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20 de julio de 2019

LOS AMORES QUE CONSOLIDARON EL DESTINO DE AMERICA DEL SUR


"El encuentro entre San Martín y Bolívar sólo fue posible gracias a Rosita Capusano y Manuela Sáenz. Las dos mas grandes Amantes de de los Libertadores de America, mas que amantes fueron sus mas grandes amores, estas dos mujeres de carácter fuerte, enérgicas y libres no solo contagiaron a estos hombres por la libertad plena de la América, sino también por su propia libertad, la cual se consolidaria con un encuentro definitorio de estos colosos de la historia.

El encuentro entre ambos libertadores hace casi dos siglos terminó por definir el futuro de toda Sudamérica, y detras de este encuentro, como si se tratara de un protocolo actual para reunir a los Presidentes de Estados Unidos y Rusia para definir el futuro del Planeta. Donde las relaciones bilaterales y protocolares para ello representa un sin fin de acciones de seguridad y defensa ni hablar de la Persona o Las Personas que deben de llevar a cabo dichas acciones, asi mismo actuaron Rosita Campuzano y Manuelita Saenz.

Aunque el fin de este post no es abordar los secretos y acciones que tomaron Bolivar y San Martin, si no la de destacar que sin este encuentro historico jamas se hubiese consolidado la Libertad de Suramerica e imaginar que la misma se originaria entre pasiones y amores de una alcoba. Que a partir de alli, diversas cartas que ambos líderes se enviaron y que secretamente furon intercambiadas por la red de informacion que poseian estas dos grandes libertadoras y que luego fueron pasando a sus allegados hasta la reunión y la conversación que San Martín y Bolívar mantuvieron el 26 de julio de 1822 en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.


Existieron en la epoca fuga de informacion, aunque esta no afectaron el curso de la historia y que al final representaron chismes de pasillo, pero que en la actualidad luego de analizar diversas cartas que intercambiaron Bolivar y San Martin, este encuentro se origino a traves de las inquietudes que ambos libertadores afloraban a sus amantes. Una teoria mayoritariamente aceptada es la que tras haber cruzado Los Andes y liberado Chile de manos realistas, San Martín se encontraba sitiado en Lima, sin recursos humanos ni económicos suficientes para revertir la situación militar, con su posición política muy debilitada y afectado por la oposición del gobierno de Buenos Aires y una campaña de desprestigio en su contra, por lo cual decidió que debía recurrir a Bolívar para buscar apoyo. Sin duda y como todo un Lider "San Martín sólo le podía contar sus miedos y temores a un par y ese par era Bolívar. Eso nos permitía mostrar ese juego de ajedrez que se produjo entre ellos. En ese juego se disputaban sus egos y sus proyectos diferentes de Patria Grande, hay que recordar que San Martín buscaba una monarquía constitucional al estilo incaico y Bolívar quería presidir "vitaliciamente" una federación de estados americanos".

¿Pero quién era Rosa Campuzano?  y ¿Manuelita Saez?

Rosa Campuzano, había nacido en Guayaquil (13 de abril de 1796) y era hija natural de un funcionario rico e importante, productor de cacao (Francisco Herrera Campuzano), quien la había concebido con una mulata (Felipa Cornejo) y la reconoció por testamento, antes de morir. Había venido a Lima en 1817, a los 21 años y se había instalado en la elegante calle de San Marcelo, donde su tertulia era frecuentada por gente prominente. Amante de un general realista, Rosa había aprovechado esa relación íntima para pasar información militar a los patriotas. Más de una vez, vestida de “tapada”, había cruzado las calles de Lima llevando proclamas subversivas para ser pegadas de noche en las paredes. En una casa grande que había alquilado para tal efecto, había ocultado a varios oficiales desertores, y luego los ayudó a pasar hasta el campamento patriota de Huaura. Una correspondencia clandestina que se interceptó la mencionaba, y por ella fue detenida por unos días, hasta que la influencia de sobornos y amigos poderosos lograron liberarla. Aquí, en Lima, conoció a Manuela Sáenz y surgió entre ellas una gran amistad, y fueron cómplices en las tareas conspiradoras.


