe y Rancho De Tejaa una distancia de 900 metros con una jugosa premiación por ser estos ejemplares los mejores, resultando víctima de un infarto Don Fermín Bello al llegar a la meta ambos adversarios cabeza a cabeza, después de mantenerse en esta posición desde la misma partida. Esto reflejaba la inmensa pasión por el espectáculo hípico. También viene la escena cuando el viejo Blás Palermo(esposo de Doña Sinecia), montaba en una casilla, formada por cuatro palos y un piso de madera, a un jovencito que no pasaba de once años y de un don innato, para que transmitiese las carreras, sin disponer de equipos sofisticados ni binoculares que le permitiesen identificar los ejemplares en acción. Se trataba de Virgilio Decán y gustaba tanto su precisión y la dicción que imprimía, que desde el primer instante gozó del aprecio, cariño y simpatía de los aficionados, sin pensar nunca que este mozalbete con el tiempo se convertiría en el mejor narrador de caballos del país y de toda América. 

Al pasar el hipódromo a los terrenos que ocupó en la zona denominada “Jobo Liso” (El Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívar), comenzaron a desplazar a los caballos criollos para dar paso a los ejemplares purasangres importados, y los Palermo, no podían quedarse atrás en esta nueva era, y adquirieron con mucho sacrificio a Ocareto que ganó una Polla de mucho prestigio; luego vinieron Tipirazi, yegua de mucho empuje y valor que proporcionó mucha alegría. Vilitriqui, Slider, Repico y Malucha, sin lugar a dudas, escribieron páginas de gloria en ese nuevo hipódromo. Relata Doña Sinecia “Cuando entre los gritos de las personas, reunidas en las tribunas escuchaba pronunciar los nombres de los caballos que entrenaba a la par de los hombres que se jactaban de suministrar medicamentos de las droguerías, valiéndome de sustancias caseras como zumo de limón, porciones de leche y raíces buscadas en los montes cercanos para mitigar los dolores musculares y los cólicos, con resultados eficaces, hasta que al pasar el tiempo, me obligó a retirarme sin abandonar nunca el significado de un espectáculo tan sublime como es el hipismo que hace que uno se transporte hacia pensamientos y sentir infinitos, como ningún otro pasatiempo le puede proporcionar”. 



Doña Sinecia del Carmen Osty de Palermo nació en Ciudad Bolívar a finales del siglo diecinueve (1895) y falleció en Caracas en 1995. Esta noble dama guayanesa demostró a lo largo de su existencia, que el hipismo “lo significaba todo”. Sin duda, su obra permanecerá en el tiempo y será ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de hípicos. Seguramente desde el cielo observa con detenimiento todos los pormenores que en la actualidad se suscitan en torno al mundo del purasangre. Me enorgullezco en haber presentado esta hermosa vivencia de quien dedicó gran parte de su vida a enaltecer el apasionante espectáculo de las carreras de caballos. Finalmente, agradezco al amigo ingeniero Frank Abolio por poner en mis manos este valioso relato que pone al descubierto los comienzos del deporte rey en la Sultana del Orinoco

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EN LA VIEJA ANGOSTURA (CIUDAD BOLIVAR) SE INICIO EL HIPISMO EN VENEZUELA - (I parte)
Bibliografia

Anécdotas Hípicas Venezolanas 
Reseña Histórica de la Hípica Regional
Basado en los relatos de Doña Sinecia de Palermo
Por: Ing. José Tomás Tollinchi

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 26 de mayo de 2011 
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