Manuela Sáenz y Aizpuru es posiblemente la quiteña más conocida de la época de la independencia de Ecuador y varios países de Latinoamérica. Manuela Sáenz nació el 27 de diciembre de 1795 en Quito, entonces parte del Virreinato de Perú, una entidad que había establecido la Corona Española. Fue hija "ilegítima", pues nació de una relación extramatrimonial de su padre, el español Simón Sáenz. Su madre, María Joaquina Aizpuru, murió al poco tiempo de su nacimiento. Es conocida como la amante del héroe independentista latinoamericano Simón Bolívar, a quien conoció en Quito y con quien se fue a otras tierras. También se ha difundido ampliamente su papel como la Libertadora del Libertador, calificativo que le otorgó el mismo Bolívar, luego que la ecuatoriana descubriera un complot en su contra y lo salvara de un intento de asesinato, el 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, Colombia.


EL RELATO MAS CERCANO DE ESTA HISTORIA

Los generales JOSÉ DE SAN MARTÍN y SIMÓN BOLÍVAR se encuentran finalmente en Guayaquil (Ecuador), e inician la segunda conferencia, protagonizando lo que la Historia conoce como el “El abrazo de Guayaquil”. La América meridional ya era independiente y sólo quedaba una parte del Perú por liberar y hacia allí, convergieron los ejércitos vencedores de la revolución sudamericana, cuyo plan continental, habían cumplido San Martín por el sur y Bolívar, por el norte.

Bolívar, después de la Batalla de Carabobo, llega victorioso desde el norte hasta la ciudad portuaria del Pacífico y desde allí le había escrito a SAN MARTÍN, “Tan sensible me será el que usted no venga a esta ciudad, como si fuéramos vencidos en muchas batallas, pero no, usted no dejará burlada el ansia que tengo de estrechar al primer amigo de mi corazón y de mi patria”. San Martín, que viene triunfando desde Chile y que partiendo de El Callao, se encontraba en la isla de Puna, recibe allí la carta de Bolívar y el día 26 desembarca en Guayaquil Ese mismo día ambos libertadores se encuentran para para acordar los términos de la reunión que tendrían al día siguiente.Esta histórica entrevista, que alcanzará contornos de leyenda, que nos dejará la idea de un misterioso acuerdo o desacuerdo y sobre la que girará luego, un sinnúmero de versiones y opiniones, muchas de ellas antojadizas y muchas más guiadas por la pasión partidista.


Celebraron en total tres reuniones: la primera una hora y media en la mañana de su encuentro; la segunda, breve, esa misma tarde, y la tercera —la más importante— el dia siguiente, es decir, el 27, desde las 13 hasta las 17. Aunque las conferencias fueron secretas, los documentos redactados en la ocasión, arrojaron bastante luz sobre lo tratado y según éstos, las cuestiones fundamentales, agrupadas de acuerdo con su importancia, fueron las siguientes 

A). Necesidad de unir las fuerzas libertadoras para terminar con éxito la campaña del Perú para asegurar definitivamente la emancipación americana. B). Situación política de Guayaquil, que si bien había pertenecido al virreinato de Nueva Granada, después de su emancipación, deseaba incorporarse al Perú (Después de la emancipación de Guayaquil -octubre de 1820-, el pueblo se dividió en dos partidos: uno, minoritario, que propiciaba la anexión a la República de Colomba y otro, sostenido por Tomás Guido —enviado de San Martín—, que defendía el principio de su incorporación al Perú). C). Acordar la forma de gobierno más conveniente para los países liberados, en especial el Perú. Bolívar se negó a entregar la amplia colaboración militar solicitada por San Martín y sólo le ofreció un contingente de algo más de 1.000 hombres, como retribución por la ayuda prestada por el general argentino a ANTONIO SUCRE.

Tampoco aceptó el desinteresado ofrecimiento de San Martín, de luchar bajo sus órdenes. La cuestión de Guayaquil fue secundaria, por cuanto San Martín —de acuerdo con su invariable conducta— aceptó lo ya resuelto por Bolívar con respecto a ese territorio ecuatoriano. El general venezolano había obligado a la Asamblea a entregarle el mando y en consecuencia, la provincia quedó de hecho incorporada a Colombia.. La forma de gobierno y la organización de los nuevos países fueron temas tratados incidentalmente. San Martín sostuvo sus principios monárquicos constitucionales y Bolívar abogó por el sistema republicano, pretendiendo una presidencia dictatorial y vitalicia.

«El resultado de esta histórica entrevista —escribe Ibarguren— fue consecuencia lógica de la situación política, militar y psicológica en que se encontraba cada uno de los Libertadores. Bolívar, a quien se le requería cooperación militar, en esos momentos, se sentía poderoso con las glorias que le daban sus victorias, que consolidaron la emancipación de Venezuela y de Colombia y con su grandioso plan de “una confederación americana”, cuyo eje y centro sería él, miraba con disgusto la crítica situación del Perú. San Martín, afectado por el drama espiritual que sufría ante las defecciones y el derrumbamiento de sus fuerzas políticas y militares, iba con la renuncia de “Protector del Perú” en el bolsillo y con la decisión de retirarse de la acción pública, si no obtenía el auxilio que reclamaba a quien disentía con él.

Treinta años de batallas carga ya San Martín. En ese tiempo no ha parado de pelear, por España primero, por América después. Solamente se ha negado a pelear contra su propio pueblo. Hay mucho cansancio en sus espaldas. Una carta posterior de Bolívar lo confirma: «Dice que se retirará a Mendoza porque está cansado del mando y de sufrir el ataque de sus enemigos…». El tiempo hizo conocer después que el general SAN MARTÍN, entonces, se sacrificó a la ambición del general Bolívar para evitar el holocausto de América. Así fue que el ilustre guerrero, después de consolidar la libertad argentina, proclamar la independencia de Chile, llevar al Perú sus armas vencedoras y ocupar la capital del conquistador Pizarro, se retiró del teatro de sus hazañas dejándole el ejército y el campo libre a su ilustre rival y la gloria de concluir la obra que él había iniciado en el Perú.

Cuando terminaron las deliberaciones se sirvió un banquete, cuyos brindis reflejan con exactitud la personalidad de ambas figuras: Bolívar lo hizo «por los dos hombres más grandes de América: el general San Martin y yo». Por su parte, el general San Martín brindó diciendo: “Por la pronta terminación de la guerra. Por la organización de las nuevas repúblicas del continente americano y por la salud del Libertador de Colombia».

A la noche tuvo lugar un gran baile dado por el Ayuntamiento en su palacio y a la una de la madrugada, el general San Martín ordenó a su edecán, RUFINO GUIDO, que llamase a su otro compañero, el coronel SOYER, y momentos después, sin despedirse de nadie, se retiraba del Ayuntamiento por una puerta secreta, acompañado por el general Bolívar, dirigiéndose al embarcadero, donde se embarcó en la lancha que lo condujo a la goleta Macedonia, a cuyo bordo se dirigirá a El Callao.

En el momento de subir a la lancha, el general Bolívar le entregó su retrato en prueba de sincera amistad que por él experimentaba. El doctor A. J. PÉREZ AMUCHÁSTEGUI ha sumado a las investigaciones sobre lo ocurrido en Guayaquil una tesis más conciliadora, que exalta paralelamente a ambos libertadores en el ideal que selló entre ellos una férrea amistad: la causa de la independencia y la unión americana. Según ella, San Martin llegó a Guayaquil con el objeto de resolver una seria dificultad: el grupo patriota peruano que le había abierto las puertas de Lima y había sido su base de poder, lograda la liberación de Perú del poder español, se desinteresaba de la lucha por la independencia, preocupado por problemas locales.

Sólo la llegada de alguien no comprometido en situaciones previas, podría poner orden y dar continuidad al proceso revolucionario y el hombre capaz de asumir ese resistido papel, según San Martín era Simón Bolívar. José de San Martin fue capaz de reconocer que su distanciamiento podía ser más útil que su presencia. Cada uno aceptó la parte de responsabilidad que le correspondía. Después de esa reunión, San Martín todavía soportará más penas y desaires, mientras Bolívar continúa con su campaña, aunque para él, también llegará el tiempo de los pesares. Sin embargo, más allá de los sinsabores que experimentaron por la incomprensión de sus contemporáneos, San Martín y Bo­lívar llegaron a cumplir airosamente con el mandato de su destino. Fueron los grandes libertadores de Sudamérica y legaron para siempre el ejemplo de sus vidas, puestas al servicio del prójimo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Interesante conclusión de los motivos de San Martín para retirarse de la campaña independentista y dejar el auxilio del ejercito de los andes en manos de simon Bolivar.
Recordemos que las Provincias Unidas estaban en medio de luchas internas y el Directorio había ordenado repetidas veces a San Martín el regreso con las tropas para frenar los levantamientos en las provincias asi como por el temor de un ataque realista a Montevideo y desde alli a Bs. As.

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